― no mi niño... no puedes ir.
respondía la rubia
en su lugar;
pero para el pequeño
le restó importancia
y corrió hacia la pierna
de jim, con miradas suplicantes.― ¡papá! ¿puedo ir?
el irlandés lo miró por unos
segundos y negó lentamente
bajo la tristeza de su alma
y sus comisuras caídas
que se escondían en su bigote.
se hincó para tomar su tamaño
y sus ojos se humedecieron
al decirle:― cariño... lo siento frederick. lo siento pero no puedes.
tengo que salir del país por motivos laborales...― ¿te irás muy lejos?
― ...tristemente.
― ¡pero yo quiero ir!
― lo siento amor.
el mayor cargó sus maletas
y caminó hacia la salida,
el castaño sólo lo veía con los ojos tristes.― te seguiré amando, siempre.
concluía como últimas palabras
antes de cerrar la puerta de la mansión
y luego salir del jardín.
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1991
Short Storyfrederıck sólo es un loco enfermo ıntentαndo contınuαr con el espectάculo de su pαdre. él fue un rey de lα reınα, un héroe, un vαlıente y un mαnıάtıco de lα dıversıón. relαtαndo desde unα perspectıvα los tıempos obscuros de 1991.