Preguntas

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Haruhiko cerró el monitor, para él no fue sorpresa el enterarse de la relación de su padre con Isaka, si había sido capaz de meterse entre su hermano Akihiko y el chico que era su pareja, cualquier cosa podía esperarse de quien en ocasiones utilizaba su poder para demostrar que todos tenían un precio.

Observó el reloj, si todo salía como esperaba la persona que había invitado no tardaría en llegar, al escuchar los toques en la puerta se paró para permitir la entrada de quien deseaba pudiese ayudarle a dar por cerrada la situación de Isaka y Asahina.

En el corredor Asahina miró a la persona que ingresó al cuarto de Usami, a su cabeza llegó la imagen de aquel chico que estuvo con Isaka la noche de San Valentín en el desván. A pesar de tantos años seguía presente en su memoria, procuró no darle importancia, sabía perfectamente que ese hombre se había marchado a su país natal, y él asumía como gerente comercial de una empresa que sin duda era una filial del emporio familiar.

Sacudió la cabeza y entró a su oficina para encontrar a Kisa revisando la información de lo que requería para esa noche. Sin embargo, el pianista le pasó lo que Haruhiko había mandado a traer desde su casa. Según el hombre, prefería utilizar su propio equipo y no arriesgarse a objetos de mala calidad.

Kaoru tragó saliva en la medida que leía los objetos que aparentemente el exprometido del ojiazul utilizaría, se lo había dicho cuando aceptó, después de eso Isaka se quebraría por completo.

Asintiendo le lanzó las llaves de su auto argumentando que el otro se lo había llevado Prince y no estaba seguro a qué hora regresaría. Agarrándolas, Shouta tomó las dos carpetas y se marchó con la intención de cumplir el encargo.

Una vez solo Asahina se aseguró de cerrar bien la puerta, encendió el computador para ver el video de la noche anterior, su mano se deslizó sobre la entrepierna para llegar al lugar que despertó con facilidad al ver el baile de Ryu. Cada movimiento de su cadera era el aliciente perfecto para recordar como le suplicaba que lo hiciera suyo, hacía ya diez años. Subió el volumen y volvió a colocar el video.

La música inundó el lugar mientras el apretó con firmeza su falo, comenzó con un masaje lento, yendo de arriba hacia abajo, sintiendo como su cuerpo se tensionaba ante la imagen insinuante del ojiazul que amaba desde adolescente.

El ver la cadera apuntar hacia la cámara, hizo que se concentrara en la mano que encaminó hacia sus propios testículos apretándolos, para después de unos minutos volver a su pene, sonrió al ver la seriedad de la expresión de Ryuuichirou, para ese momento debía creer que la subasta era una manera de ponerlo en las manos de Haruhiko después de haberle sacado una fuerte suma.

Con un ritmo más rápido, de aferró a su hombría subiendo y bajando con firmeza, su respiración era superficial e irregular, cada movimiento le hacía desear estar dentro de aquel que en el baile se ofrecía... su cuerpo se estiró, arqueando un poco la espalda, al punto que creyó que gritaría.

Cerró los ojos con fuerza inspirando profundamente, su cadera se empujó y sin más terminó copiosamente en su propia mano. Las últimas notas de la canción, coincidieron con su liberación.

Se quedó quieto procurando retomar la calma y entender que haría después de esa noche. Haruhiko era el último cliente, no podía retener más tiempo a Ryu, y muy a su pesar solo había logrado que se alejará de él y se acercará a Kisa y Yukina.

Recapacitó en ese que Isaka llamaba Prince, el chico había demostrado la sinceridad en las acciones que tenía para con su jefe, esa dedicación podría significar algo más que la necesidad de un salario, ¿era quizás la oportunidad de Isaka para entregarse a un amor sincero?

Al igual que las noches anteriores, el joven lo había abrazado, mientras susurraba palabras dulces algo que Asahina no sabía si podría brindarle a su imposible amor. Su corazón dolió, al pensar en Kisa, recién se dio cuenta que el pianista no había tocado el tema del reencuentro, desde hacía dos noches se mostraba más calmado y calculador. ¿Le ocultaba algo?

Prefirió no darle mente a lo que descartó como imposible, había escuchado que los artistas eran quisquillosos en los periodos de creación, así que de pronto eso era lo que sucedía por la intención de volver al mundo del espectáculo.

Después de guardar el archivo, fue a limpiarse, el mensaje de su secretaria no tardó en llegar, por la hora estaba justo a tiempo para reunirse con Hirabashi, esa tarde verificarían el envío de dinero y mercancía para sus socios latinoamericanos.

Tomó un rápido baño, se cambió con la ropa que acostumbraba tener en la habitación que años atrás usaba con los amantes de turno, y que ahora era un punto para descansar cuando el trabajo era demasiado o necesitaba mantenerse al tanto de alguna remisión. Una vez listo, salió informándole a su secretaria la hora a la que volvería. La chica anotó las distintas tareas que su jefe le daba, y se despidió.

Las risas en el corredor llamaron su atención, al llegar al ascensor pudo ver a quien creía completamente desterrado de su vida, Kousuke Royal avanzaba hacía él con Haruhiko.

Indudablemente el mayor de los Usami notó la expresión de su rostro; sin embargo, de improviso llevó su mano al interior de su saco y responder la llamada de su móvil, aproximándose al oído del primer amante de Ryuuichirou, luego se devolvió a su habitación murmurando sobre algún plano que no encontraban.

Asahina hubiese querido que el maldito ascensor se moviese más rápido, en mala hora le parecieron hermosos los antiguos que tenía y que iban más con la estructura del lugar; tiempo suficiente para que Kousuke llegara a su lado mostrando el espectacular aire de quien indudablemente fue criado como "delfín" y heredero de un emporio familiar. Por educación saludó y le invitó a subir al aparato que recién abría las puertas.

Royal sabía perfectamente quien era, desde su primer encuentro con Isaka hacía ya casi quince años se dio cuenta que el protegido de Danna-sama estaba enamorado del ojiazul. Kousuke despeinó su cabello tratando de espantar los recuerdos del pasado, bufó al darse cuenta lo estúpido que puede comportarse quien cree que el dinero lo es todo.

Ahora era un empresario exitoso, y eso se lo debía a Haruhiko, quien lo había ayudado cuando quedó por fuera del testamento familiar, literalmente con "una mano adelante y otra atrás". Su prestigio y dinero desaparecieron cuando su hermano —el primogénito—, fue nombrado como único heredero.

Royal sintió su celular vibrar, al ver el nombre en la pantalla sonrió como tonto, tan pronto se abrieron las puertas tomó la llamada sin siquiera despedirse, Kaoru lo vio marcharse con curiosidad, ¿qué hacía ahí para empezar?

Caminó hacía la salida, esperando porque le avisaran que el coche que lo transportaría estuviese listo, minutos suficientes para que Usami lo alcanzara regresándole a su papel de anfitrión.

—Asahina necesito hablar contigo de las condiciones del contrato.

—¿Te retiras? —preguntó recibiendo como respuesta una sincera carcajada. Haruhiko se ofreció a acompañarlo a la salida mientras conversaban.

Una vez dentro de su automóvil, el castaño quiso morir por lo que acababa de escuchar, en mala hora se le ocurrió llamar al mayor de los Usami.

Feliz San Valentín +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora