El último

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Isaka se dispuso a quitarse la bata en la oscuridad de la habitación, por lo menos era su última cita y quedaría libre, hablaría con Asahina y finalmente podría librarse de él y sus esbirros. Había dado más de lo que quisiera, nunca pensó enfrentarse a sus demonios, pero lo más doloroso era saber que Kaoru nunca se acercó a él.

Demasiado odio de parte de él, era a quien más daño le había hecho. Durante año se preguntó cómo habría sido su vida juntos. Si le diera la oportunidad, si tan solo le mostrara un poco de ese amor que dijo tenerle a sus diecisiete años, sería capaz de entregar su empresa e irse a su lado. Tenía que pasar por todo esto para poder reconocer que seguía amando a Asahina con locura.

La luz se encendió para dar paso al hombre con quien se iba a casar años atrás en una notaría en Fukuoka, vestido con una camisa blanca de algodón y un pantalón negro de corte clásico, se veía más elegante que siempre, lo sorprendente era verlo sin sus lentes.

—Siempre dijiste que me vería mejor sin ellos —respondió Haruhiko provocándole un sonrojo—. ¡Ven aquí!

Ryuuichirou conocía de los fetiches de su examante, y aunque siempre tuvo curiosidad, nunca se decidió por participar en uno de estos juegos. Usami le prometió que, si debía cambiar esa parte de él para tenerlo, lo haría con gusto.

El pelinegro deslizó sus dedos por la piel expuesta, cogiéndolo de la mano lo trasladó a un segundo cuarto. Era un cuarto de BDSM, contra una de las paredes se encontraba una mesa con varios juguetes, Isaka puedo distinguir látigos, anillos de pene, un dildo y mordazas.

Del techo colgaban unas cadenas con unas hebillas de cuero, sin oposición se dejó guiar al lugar para ser sujetado. Los ojos fríos de Haruhiko le impresionaban, no había ninguna expresión, entonces ¿para qué lo quería?

Uno de los anillos fue colocado en su pene, con un discurso casi catedrático, el pelinegro le contó lo que seguiría. El lubricante en su ano se percibió frío y le produjo una extraña sensación al recibir los dedos que le preparaban con relativo cuidado.

—Por el momento tendrás que acostumbrarte a este objeto, te quiero dilatado y listo para recibirme cuando lo estime conveniente, mientras tienes prohibido venirte.

El objeto fue introducido en su interior provocándole una sensación desagradable, no le gustaba para nada estar en ese rol.

—¡Abre los ojos!, debes estar totalmente consciente de lo que te voy hacer.

Ryu inhaló profundo para poder resistir la incómoda situación, el zumbido en su trasero le demostró que el aparato era un vibrador. El gemido de sorpresa obtuvo que la intensidad del rotor aumentara.

El pene de Isaka empezó a responder por la estimulación. Fue cuando llegó el primer golpe, el dolor liberó un grito de genuino dolor, en ese instante agradeció no haberse unido con ese tipo, esto no podía ser nunca una expresión de amor.

Las cadenas se tensaron siendo prácticamente suspendido por unos centímetros del suelo, solo las puntas de los dedos de sus pies lo tocaban.

—Hubieses sido un excelente chico juguete Ryu.

La segunda voz en la alcoba, logró tensionarlo por completo.

Los pasos del hombre que fue su primer amor lo llevaron a ver el rostro de Kousuke Royal, la hermosa sonrisa, la misma que tenía Yukina, le causó una punzada en el pecho.

—Elegiste bien el castigo Haru —pronunció en la medida que colocaba la mordaza de bola en su boca—, mi querido amor, te haré sufrir hoy.

El cuero retumbó nuevamente en su culo, el ojiazul se estremeció, pero no pudo gritar por el objeto en su boca. Los latigazos llegaron uno tras otro sin descanso, cada vez más fuertes, el ardor en su piel era clara muestra que pronto estaría sangrando.

Haruhiko quería marcarlo de por vida, maldijo mentalmente a Asahina por hacerlo pasar por esto, trato de poner su mente en blanco, necesitaba olvidar que estaba allí y el malestar que la posición, los golpes y la sonrisa de Royal le causaban.

—Mira que eres lascivo, te estas poniendo duro a pesar que odias estar así.

Era cierto, el castigo suministrado había maximizado la sensación del aparato dentro de su canal, su cuerpo se estaba cubriendo de una fina capa de sudor y su respiración irregular por la necesidad de eyacular.

De improviso todo se detuvo, de un solo jalón el aparato fue retirado de su ano, que se contraía con fuerza. Las manos grandes y que recordaba muy bien, acariciaron su espalda haciéndole jadear, desde atrás su cabeza fue sostenida para escuchar las palabras de Haruhiko.

— Kousuke te va a castigar, nos debes a ambos, así que trata de no desmayarte, de lo contrario esto se extenderá por más tiempo del que crees.

Quería hablar, pero la bola en su boca no le permitía modular palabra, removiéndose con las fuerzas que le quedaban, negó con su cabeza.

Si algo hizo que terminara con ese hombre fue por su crueldad, a su cuerpo comenzó a temblar, mientras el hermoso castaño lo miraba con codicia

—Me alegra que no lo hayas olvidado amor —sacó la navaja deslizándola por su pecho, las marcas que le hizo cuando resolvió abandonarlo y llamar al padre del chico para que lo regresara a su país, habían desaparecido, pero en su mente seguían claras.

—Hazlo rápido quiero acabar con esto de una vez.

El cuchillo se movió por su piel hasta llegar a los brazos que se alzaban por las cadenas.

—Quiero que nadie vuelva a ver tu cuerpo con el deseo que nosotros lo hicimos —el primer corte fue rápido y superficial, la sangre surgió como una pequeña gota rumbo a su axila.

El terror en los ojos de Isaka era real, no quería morir y sabía que si Haruhiko era un amante de las prácticas BDSM, Kousuke era un perverso sádico que gustaba de hacer daño.

Un nuevo dolor le atravesó, y otro adicional, sus brazos eran cubiertos por el líquido rojo, uno que fluía sin poder hacer nada, sus ojos se cristalizaron.

—Mi padre me desheredo, me quito todo lo que tenía por tu llamada —ahora se dirigía al pecho, pero para la sorpresa de Ryu, se alejó para caminar hacia la parte posterior de la habitación.

Haruhiko le quitó la mordaza y lo dejó descansar. Apenas pudo recomponerse cuando la húmeda tela tapó su cara apretándola sin darle la oportunidad de respirar, su boca y nariz estaban siendo llenadas por el agua que escurría de esta, cada vez más era más mojada, ya no solo era su rostro, percibió como todo su cuerpo era mojado.

El sonido ahogado y lejano de la puerta y los gritos de alguien le dieron la libertad, cayó de rodillas cuando fue desatado, tosió tratando de sacar lo que había aspirado, el sabor a bilis llegó a su boca para vomitar el verde fluido frente a él.

Al alzar la cabeza vio a Asahina, se acercó para revisar sus heridas y cubrirlo con su bata.

Levantándolo, le murmuró lo que llenó por completo su cuerpo de calma.

—Perdoname amor —un suave beso en su frente y la sonrisa que Isaka recordaba de su época de adolescente—, ya acabo...

Feliz San Valentín +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora