Mina llevaba a Chaeyoung por un sendero de piedras, por lo que Chaeyoung había deducido. Sus zapatos hacían las piedras sonar alto cuando ella las pisaba con un nuevo paso en falso. Por Dios, Mina parecía tener prisa. Chaeyoung la seguiría de buen grado a donde quiera que fuese si no estuviera vendada. Ella era nueva en esas cosas de caminar a oscuras y ya lo odiaba. Si tener los ojos temporalmente cubiertos la sacaba de sus casillas, sería una vieja quejumbrosa si fuera como Mina. Admiraba a la mayor por haber acogido sus defectos y no lamentarse y culpar todo por su limitación, Chaeyoung estaba segura de que sería de ese tipo de personas si fuera ciega.
La coreana escuchó el ruido del motor del auto ser prendido detrás de ellas, y después el ruido de las llantas moviendo las piedras, alejándose.
- ¿A dónde va Bambam? - Preguntó ella un poco perdida.
-No lo necesitaremos más por hoy - Respondió Mina con un aire malicioso - Llegamos - Dijo deteniéndose. Chaeyoung agradeció mentalmente por eso - Puedes quitarte la venda.
Chaeyoung deslizó la corbata fuera de su cabeza, su mirada atenta, desesperada y curiosa por saber en dónde estaba.
Ella estaba frente a una pequeña cabaña de madera, tendría comodidad por lo menos. Parecía acogedora y poco usada.
Mina subió las escaleras que llevaban hacia el pequeño balcón y abrió la puerta. Después se volvió esperando a Chaeyoung.
-Esta cabaña es de la anciana Sunmi. Tengo que presentártela -Dijo ella mientras Chaeyoung subía, acercándose - Años atrás, antes de que tú y yo naciéramos, era aquí a donde ella venía amar. Sus papás no aceptaban a la persona que ella amaba, así que huyó de casa y lo esperaba a él aquí, todas las noches. Ellos se acostaban sobre el pasto y planeaban cosas, hacían promesas teniendo como testigo las estrellas. Jinyoung la amó por el tiempo que tuvo, ella aún sigue amándolo.
-Eso es lindo - Dijo Chaeyoung acercándose - ¿Qué pasó con ellos? - Preguntó envuelta en la historia de amor.
Mina se volvió y abrió la puerta.
-Él murió de tuberculosis en la guerra. Y ella ha venido sola desde entonces. Construyó la cabaña después de su muerte, era el lugar al que ella venía cuando el luto la torturaba - Respondió con pesar.
Chaeyoung podía ver que Mina sentía pena de la anciana de la que hablaba.
-Ese no es un buen final para una historia de amor.
Mina suspiró.
-Tal vez no sea sobre el final feliz. Tal vez sea sobre la historia - Respondió ella antes de entrar.
Chaeyoung hesitó antes de realmente entrar. Estaba nerviosa y no sabía por qué. Ella caminó dentro de la cabaña, deparándose con un ambiente iluminado por velas. Había varias de ellas, todas en un tono rojo pasión. La cabaña olía a madera y velas románticas, una canción suave de Mary Lambert sonaba bajo. Todo tan acogedor que Chaeyoung tuvo ganas de nunca más salir de ahí.
-Espero que Bambam esté haciendo papel de bombero también esta noche - Mencionó Chaeyoung sin pensar.
Mina rio.
Ella vio hacia la cama confortable, el colchón se proyectaba a tan solo un paso del suelo. Arriba, en el techo, ella podía ver las estrellas pues tenía parte vidrio temperado móvil, podía ser abierto y cerrado dejando una abertura sobre el techo, permitiendo que la brisa de la noche entrara en el ambiente. Chaeyoung nunca había visto un lugar tan perfecto. Cerca de la cabecera, en el suelo, había dos floreros que contenían bellas orquídeas. Eran sus flores preferidas.
Mina se viró hacia ella. Tenía una cajita de terciopelo en las manos. Ella sonrió y se la entregó a Chaeyoung. La chica le envió una mirada de sorpresa. Y cuando Chaeyoung tardó para esbozar alguna reacción, Mina llevó la mano en busca de la de ella para saber si ya la había abierto. Ella encontró la caja cerrada entre las manos de Chaeyoung.
- ¿Qué es? - Preguntó Chaeyoung.
Mina podía jurar que reconoció miedo en su tono de voz. Se preguntó si ella estaba pensando que eso era una propuesta de matrimonio. Ella sonrió y tomó la cajita, luego la abrió revelando una pulsera plateada. Dos cadenas sujetaban el centro rectangular curvado, hecho para encajarse en la muñeca. Mina fue hasta la cama a dejar la cajita y regresó, deteniéndose frente a Chaeyoung.
Mina colocó la cadena en la mano de la chica. Buscó su pulgar y lo acomodó bajo el suyo sobre la pieza helada de metal. Chaeyoung sintió las ranuras en braille.
-¿Sabes qué está escrito? -Preguntó Mina con esperanza.
Chaeyoung había pasado una buena cantidad de su tiempo libre intentando entender la forma como Mina veía y entendía las cosas, y una de las formas para llegar a eso era pasar horas acariciando el alfabeto en braille que la chica le había dado.
El dedo pasó lentamente por las ranuras. Los ojos mantenidos en la mirada perdida de Mina, que esperaba por una respuesta.
-La mía es Chaeyoung - Murmuró la coreana. Ella miró hacia la cadena acomodada entre su mano y la de Mina. El dedo de la mayor presionando el suyo contra la escritura. Los ojos regresaron hacia las suaves y coloradas mejillas que ella amaba - ¿Yo soy la tuya o qué?
Los labios carnudos de Mina se curvaron en una hermosa sonrisa.
-Una frase tan simple para algunas personas. Tan libre de significados -Explicó Mina lentamente, su voz casi en un susurro - Pero cada vez que me pregunten sobre mi vida, voy a decir que eres tú - Ella presionó el dedo de Chaeyoung sobre la escritura en braille nuevamente - Y más que oírlo, quiero que lo sientas.
Chaeyoung se curvó hechizada. Parecía una niña siendo atraída hacia algo brillante y nuevo que despertaba su curiosidad. Los labios húmedos fueron presionados contra la sonrisa de Mina.
-Te amo - Dijo ella alejándose lentamente.
Mina soltó una mano y la llevó a los labios de Chaeyoung. Deslizándola por su pecho y cuello antes de alcanzar su objetivo.
-Dilo de nuevo - Pidió ella en un susurro.
Chaeyoung se deleitó con una caricia suave bajo su boca.
-Te amo.
Mina dejó los labios deslizarse nuevamente, acariciando su dedo mientras las palabras sonaban.
-Y más que oírlo... Puedo sentirlo - Susurró ella.
Mina puso la pulsera en Chaeyoung. Se tardó más que el doble de tiempo para prenderla en el pulso de la chica.
Y entonces Chaeyoung la besó. Sus labios calientes y dulces nunca parecieron tan voraces. Las manos sujetaban la nuca de Mina posesivas y luego sus prendas parecían tan solo obstáculos para un mayor contacto. Chaeyoung bajó las manos por la espalda de Mina trazando el camino del zipper de su vestido y volviendo para abrirlo. Mina se alejó lentamente mientras Chaeyoung bufaba exasperada. Ya estaba cansada de que Mina la excitara y luego la dejara sin dolor ni piedad. Ya había sido torturada lo suficiente aquella noche.
Mina regresó y colocó las manos en su rostro, trazando lentamente su mandíbula como lo había hecho la noche en la que ellas se habían entregado completamente la una a la otra. Chaeyoung le había entregado su corazón. Mina le había entregado su corazón y su cuerpo. Chaeyoung pretendía hacer lo mismo en aquel momento.
Mina bajó la mano por el brazo derecho de Chaeyoung, levantándolo y colocando la mano de la chica sobre su pecho. Mina la besó tiernamente. Un beso tan suave e inocente que Chaeyoung no tuvo reacción.
-Puedo darte flores, pero solamente tengo un corazón para ofrecerte - Dijo ella presionando la mano de Chaeyoung.
Ella podía sentir el latir de su corazón de Mina. Parecía acelerado y salvaje.
-Eso me basta - Respondió Chaeyoung.
El corazón de Mina se hundió de ternura. Por Dios, ella nunca amaría a nadie como amaba a Chaeyoung, sabía que ellas eran jóvenes, y que para los jóvenes los sentimientos eran pasajeros, pero ella no podría vivir si un día Chaeyoung no la amara más. Pues ella estaba segura de que haría eso para siempre.
Mina volvió a besarla. Chaeyoung dejó que la chica llevara el beso de la forma que quisiera, nunca se sintió tan entregada como en aquel momento.
Mina quitó las prendas de ropa lentamente. Se enredó con el pantalón y a la hora de quitar los zapatos de Chaeyoung. En las dos ocasiones ella sonrió tiernamente mientras Chaeyoung se quedaba quieta admirando sus lindos ojos castaños brillando bajo la luz que ofrecía las velas. Aunque la estuviera dejando desnuda, Mina evitaba tocar su cuerpo, parecía estar desvistiendo un bebé para el baño, y no a su novia para tener relaciones.
Mina se alojó frente a Chaeyoung. La única pieza que la cubría era su braga.
Mina posó la mano con dedos hesitantes en la cintura de Chaeyoung un poco arriba de los laterales de su ropa interior. Ella besó su vientre haciendo a Chaeyoung estremecer antes de bajar la pieza por sus piernas. Chaeyoung casi fue a la locura cuando Mina posó los labios en su pubis antes de levantarse.
Chaeyoung no podía dejar de admirarla. El rostro impasible como la vez en que su mamá le había revelado que había llorado por tres días por no haber podido ver las atracciones del circo. No, hoy ella no quería fingir que veía, levantando miradas hacia los lugares de donde provenían las voces, pestañeando regularmente y moviendo los ojos como si pudiera captar todo a su alrededor. Hoy ella sería la chica con la mirada ajena por la que Chaeyoung se había interesado meses atrás y nunca más consiguió deshacerse de esa sensación.
Chaeyoung aún recordaba la mirada presa al suelo, como si ignorara la existencia de todos a su alrededor, cuando la verdad, ella solamente estaba escuchando, tan solo sintiendo, pues sus ojos no funcionaban. Luego después vino la mirada de diversión cuando la saludó, y si ella no hubiese hablado, Chaeyoung hubiera pasado el resto de aquel día sin ninguna sospecha de que ella era ciega.
Mina llevó las manos a su espalda en busca del zipper del vestido, lo encontró y deslizó dejando su espalda descubierta. Chaeyoung no resistió y se acercó, y con la misma ternura que Mina demostró mientras la desvestía, ella deslizó el vestido por sus hombros, plantando un beso en la piel que estaba libre. Luego el vestido cayó, dejando a Mina tan solo en ropa interior frente a ella. Sus senos erizados, el vestido amontonado alrededor de sus pies.
Chaeyoung observó el cuerpo desnudo de Mina. Mina era delgada, sus cabellos negros y largos bajaban por sus hombros y espalda. Ella podía ver los pezones erectos proyectarse a través de las suaves mechas de su cabello. Mina tenía senos medios con pezones pequeños y rosados, casi no había contraste entre ellos y la piel la blanca. Chaeyoung bajó la mirada hacia su abdomen plano. Cielos, ella era hermosa. Ya había paseado sus manos y boca por sus curvas, la había visto desnuda, pero la belleza de Mina parecía cintilar bajo la luz de las velas.
-Tu piel brilla a la luz del fuego - Confesaron sus labios sin que ella diera ningún permiso.
Mina sonrió tímida. Por Dios, Chaeyoung amaba cuando ella se ruborizaba. Parecía tan inocente, tan virtuosa que se sentía culpable por las ganas que tenía de corromperla.
