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Fue una noche diferente, a pesar que la preocupación y la tristeza estaba en ellos por un largo momento pudieron olvidarse de ello. Harry hablaba con Angel las cosas magnificas que puede hacer como realmente un Angel y todas las habilidades que poseía, claro tampoco perdió la oportunidad de mencionarle la idea descabellada que Hermione tenía para seguir aprendiendo a defenderse sin que Umbridge lo supiese.

— Estoy segura que les irá bien — Menciono la chica.

— Quiero que estés allí — Dijo Harry de pronto sorprendiendo a Angel —. Digo, puedes ser de gran ayuda y también nos puedes enseñar cosas.

— Agradezco tu invitación Harry pero quiero que esto se mantenga en secreto — Sonrió Angel —. Aún que estaré allí si quieres.

— Sí, lo quiero — Ambos sonrieron.

Cuando Harry acabo de curar cada herida que Angel tenía cada uno tomo su camino hacia sus habitaciones, la chica dejo un corto beso en su mejilla derecha y se fue dejándolo sin aliento pero reaccionó cuando oyó la irritante voz de Umbridge que se acercaba.




[...]



Era sábado el día cual muchos deseaban, Angel tomo su abrigo, guantes y gorro para dirigirse hacia donde Harry la había citado junto con varios chicos. Fue sorpresa para varios verla allí pero el trío estaba más que agradecidos al saber que contarían con apoyo de los mayores. El pelinegro no podía dejar de verla por esa razón Hermione debió darle un pequeño codazo para que ponga su atención en aquel discurso que daría no quería perder el tiempo.

— Agradecemos que hayan venido...a todos — Dijo Hermione viendo a Angel quien sonrió —. Estamos aquí por un maestro, uno real que nos enseñe realmente a como defendernos.

— Defendernos de que? — Pregunto un chico.

— De quien tu sabes tonto — Respondió Ron.

Esas palabras generaron un pequeño debate entre los muchachos, seguían sin creer en Harry y lo trataban de mentiroso al no tener pruebas el mencionado no quería seguir siendo humillado por los demás por eso estuvo a punto de irse pero Luna fue quien hablo.

— En verdad sabes hacer el encantamiento Patronum? — Pregunto Luna llamando la atención de todos allí.

— Sí, yo lo he visto — Lo respaldo Hermione.

Desató todas las cosas que había hecho Harry en su corta vida dejándolo como un héroe, pero ante tantas historias que lo volvían una leyenda hizo que se detuvieran no se encontraba cómodo por eso.

— Lo hacen sonar fácil, pero no lo fue — Dijo Harry —. Siempre tuve ayuda.

Angel veía en el lo que muchas veces ella sintió cuando sus amigos la ayudaban a dejar su pasado atrás que se encaprichaba en seguirla hasta el día de hoy, pero tuvo suerte que ninguno muriese a causa de ello. Harry no tenía intenciones de meter a los demás en sus problemas con Voldemort pero los chicos tampoco tenían la intención de abandonarlo después de todo, ya que él fue quien los salvo de muchas catástrofes a pesar que no muchos lo reconocían.
Al estar de acuerdo con el nuevo ejército que crearían apoyando a Dumbledore y sobre todo a Harry hicieron fila para firmar aquel acuerdo que todos mantendrían en silencio para poder llevar a cabo el plan.

— Es increíble que nos quieras ayudar, muchas gracias — Dijo Hermione a Angel cuando toco el turno de la chica.

— Un placer, al fin y al cabo detestamos a Umbridge así que cuenten conmigo — Dijo Angel mientras firmaba el pergamino.

Así fue hasta que todos terminarán de firmar y regresarán al castillo. El trío junto con Neville, Ginny, los gemelos y Angel regresaron a la escuela mientras pensaban un sitio donde poder llevar a cabo su entrenamiento, los chicos sugerían sitios pero que podían hallarse con facilidad hasta que Angel recordó la noche que fue herida y encontró un lugar que nunca había visto en el recorrido por el castillo.

— Se dónde pueden practicar — Dijo Angel a lo que los chicos siguieron con curiosidad.

Debieron vigilar que nadie los veía o estuviese cerca, cuando se posaron frente a una pared esta comenzó a enseñar una gran puerta dejando asombrados los siete chicos y a Angel con una sonrisa de oreja a oreja.

— La sala de Menesteres — Dijo Hermione fascinada —. O también conocida como la sala que viene y va, está sala solo se aparece a las personas que la necesitan realmente. 

La sala era la indicada, estaba equipada a la perfección como si se acoplara a todo lo que el ejército necesitará.

— Es como si Hogwarts quiere que nos defendamos — Dijo Harry viendo el sitio.

Estaban ansiosos por comenzar los entrenamientos, Harry tenía muchas ideas en su mente que deseaba sacar a la luz para enseñarle a los demás. Angel debió regresar a la biblioteca para que Umbridge no sospechara nada pero lo que ella no supo es que la había visto con los chicos regresando al castillo.

— Los veo después — Se despidió la muchacha pero antes de irse Harry la detuvo.

— Gracias — Angel lo vio confuso —. Por unirte y ahora por esto.

— No hay nada que agradecer es una forma de paga por lo que hiciste por mí aquella noche, nos vemos Harry — Ambos sonrieron por un momento y la chica siguió su camino.

En los pasillos caminaban pocos alumnos pero Angel al ver a Umbridge hablar con Filch intento evitarlos pasando con su cabeza algo cabizbaja sin mirarlos para no llamar su atención. La mujer la noto y fue tras ella deteniendola en medio del pasillo donde no pasaba nadie por ahí.

— Necesita algo? — Pregunto Angel confusa viendo la mano de la mujer posada en su brazo.

— Querida me gustaría hablar contigo sobre cosas importantes — Dijo Dolores con esa sonrisa forzada pero macabra al mismo tiempo —. Cómo sabés no se puede usar nada de magia en esta escuela, el ministerio lo ha decretado y cada orden debe ser cumplida al pie de la letra por esa razón querida — Ángel sintió su el agarre se volvía cada vez más fuerte —. Debes tener en claro que cualquier falla puedo perjudicarte en tan solo un segundo, o dime acaso te gustaría estar en medio de la oscuridad.

Angel la vio perpleja ante sus palabras pero quitó con cierta brusquedad aquel agarre para verla con seriedad.

— No tiene que preocuparse, he estado muchas veces en medio de la oscuridad y jamás logro atraparme — Respondió Angel con una sonrisa maliciosa —. Que tenga buena tarde.

La mujer quebró un pequeño lápiz que poseía para anotar cualquier detalle en su libreta y vio con molestia a Angel quien se marchaba de allí también con su mandíbula presionada ante el enojo que provocó Umbridge en ella.

𝐀𝐍𝐆𝐄𝐋 |𝐇𝐚𝐫𝐫𝐲 𝐏𝐨𝐭𝐭𝐞𝐫|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora