Palabras De Dragón: Uno De Ellos

Amigos, Amigos Y Más Amigos

Estaba Miguel tan feliz aquel día. Sencillamente no había pasado nada fuera de lo normal esa semana y se sentía satisfecho con el examen que había tenido, en el cual su clase consiguió sacar algunas respuestas al profesor abriendo a todos ellos un haz de esperanza que iluminaba el aprobado tan ansiado. Miguel se acercaba, al final del horario lectivo de aquel día, hacia el instituto vecino para reunirse con varios amigos.

-Raquel: ¡Hola Miguel! -Dijo con la cara iluminada.- Tienes cara de haber pasado un buen día.

-Miguel: Sí, ha sido un día fantástico, Ra -"Ra" era como llamaban a Raquel amistosamente.-, ¿dónde está Ro? -De nuevo, por la misma razón, "Ro" es como llamaban a su amiga Rocío.-

-Rocío: ¡Estoy aquí! ¡Ya sé que soy pequeñita pero no tanto! -Dijo entre risas.-

-Miguel: ¡Yo también soy bajito! ¡Hasta Cristóbal que es menor que yo -En edad.- es más alto!

Aparece desde lejos Cristóbal, que está saliendo por la puerta del Instituto.

-Cristóbal: ¡Hombre, negro! -Dijo riendo.- ¡Cuánto tiempo! -Así se saludaba con Miguel, que, por una razón que escapaba al interés y conocimiento de Cristóbal, siempre decía en broma "Oye, que yo soy negro" aunque no tenía un tono de piel especialmente oscuro.-

-Miguel: ¡Si es que siempre sales muy pronto!

-Cristóbal: ¡No es mi culpa tener los pies como árboles! -Se refería principalmente a la altura enorme de sus pies, pero haciendo referencia a lo peludos que son, por hacer más gracioso el comentario.-

Dani, Luis, Juanma y Rubén aparecen, que vienen también del instituto vecino al de Cristóbal, al igual que Miguel. Rocío y Juanma eran novios, aunque que se llevaban algunos años de diferencia a Cristóbal le parecía una pareja muy tierna.

Rocío y Juanma se besaron románticamente. Rubén abrió conversación con el resto para darles intimidad a los tortolitos..

-Rubén: ¡CRIIIIIIS! ¡¿Vistes el anime que te dije?!

-Raquel: ¿¡Podéis dejar de gritar de una vez!? Nos mira la gente y me da vergüenza - Puso su famosa cara de traumatización, que usaba en situaciones similares.-

Los presentes se disculpan por los gritos. Luego siguen hablando.

-Cristóbal: No Rubén, a ver si te entra en la cabeza que a mi no me gusta ningún anime por el hecho de ser anime. Y me voy que hoy tengo espagueti. -Puso cara de felicidad y salió corriendo.- ¿Vienes Dani? -Dani siempre se iba con Cristóbal hablando de sus cosas de vuelta a casa, porque le pillaba de camino a Cristóbal.-

Por el camino estuvieron hablando sobre cosas cuando:

-Cristóbal: ¿Has oído eso?

-Dani: Yo no he oído nada.

Entonces, aparece por la montaña que da hacia el norte un enorme helicóptero militar de enormes dimensiones. Hasta pasado un enorme rato, Dani no es capaz de escuchar el silencioso helicóptero, hasta que no pasa justo por encima de sus cabezas, y aún así apenas se escucha.

-Dani: Dios Cris, menudos oídos tienes.

-Cristóbal: Gracias.

El resto del día pasaron más helicópteros, del mismo modelo que el anteriormente mencionado, en diferentes direcciones. Dani seguía haciendo esfuerzos por oírlos, pero sencillamente eran muy sigilosos y si fueran del color del cielo serían completamente indetectables por él. Seguía sorprendido por la habilidad auditiva de Cristóbal. Aunque tenía otro sentido muy destacado: su visión. No llevaba gafas, pero tenía bastante hipermetropía, lo que le proporcionaba una especie de zoom natural que le permitía ver a enormes distancias al mismo tiempo que puede ver cosas increíblemente pequeñas.

Aquella noche, las luces de la ciudad se apagaron por un corte en uno de los cables diez minutos después de empezar a llover. Cristóbal contemplaba el cielo sin poder dormir, mientras miles de estrellas se exhibían en el cielo hablando a quienes quisieran escucharlas.