CAPITULO X: ACORRALADO

92 10 91
                                    

—No estoy seguro de esto —dudó Zared mientras KiBum y Peter esperaban a qué se tragara un dispositivo de rastreo en la habitación de un motel en la parte más peligrosa de la ciudad

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—No estoy seguro de esto —dudó Zared mientras KiBum y Peter esperaban a qué se tragara un dispositivo de rastreo en la habitación de un motel en la parte más peligrosa de la ciudad.

El joven deportista se encontraba en una encrucijada, en una mano tenía el rastreador, en la otra un vaso con un 1/4 de agua, y en su futuro solo el 1% de probabilidad de recuperar a su hermana acompañado de un 99% de desesperación, estaba dispuesto a lo que sea, y sí, lo que sea incluía entregar a sus amigos a cambio de garantizar la seguridad de su hermana.

—Sabes que aunque recuperemos a tu hermana —dijo Peter cuando el joven estaba a punto de tragar el dispositivo—, cuando todo esto termine, ¿serás procesado por agresión a un Teniente y los crímenes que has confesado?

El joven guardó silencio, miró a ambos oficiales, claro que lo sabía, sabía de la posibilidad de pasar el resto de su vida en prisión pero lo único en lo que podía pensar era en recuperar a su hermana, esa pequeña niña a quien prácticamente había criado y probablemente estaba muerta de miedo en algún lugar.

—Ya que estás cooperando pasarás solo de cinco a ocho años en prisión —dijo Kibum acercándose al joven—, no puedo ofrecerte algo más, pero si te garantizo que encontraré a tu hermana —dijo al quitar el rastreador y el agua de manos del joven y tomarlo por lo hombros—, y durante el tiempo que tú no estés me aseguraré que ella se encuentre bien.

El joven se sorprendió por las palabras del Teniente al que había atacado.

—No es un acuerdo —Kibum agregó—, el acuerdo termina con tu total cooperación y el retorno de tu hermana, lo que te estoy haciendo ahora es una promesa.

—¿Aun cuando lo agredí oficial? —Zared miró el rastreador que ahora estaba en manos de Peter—, ¿Por qué me prometería algo así?

—¿Por que no querría cuidar de una pequeña? —Kibum respondió con otra pregunta.

Las enormes y morenas manos del joven sujetaron el rastreador y con ayuda del agua el dispositivo bajó a su estómago.

—¿Estás consciente de lo peligroso que será si se atora en tu tracto intestinal? —Peter cuestionó.

El joven asintió.

—Si es así continuemos —Kibum agregó—, alrededor de 24 horas, es lo que el rastreador permanecerá dentro de ti, es el tiempo que tienes para que aquel que esta detrás de las órdenes aparezca.

Zared salió de aquella habitación, Kibum y Peter lo vieron partir y el último no pudo evitar decir.

—Creo que sabes —Evitó mirar a Kibum—, que si cruzas la línea realmente te pondré tras las rejas.

Kibum sonrió.

—Si crees que cruzaré la línea, es mejor que lo hagas ahora —dijo extendiendo sus manos hacía su compañero.

SUSPIROS ROBADOS [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora