Se miró en el espejo, ah cambiado mucho en esos tres años y medio. Suspiro, para sonreír lista.
Salió de ahí con sus cosas. El mayor sonrió al verla.
-Andando.- Ella solo sonrió con emoción.
-Hai. "Haya vamos Konoha, estaré de regreso pronto 'tteba...
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Narrador Omnisciente
Ella se miró al espejo. Sonrió mirando su nuevo traje que el sannin le compro hace unos meses atrás. Ya que el anterior se rompió, con todos esos entrenamientos era algo obvio.
Agarró su mochila con sus cosas adentro. No tiró su chamarra anterior ya que era muy preciada para ella. Cerró la puerta saliendo del cuarto viendo al sannin.
Quién sonrió al verla, como ah crecido esa niña que le sacaba canas verdes. Pero ahora, era una joven hermosa como su madre.
Naruko cambio mucho. Su cabello creció demasiado teniendo que amarrarlo en dos colas más altas que de costumbre con una liga extra por si se rompe la primera.
Su cuerpo ya de por sí estaba más desarrollado cuando era una niña. Pero ahora, era algo que podrían envidiar a las demás.
Caderas anchas pero con una cintura delgada, sus pechos daban un pequeño rebote al caminar, algo que le molestaba. Era la razón por la siempre se colocaba algunas vendas alrededor para que no se notarán mucho y lo consiguió.
Sus piernas eran largas y delgadas, pero eran muy fuertes y resistentes. Al igual que sus brazos, eran delgados, pero se notaba el ejercicio que hizo en esos años.
Y por último su rostro, ya no era la de una niña. Era el de una adolescente, finas pestañas y largas que hacían destacar más a sus ojos azules como el cielo. Sus mejillas las cuales eran algo rellenitas pero era algo que le daba ese toque tierno, que al verlas quieres apretarlas y no olvidar sus marcas como bigotes de gato. Sus labios eran de tono color rosado, que querías probarlas. Y lo que le daba el último toque, era que siempre te deslumbra con su bella sonrisa, llena de cariño, amor y diversión. Aunque en el fondo, tenga ganas de llorar.
Naruko miró al sannin sonriendo, el la imitó.
-Vamos.
-Hai. 'Ya vamos de regreso Konoha 'ttebayo.'-Pensó emocionada al dar el primer paso hacia su aldea natal.
Con cada uno que daba, se emocionaba de mas. Ya quería ver a sus amigos...y quería traer de regreso a Sasuke.
Lo prometió y lo cumplirá. El es como un hermano para ella, su mejor amigo.
-Chica.-Lo miró.- ¿No estás nerviosa?
-Para nada ero-sennin. Estoy emocionada 'ttebayo.
-Jaja ya veo. Dime, ¿te trajiste los kunai?
-Si, los tengo en mi mochila y tengo tres en mi porta armas 'ttebayo.
-Esta bien. Cuídalos mucho eh. Estos kunai's son irreemplazables.
-Lo se. Le pertenecen al Cuarto Hokage, ya me lo has repetido miles de veces ero-sennin.
-¿En cerio?- Se rasco la barbilla.- No lo recuerdo.