Mina se acercó y acarició el rostro de Chaeyoung, luego sus manos bajaron por sus hombros desnudos y descansaron sobre sus omóplatos.
-No puedo apreciarte con mis ojos, pero voy a trazar cada pedazo tuyo con mis dedos, mi boca y mi cuerpo.
Chaeyoung se estremeció bajo la promesa.
Mina llevó a Chaeyoung a la cama, dándola una buena visión de su trasero cubierto. Ella la acostó en la cama, Chaeyoung tan solo dejó que Mina la guiara como una niña boba esperando un permiso.
La mayor se sentó en su cintura, las piernas a cada lado de su cuerpo. El fino algodón de su braga era la única cosa que las separaba. Chaeyoung llevó las manos a su cadera, demasiado débil, demasiado entregada para impedirse tocarla. Mina tomó sus manos tranquilamente y las llevó sobre la cabeza de Chaeyoung. La chica arfó cuando el dorso de Mina estuvo sobre ella. Chaeyoung podía estirarse y besar los tentadores labios de Mina, o podía inclinarse hacia el frente y capturar uno de sus senos. Cielos, su boca salivaba.
Mina acarició la extensión de los brazos de Chaeyoung. Sus dedos rozando levemente desde su palma hasta la curva de su axila. La mayor se curvó y besó un brazo, el movimiento dejando sus pechos a centímetros de la boca de Chaeyoung. Ella gimió contra su piel cuando la lengua caliente de la chica contornó un pezón lento y demorado, una tortura. Chaeyoung amó su expresión de placer instantánea. Mina arqueó la espalda hacia atrás alejándose del contacto de mala gana.
-Shh. Debes quedarte quieta - Pidió ella acercándose, sus labios rozándose levemente.
Chaeyoung tragó en seco y asintió aún sabiendo que la chica no podía ver, pues su cuerpo no le permitía soltar ninguna sílaba. Estaba segura que cualquier cosa que saliera de sus labios sería vago e incoherente.
Mina selló sus labios. Chaeyoung tan solo apreció el contacto suave, siendo obediente y quedándose quieta tal como Mina le había pedido.
Mina bajó los labios por su cuello, las manos cubriendo las partes que la boca de la chica no cubría. Chaeyoung mantuvo las manos sobre la cabeza. Por nada del mundo deseaba que Mina se detuviera.
Los labios bajaron por su clavícula. Rayos, sus manos ardían por presionar a Mina contra ella. Chaeyoung se curvó exasperada cuando Mina rozó la lengua en la curva de su seno.
Por favor, no te detengas. Imploró silenciosamente, pero para su alivio, Mina parecía demasiado absorta para hacer tal cosa.
Las manos de Mina encontraron los senos de Chaeyoung mientras su boca aún vagaba. Ella apreció la suavidad de la piel, después tanteó, su pulgar rozó los pezones rugosos y puntiagudos.
Las manos y los labios pasearon lentamente por el cuerpo de la chica. Mina parecía evitar cada zona erógena del cuerpo de Chaeyoung así que lo descubría, haciendo a la chica sumergirse en una dulce tortura. Agitada, Chaeyoung contó -de la forma más rápida que pudo - la historia de cada cicatriz con la que Mina se topaba con los hábiles dedos. La mayoría causadas por el accidente en el que su mamá había fallecido. Tan solo arañazos causados por los trozos de vidrio. Para Mina, cada arañazo era uno de sus puntos en braille, pero en vez de cargar una letra, que formaría una palabra, y luego una frase, cada uno de ellos contaba una historia por sí solos, lo que encantaba aún más agregando el hecho de Chaeyoung estar desnuda y entregada debajo de ella. Ella amó la piel lisa y sedosa. Deseó como nunca, a cada nueva curva, poder ver a Chaeyoung.
Estaba acariciando su muslo izquierdo, subiendo gradualmente, esta vez sin guardar los lugares en los que escuchaba a Chaeyoung arfar y gemir mientras la descubría bajo sus dedos y boca. Cada pedazo de ella ahora memorizando y trazando para siempre en su cabeza.
