Capítulo 6. ¿Guerrera?

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—¡Buenos días!

—¡Ah! ... ¿¡Qué!? —me levanto exaltada y observó a una alegre sirvienta que no vi ayer. Ella irradia una gran sonrisa, pero apenas puedo verla con mis ojos somnolientos.

—¡¡Akela, prepárate!! Debes comer muy bien hoy, no puedo creer que ya sea tu graduación como guerrera.

—¿Mi qué de qué? —sigo medio dormida y no logro pensar con claridad. ¿Dónde estoy? Miro alrededor y me doy cuenta de que este no es mi cuarto. Esto significa que lo que ocurrió ayer fue real.

Agacho mi cabeza para cerrar los ojos y pensar en cómo debe estar mi familia.

—Pareces deprimida, te traeré el desayuno para animarte un poco —la chica sale apresuradamente de la habitación para buscarlo.

—¿Y cómo no estar triste? —mencionó en voz baja, ahora que se fue. ¿Cómo estará mi madre en estos momentos, buscándome por todos lados? Deben pensar que estoy muerta. No quiero que eso suceda.

—Listo, señorita, ¡es tu favorito! —la chica regresa con alegría, sosteniendo un plato —Le puse algunas moras porque sé que son tus favoritas.

Puedo ver que está muy feliz, su sonrisa parece no desvanecerse. Miro el plato y noto que son como una especie de panqueques, pero su forma y textura son distintas. Pruebo un poco.

—¡Dios! —exclamo porque esto sabe fabuloso.

—¿Te gustan? Los hice yo misma —parece estar muy orgullosa al decir eso, y con razón.

Están increíblemente deliciosos, nunca había probado algo así. Las moras le dan un sabor exótico y muy sabroso.

—Son increíbles —digo con la boca llena, no pude resistir probar más, y ahora ella parece sonreír con más fuerza.

—Y dime, ¿Cómo te fue con el que será tu protector? ¿Es lindo? —se acerca demasiado a mí, con gran curiosidad en su mirada.

—Ah, me fue bien —me sigue observando, esperando que le responda algo más —¿Qué? —menciono sin saber qué más decir.

—¿Es lindo? —abre un poco los ojos, como si quisiera salir de dudas. Parece estar esperando mi respuesta. Pero, ¿Cómo responder? ¿Es Julián atractivo? Parece más maduro, lo que lo hace parecer un buen partido, pero no es mi tipo.

—Sí, es lindo, pero no es mi tipo.

—¡Ahhh, qué emoción! Escuché a Ágata que estuvieron hablando anoche y que prometieron verse hoy —levanta las cejas de manera coqueta y se acerca más a mí.

—Solo somos amigos, de hecho, él parece más tu tipo. Además, sabes que tengo que presentarme pasado mañana en el palacio para competir con el príncipe —tal vez eso cambie su idea de emparejarme con Julián.

—Oh, cierto, ya me había olvidado de eso, pero descuida, serás la más bella de todas —agarra mis manos para darme apoyo. ¿Por qué todos están haciendo lo mismo para animarme? —Ojalá pudiera ser igual de bella que tú y ver el palacio con mis propios ojos, debe ser hermoso —sus ojos reflejan un anhelo profundo por verlo.

—Si quieres, te mando fotos...

Un momento ¿Acabo de decir eso en el antiguo Egipto?

—¿Fotos? ¿Qué es eso? 

Su expresión de confusión demuestra lo ridículo de mi comentario. Mi cuerpo se tensa, intento pensar el cualquier alternativa para salir de este problema.

—No, olvídalo, solo estaba hablando de una de mis espadas, que se llama "foto" —menciono, gruño inconscientemente, acabo de soltar otra estupidez. Cuando inicio a ponerme nerviosa el encogimiento de hombros por parte de la chica me tranquiliza.

La Maldición Del Príncipe De Egipto © [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora