CAP. 9 "EN MIL PEDAZOS"

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Alguna vez alguien se ha preguntado por qué las personas más rotas, siempre tienen una sonrisa en cara, hace días lo investigue y la mayoría de veces el motivo de eso es porque es más fácil sonreír a que dar una explicación; suena tonto pero cuando tienes un odio por ti mismo, cuando estas roto, cualquier palabra que se dijese pudiese estar en nuestra contra, ya que demostraríamos nuestra debilidad, y ser débil en pleno siglo XXI, es casi un pecado.

Y para ser franco las sonrisas en ocasiones no expresan la verdad, uno puede sonreír y estar en mil pedazos dentro, donde nadie ve, porque así es el mundo mientras a uno no le pase, no es de incumbencia de la persona.

Pienso en mí, de lo que fui, de lo que soy y me arrepiento cada día más de haber hecho ese primer corte que me supo a gloria, porque busco detenerme, pero no tengo la fuerza de voluntad necesaria para hacerlo sola, no tengo a nadie en quien apoyarme y me detesto por hacer que las personas que me querían se alejaran de mí, me odio por no ser lo suficiente valiente para detenerme, no se en que momento perdí el camino, que cada vez que avanzo mis pensamientos se vuelven negros; negativos y todos con un buen sentido común sabe que es una mala señal, indicando que la peor batalla esta por venir.

Mi cabeza tiene un torbellino de ideas que no paran de surgir, no se que hacer para que esto se detenga, no se donde firmar mi tregua, no se dónde refugiarme, lo único que estoy observando y estoy rodeada de personas a las que ni siquiera les importo.

Suspiro y después de un largo suspenso, reúno fuerzas desde mi interior y hablo —No te incumbe Marlon, nada de lo que haga te afecta, así que deja de intentar preocuparte de mí —volteo para tener una mejor vista de las personas que estaban pendientes del chisme, que se estaba armando. Antes de poder darme la vuelta para irme una mano me sostiene fuertemente y me jala, que me es difícil seguirle el paso, se que esa persona esta muy enojada, pero sé que también que nunca me haría daño.

Alzo la voz e intento detenerme, lo cual fue inútil —¡Me lastimas! ¡Suéltame! —cuando esas palabras salen de mi boca, esa persona se detiene por unos pequeños instantes antes de proseguir con su caminata —¿Qué pretendes Marlon?... Lastimarme más o qué todos piensen que aun seguimos juntos.

Por más que trato de alejarme de él, él viene y rompe cada una de mis barreras de defensa, me siento tan tonta por permitir que una persona tenga tanto poder en mí, como para poder destruirme una segunda vez, cuando aun no he superado la primera vez. Mis pensamientos se manifiestan uno por uno, como si fuera un pase de lista uno por uno se presenta, no se desde hace cuánto tiempo he estado sumergida en mis pensamientos, me doy cuenta de que ya llevo tiempo cuando Marlon me mira con cara de confusión.

Me permito desviar la mirada para observar donde estábamos, y me destrozo ver el lugar recordar cada segundo vivido en este lugar, por qué era nuestro lugar...

Tiempo atrás...

Fernanda estaba recostada en el pasto, mientras yo sostenía conmigo mi libro favorito, era uno de esos días donde era fin de curso y existían horas muertas en lugar de clases, este lugar en lo personal siempre me ha gustado, le da una sombra espectacular y fresco.

—Por una vez en tu vida puedes aceptar que Marlon se te queda viendo mucho —espeta Fernanda, mirando de reojo a Marlon, en las mesas de descanso —A él le gustas amiga y tú eres la única ciega.

Miro a donde Marlon se encontraba, nuestros ojos se conectaron y me sonrió y como es de costumbre aparte la mirada —No le gusto, a él le gustan todas, a parte los fuckboy no son lo mío, y tu muy bien lo sabes... —sopeso las palabras y le doy unos golpecitos en la frente —Deja de inventar cosas que jamás van a pasar...

Dejo las palabras en el aire, y me recuesto a su lado, sé que traía falda, pero bueno no había mucho que enseñar y aparte fui lo suficiente cuidadosa para que no se viera más de lo debido.

—¡Que niña tan hermosa! —grito Ian lo suficiente alto, si a él lo conocía muchísimo antes de conocer a Marlon —Me quedaría a platicar, pero tengo que hablar con alguien —miro de reojo a Marlon y sonrió sínicamente —¿Quieres salir conmigo al cine?