Ella subió más, dejando una línea de besos húmedos. Rió cuando Chaeyoung gruñó después que ignoró el punto en el que ella más deseaba sus besos. Su boca subió por su barriga. La lengua arrastrándose levemente por su piel, tan solo saboreando, una provocación que hacía el cuerpo de Chaeyoung inclinarse más hacia la caricia. Mina subió por el valle entre sus pechos. Estaba tentada a tomar uno en su boca para descubrir si eran tan suaves y dulces como el resto de Chaeyoung, pero quería amarla lentamente, apreciar cada pedazo que no podía ver, pero podía sentir.
Chaeyoung gimió cuando ella lamió su garganta, su lengua trazando un camino hasta su oreja. Ella sintió bajo sus manos los vellos de Chaeyoung erizarse.
-Por favor, Minari, tócame. -Imploró Chaeyoung en un susurro.
Mina sonrió contra la piel de su oreja.
-Es lo que estoy haciendo.
Chaeyoung bufó. Su cuerpo quemaba por donde Mina besaba, otras partes hormigueaban por donde sus manos pasaban, y ella podía sentir la presión insoportable en medio de sus piernas. Su carne caliente y húmeda implorando por atención. Ella había sido obediente, y su mente gritaba que ella merecía una recompensa por eso.
La coreana tomó la mano de Mina y la llevó hasta la su zona deseada. Mina gimió en su cuello, instigada.
-Tócame aquí - Pidió Chaeyoung suplicante.
Mina bajó la mano lentamente, ella nunca había tocado esa parte de Chaeyoung y gimió al sentir el calor que ella emanaba. Sus dedos bajaron curiosos por más, vagaron entre los suaves pliegues haciendo a Chaeyoung curvarse debajo de ella. Ella lo hizo como lo hacía en ella misma, como en la noche en la que deseó a Chaeyoung y se tocó pensando en ella. Sus dedos pasearon lentamente entorno al clítoris. Sondando, vagando. Mina lamió la clavícula de Chaeyoung antes de detenerse sobre un seno. Ella usó la nariz, pasándola suavemente por el cuerpo de Chaeyoung para localizarlo, su olor dulce haciéndola sentir en una nube.
Mina bajó la cabeza, su lengua se deslizó fuera de su boca tocando levemente la punta rígida del pezón. Chaeyoung se contorció una vez más, un pequeño silbido escapando de sus labios. El sexo de Mina se contrajo con el ruido ronco y profundo. Necesitaba de mucho auto control para no apresurar las cosas. Quería sentir cada parte de Chaeyoung contra ella, tener la sensación de la fricción de sus cuerpos juntos memorizándolo en su cabeza eternamente.
Mina abrió la boca sobre el seno, gimiendo cuando sintió el sabor de Chaeyoung en su lengua. Absorbió levemente humedeciendo el pezón, después hizo lo mismo con el otro, siendo incentivada por los ruidos de aprobación de Chaeyoung. Ella gruñó cuando Mina se alejó, tan solo para gemir nuevamente cuando ella bajó con la lengua por su barriga. Mina casi pudo escucharla gritar de aprobación cundo se acercó a su pubis. Ella sintió a Chaeyoung inclinarse hacia el frente, entregándose, ofreciéndose. Los dedos aun exploraban curiosos en su pudor.
Mina sonrió contra su piel. Sus labios rozaban levemente el área del muslo hasta la ingle, regresando nuevamente a su cadera. Ella podía sentir el sexo de Chaeyoung pulsar en sus dedos con cada toque.
Chaeyoung abrió las piernas impaciente, por todos los cielos, ella misma se tocaría si Mina no lo hacía rápido.
Estaba tan húmeda que sentía la leve brisa circular balanceando las llamas de las velas.
Mina se deslizó entre sus piernas, todo tan rápido que ella solamente tuvo tiempo de procesar la cabellera oscura contrastando con la piel pálida de sus muslos.
