Las heridas que aguardan en mí, aún siguen sintiendo el aire frío que las llenan.
Las palpan y sangran, con tanta suavidad que el ardor es más que insoportable.
Todavía se mantienen en una pulcritud intacta, donde sé que están ahí y las siento con fervor, pero no hago nada, no me permito meter el dedo en la llaga.
Mis pensamientos entran en un colapso, en un alto, donde nada sale, pero mucho entra. Analizo, discuto y me mantengo en pie, considerando cada mínimo detalle, que pueda hacerme caer.
No me toques, te lo suplico, no querrás ver todo el desastre que habita en mis entrañas. Me resisto a dejarte inmiscuir, en esto tan complejo y catastrófico que es mi mente.
Mas, con mi corazón, juega todo lo que quieras. Usa el envoltorio como ocio para el placer.