𝐉𝐚𝐦𝐞𝐬 𝐋𝐚𝐤𝐞 𝐉𝐫. |
El tiempo pasa y nunca vuelve atrás. Vivimos en constante cambio, en constante evolución, sumidos en rutinas estresantes, viendo cómo el tiempo se nos escapa de las manos sin que seamos plenamente conscientes de ello.
La...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝐂 𝐀 𝐏 𝐈́ 𝐓 𝐔 𝐋 𝐎 𝟎𝟒 ────────────────────
Vi un trol... ¡Un trol como narran los cuentos!
Solo eran un cuento, parte de las mitologías y relatos de Arcadia. No estaba muy entusiasmada por conocer alguno, debido a su alimentación de carne humana según algunos cuentos. No todos, pero la mayoría según varios cuentos, hay diferentes especies de troles y si lo entiendo bien, tuve la suerte de encontrarme con uno que no está interesado en la carne humana.
No habría vivido para contarlo, si su alimentación se basaba en la carne humana, perdí mi voz para pedir ayuda y fue algo vergonzoso y peligroso en caso de que estuviera en peligro. Debería estar acostumbrada, en situaciones de peligro tengo la mala suerte de quedarme sin una voz para pedir ayuda.
Asimilaba lo que acababa de pasar, tardé en reaccionar y elegí callarme sobre todo lo que había visto, pasé desapercibida en todo el picnic, perdida en mis propios pensamientos y estaba al tanto de cualquier sonido del bosque, alertada a cualquier indicio de que algo saliera de la nada.
La mano me dolía, cuando empezamos a comer, me di cuenta que tenía una herida en la mano, mi madre me la vendó y me preguntó si pasó algo, creo que fue la única que notó que mi actitud distante no era la misma de siempre.
Anne y April creyeron que me caí del árbol, por eso fueron a buscarme. Dije que era cierto, por la cortada en mi mano y por el raspón que me hice en el tobillo con una de las rocas al retroceder del trol.
No era exactamente como me lo imaginaba, es algo extraño, pero... el trol tenía rasgos humanos. Nunca vi un trol como para tener una idea de como son, pero al ver sus ojos azules era como si viera a un humano como yo.
Mi imaginación creía que los troles solo serían enormes seres de piedra, con esos aterradores dientes afilados para comer a cualquier humano, no uno vestido con una armadura como el de un caballero.
La nostalgia me invadió al recordar mi libro perdido de cuentos, habían ilustraciones de troles enormes, diferentes, algunos con varios brazos, otros con varios ojos, algunos ocultos como rocas en el bosque... un cuento de un caballero que se convertía en trol.
Tal vez... esté en la metrópolis subterránea.
No podía quedarme tranquila con tantas dudas, necesitaba aclarar mis dudas, pero una parte de mí no quería hacerlo porque es peligroso, no soy una persona aventurera que entre al bosque por su propia cuenta, mis primas si lo son y solo voy con ella para no sentirme de cierta forma excluida.
