Cómeme • [Kookgi]

21

Jungkook veía la lluvia caer en el vidrio del auto de su padre. Aún podía sentir como aquellas palabras hacían un eco en su oído y un instinto de culpa se instaló en su sistema.

De alguna manera tenía un mal presentimiento. Pues si él no hubiera resucitado a Yoongi, desde un principio nada hubiera pasado.

Ahora tenía de alguna manera adivinar sus sentimientos o el corazón de Yoongi podría volver  a dejar de latir.

No se explicaba como era que en tan poco tiempo habían pasado tantas cosas juntos y se preguntaba como era que una cosita tan tierna como Yoongi fuese a sufrir por su culpa.

Después de haber sufrido tanto en su vida, ahora estaba sufriendo también siendo un muerto viviente y todo porque no lo dejó descansar en paz.

Realmente Jungkook estaba perdido en un enigma de curiosidades dentro de su cabeza y corazón.

¿En verdad el amaba a Yoongi o solo había desarollado cierto afecto por el pálido ya que era un zombie?

Tenía que encontrarlo para verlo a los ojos y saber si en realidad le amaba. Necesitaba decirle con su corazón, no solo del diente al labio.

Así que bajó inmediatamente del auto. Corrió inmediatamente hacía su habitación y no más puso un pie supo que Yoongi todo el tiempo había estado metido en su closet y que por alguna razón había salido, porque las manchas de sangre negra estaban regadas casi en toda la recamara.

Siguió el rastro hasta llegar a la casa de los Min, pero al ver que no le dejaban ingresar. Decidió rodearla, tratando de buscar un punto ciego para poder ingresar; pero al notar otro camino de sangre hacia el bosque dedujo que Yoongi había salido de la casa y se fue tras él.

Para cuando llegó hacia un peña, cerca de las montañas, casi por donde se habían besado por primera vez. Jamás esperó encontrar a Yoongi  con su padre atado de manos y pies. Junto a una mordaza en su boca.

Yoongi parecía que iba desmayarse. Había perdido mucha sangre y su cuerpo parecía estar al borde del colapso.

-¿Yoongi...-- intentó acercarse, pero este  le apuntó con un cuchillo de manera amenzante.

-Alto. Ni se te ocurra acercarte o te mato.

3 horas antes....

Su cuerpo estaba sufriendo una alta temperatura y sus labios parecían pegarse como hielo.
Sus heridas estaban empezando a mostrar sintomas de descomposición. Metido en aquel closet, su cerebro no soportó más y cayó rendido ante el mundo de los sueños.

Inmediatamente sintió como su alma empezó a viajar. Similiar a cuando Jungkook le resucitó, pero esta vez parecía no tener control de la situación.

De un segundo a otro sintió como todo se paralizó y estaba de nuevo ahí. En el mundo de los muertos. De pie, con la vista entre oscura, pero de alguna manera no sentía dolor.

-¿Yoongi? -- Mingyu llegó a el para sostenerlo del brazo, haciendole caminar. -- ¿Has decidido volver?

-Yo... no lo sé...-- empezó a caminar hacia una especie de iglesia, junto a Mingyu, del cual ni siquiera tuvo tiempo de preguntar como era que estaba ahí precisamente en ese mismo instante en el cual apareció ahí, pero de alguna manera podía jurar que se sentía feliz de tenerlo consigo.

- No importa. Siéntate que parece que estas cansado. Iré hablar con el monje y que nos explique que ha pasado. -- vió el alma de Mingyu viajar hacia otra habitación del lugar, para minutos después verlo aparecer junto al monje.

-Yoongi...

- ¿Podría explicarme por qué estoy aquí, por favor?

-Claro que lo sé. Descansa y déjame entrar en tu sistema.-- vió al moje poner un dedo en su frente y el alma de Yoongi cayó inconciente para segundos después despertar en su cuerpo, en el mundo de los vivos.

Lagrimas empezaron a brotar de sus ojos y sintió su corazón oprimirsele.
Claro que no había sido todo en vano y agradecía el hecho de poder saber la verdad.

Sintió como el dolor regresó nuevamente a su cuerpo. Sus heridas estaban empezando a sangrar demasiado. Sentía si cabeza dar vueltas y con la poca fuerza que sentía que le quedaba empujó la puerta del closet de Jungkook para salir de este.

Lástimosamente no mas caminó empezó a toser, mientras que un liquido negro salía de su interior.
Tapó su boca al sentirse tan biscoso y repulsivo.

Jungkook  talvez ni regresaría. O talvez si, pero ahora ya no podía importarle menos, cuando tenía otro tema y deseo en mente.

Sujetó sus vendas mas fuerte, tratando de contrarestar el brote de sangre y salió por la ventana del lugar. No sin antes vestirse mas tapado.

Un atuendo que le ayudara a ocultar su identidad y poder pasar desapercibido.

Talvez sí hubiera estado vivo hubiera estado llorando, encerrado en su cuarto mientras dejaba el tiempo pasar y la estupida idea de que todo cambiaría le daría consuelo, pero ahora el era un zombie.

Un muerto viviente con sangre de venganza o al menos un viaje hacia su destino en paz.
Caminaría nuevamente hacia aquel vacío de sueño profundo.
Uno que le ayudaría a sentirse mejor y poder gozar de toda la libertad que quisiera, una que solo la muerte de podía dar.

Porque solo eso era, un muerto más.

Caminó en dirección hacia su antigua casa. Debido a que por lógica el había vivido anteriormente ahí sabía perfectamente donde estaban las habitaciones y los puntos ciegos.

Se adentró por los pasillos del sotano. Tomando algunas cosas para dirigirse a la cocina y finalmente ingresó a la recamara de su padre.

Lo vió descansar como lo hacía todos los días a la misma hora y se paró frente a él. Deseando matarlo de una vez por todas y hacerle pagar todo el daño que le había hecho, pero sabía que matarlo de una vez no serviría de nada.

Tenía que hacerlo sufrir y así lo hizo. Pues cuando el mayor abrió los ojos y parecía en Shock al ver la imagen de su hijo muerto frente a él, no le dió tiempo si quiera de gritar.

Yoongi le pinchó el cuello con una jeringa con anestecia para ponerlo a dormir y podía jurar que todo iba perfectamente tal y como quería.

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