Y así de la nada se fue marchitando algo que nunca existió, él la amaba pero no lo admitía, ella lo admitía pero no lo decía.
Así fueron pasando los días, extrañándose uno al otro, solo mirando el cel esperando a ver cuál de los dos escribía de primero.
Borracho de amor, sobrio de conciencia, un embriague de nostalgia, un desespero de tiempo, un desperdicio de orgullo, un escalofrío del escombro, una soledad abrumadora, un tormento de insomnio.
El orgullo se adueñó de sus mentes, el silencio se adueñó de sus dedos, de su voz, la oscuridad los arropó, se volvieron clandestinos de amor, vivían en los escombros, aún esperanzados de que el mensaje llegaría.
Pero no llego, la desilusión los arropo, sus almas murieron en silencio, sus cuerpos se agotaron, las lagrimas se secaron, el amor se marchito, la esperanza se escaso, el orgullo ganó