ADICCIÓN. ✔️

12.

NARRADO
Paulo Dybala.

3 horas antes.

Acomodé el celular contra una de las decoraciones de la mesa ratona y me senté en el medio, mientras prendía la play. Estuve unos minutos eligiendo el equipo, hasta que mi celular vibró, indicándome que ya había comenzado la videollamada. Lautaro estaba del otro lado del celular, con el joystick en las manos, mientras que Leo, se estaba cebando un mate para ver la discusión que próximamente iba a comenzar al saber que uno de los dos podía llegar a perder e iba a putear a todo lo que veía.

— Dale paulito — habló Lautaro.

Unos segundos después, comenzó el partido, y Leo estaba prestando atención a cada cara que poníamos.

— ¿Alguno de los dos va a empezar a hablar sobre la pelea de Madison y Oriana? — preguntó el jugador de psg. Puse los ojos en blanco al escuchar el nombre de mi novia y mi amiga, sin dejar de prestar atención al juego.

— Yo me reí — soltó Lautaro. Por un segundo miré el celular y Leo estaba haciendo muecas.

— Mal yo también, se dieron con un caño.

— Lo que te envidio Paulito — habló Lautaro — sabes lo que daría por ver a esas dos minas peleando por mi.

Elevé las cejas al escuchar como se refería a Oriana. Y bueno, a Madison también. Al parecer, él se dió cuenta de mi cara que suspiró antes de reír.

— Es tu novia, pero sabes que es muy linda — siguió hablando. Negué divertido con la cabeza. No era la primera vez que lo decía, así que ya ni me sorprendía — Y ni hablar de Madison, pa — suspira y lo miro elevando las cejas. Lautaro se estaba mordiendo el labio inferior mientras que Leandro me miraba frunciendo el ceño, confundido por mi reacción — ¡GOL! —gritó y llevé mi mirada a la pantalla.

Bufé al darme cuenta que se lo había dejado fácil, Lautaro empezó a reír mientas aplaudía, viendo el festejo del jugador.

— Ya se lo que te tengo que decir para que te distraigas — puse los ojos en blanco y me acomodé en el sillón, para empezar a jugar nuevamente.

— Mirá, no te tenía tan así con Madison — largó Leo mientras hacía ruido con el mate. — Está re caliente con vos, y no en el buen sentido.

Elevé los hombros.

— No se ni porqué se enojó. Le hablo y me clava visto, ya me cansé —suspiro— Si tiene algo para decirme que me lo diga, pero no le voy a chupar el culo para que lo haga.

— Yo lo hago, con gusto —Leo rió al escuchar a Lautaro.

— Sos un pajero Lautaro — negué divertido.

— ¿Pajero es decir la verdad?

— Tenes novia —exclamé.

— Si pero no soy ciego.