Me sorprendió la pregunta, si efectivamente siempre había fantaseado con él, él era mi crush, debido a que era buena onda, cariñoso y me hacia sentir bien. Antes de que yo pudiese decir algo Fernanda es la que habla.

—Pensé que ella te lo iba a pedir primero —sonríe de oreja a oreja, se que él espera mi respuesta, pero no se que decir nunca he tenido una cita, como tal.

—No me respondas ahora, pero no te vayas a tu casa sin decirme un sí, vale —me sonríe y se agacha darme un beso en la frente —Tu te mereces el cielo.

Noto a lo lejos que Marlon se nos queda viendo y sus puños están cerrados, también sé que está haciendo demasiada fuerza por lo blanco de sus nudillos.

Qué hubiera pasado si tan solo hubiera aceptado la cita con Ian, ¿Las cosas serian diferentes?, me arrepentí mucho de no aceptar ese día su invitación, pero ahora que lo pienso cuando lo fui a buscar Marlon me dijo que se había ido, quizá fue plan con maña nunca lo sabre. Ni sabre si en algún punto le guste a mi crush.

Fin.

—Estabas recordando —sonríe —Yo recuerdo la primera vez que te vi aquí, estabas sola leyendo un libro, tus amigas ese día no habían venido y vi como Ian se te acerco, juro que vi la sonrisa más hermosa, y ese día le pedí a Ian que me presentara contigo.

—¡ERES UN MENTIROSO! —suspiro y retengo las lágrimas —Siempre fui solamente una apuesta para ti, lo sé, solo déjame en paz Marlon, quiero olvidarte, quiero ser libre de ti... —ya no continúe las lágrimas me impedían seguir hablando.

—Iría ...—titubea como si supiera que cada palabra me hiciera daño —Admito que al principio si fuiste un juego, era una estúpida apuesta, pero me enamore, me enamore de ti... —coloca mi mano en su pecho— Siente como mi corazón late por ti, solo por ti.

—Se que miente, si me amaras nunca me hubieras dejado cuando sabias que no me encontraba bien —mis lagrimas salen sin poder hacer algo para que se detengan.

—Me fui, porque sabía que tarde o temprano te ibas a enterar y hubiera preferido que me tomaras como un cretino a alguien que solo jugo contigo. Y sé que no tengo derecho a exigirte respuestas, pero me importas, más de lo que quisiera... —sus brazos me rodean la cintura —Nunca debí haberme marchado —levanta las mangas de mi chaqueta— Esto no hubiera sucedido si tan solo no me hubiera ido como el cobarde que soy... Iría te amo.

Lo miro a los ojos y solo por un momento sentí que sus palabras eran ciertas —Eres un cretino y un mentiroso —me alejo de él —Cuantos días estuve implorando por qué tu volvieras conmigo, que me dijeses estas palabras, que me abrazaras y me dijeras que todo está bien, sabes lo que significa ahora escuchar estas palabras, es como si todos me estuvieran diciendo todo esto por lastima —la reacción que estaba tomando estoy 100% segura que no la esperaba —¡No puedo estar con nadie, cuando me odio! y no puedo más con eso, no necesito de tu lastima, ni de la de nadie, no hagas cosas como estas, no requiero más de tu presencia, todo el proceso que he querido seguir para olvidarte sea a ido por la borda y no te culpo, culpo mi inestabilidad emocional, pero no te quiero de vuelta me hace daño tu presencia, me hace daño que hayas usado así conmigo y me hace daño que ahora estés con ella, te imaginaba diferente.

—Si acepto fui un total imbécil, que cuando se creyó popular supuso que podía destruirte pero el destruido fue él, por qué el que se enamora pierde, y yo me enamore de la forma más sincera, te juro que intente sacarte de mi mente, de mi ser, pero no pude, y nunca podre cuando se trata de ti... —suspira y lo noto rendido —No te pido mucho solo te pido que me dejes estar a tu lado, si quieres como amigo, pero no me alejes, ya no por favor.

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Bueno espero que les haya gustado el capítulo y si es así comenten y voten.

con Cariño Iliana  

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⏰ Última actualización: Oct 21, 2020 ⏰

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