Impaciente Mina la lamió. Experimentalmente y lentamente. Sintió alboroto dentro de sí cuando sintió el sabor de Chaeyoung, su olor mezclándose con la esencia de su excitación. Mina se sintió embriagada. Ella contornó y jugó con su piel por un tiempo, apreciando sus suaves gemidos, la sensación sedosa de ella en su lengua y el sabor embriagante que ella buscó con habilidad creciente. Solamente ahora había entendido completamente cuando Chaeyoung le dijo que deseaba devorarla, pues ella no quería nunca más salir del medio de sus piernas.
Entonces ella lo hizo de nuevo. Deslizó su lengua sobre el sexo liso y suave, contornando el clítoris con su lengua. Chaeyoung gimió alto. Su mano presionó el cuero cabelludo de Mina. La mayor chupó ávidamente queriendo más de su sabor, más de sus roncos gemidos.
Estaba embriagada, deliraba en cuanto el sabor de Chaeyoung la invadía, ahora más fuerte y más abundante.
Una de las manos tomó la cadera de Chaeyoung sujetándola, la otra mano fue hacia su zona abriendo los pliegues para los ataques de su lengua, serpenteando el clítoris tembloroso, invadida por sus instintos, rondando la pequeña abertura. Luego ella chupó la pequeña protuberancia nuevamente, del modo ansioso y exasperado con el que lo había hecho con sus senos. Chaeyoung tembló ligeramente debajo de ella, su respiración resonando en la habitación junto a los ruidos de succión. Rogaba para que Chaeyoung no pidiera por sus dedos como ella había implorado su primera vez, sabía que no podría detenerse con lo que estaba haciendo ni aunque quisiera.
Chaeyoung se abrió más, empujándose hacia abajo. Mina podía oírla murmurar entre gemidos. "Sí, eso, sí, por favor." De las palabras inconexas, esas eran las únicas que Mina podía discernir.
Entonces, curiosa, ella rodeó su zona y deslizó su lengua hacia adentro. Chaeyoung quedó sorprendida con la intensidad de sensaciones que eso le provocó. Un gemido de Mina reverberó por el cuerpo de Chaeyoung antes de que la chica convulsionara debajo de ella. Un grito preso en su garganta, la abertura de su vagina presionando la lengua de Mina, crema dulce y ambulante transbordaba de ella. Mina se sintió en un banquete.
Chaeyoung suspiró sorprendida, su visión aún borrosa. Mina la había hecho sentir como si hubiese caído de un precipicio, deseando y deseando caer en caída libre, en frenesí para siempre. Mina levantó la cabeza después de besar su abdomen. Sus ojos generalmente opacos y perdidos parecían codiciosos, las mejillas húmedas, el cabello que Chaeyoung había enmarañado mientras se perdía, despeinado de un modo sensual. Mina era un pozo de perdición siendo bella como lo era. Entonces Chaeyoung miró la pulsera.
Toda suya.
La coreana se sentó. Mina parecía demasiado aturdida para hacer algo más que tan solo esperar y aún ni siquiera había tenido su momento.
Chaeyoung deslizó el costado de las manos en la parte interna del muslo de la chica. Mina cerró los ojos. Su cabeza hacia atrás esperando por más. Chaeyoung acarició su ropa interior húmeda antes de deslizarla hacia un lado.
Mina estaba caliente y mojada bajo sus dedos. Ella deslizó dos dedos dentro de ella sin preámbulo. La mayor se curvó con la invasión. Los brazos apoyándola eran lo único que le impedían caer hacia atrás. Mina se presionó alrededor de sus dedos. Terciopelo caliente. Así describiría Chaeyoung el interior de Mina.
Ella fue lentamente. Sus dedos deslizándose completamente hacia afuera tan solo para deleitarse entrando nuevamente.
Era la imagen más erótica que Chaeyoung había visto en la vida. Mina bajo sus rodillas. Las piernas abiertas, su mano entre ellas, intentando alcanzar lo más hondo que podía para apreciar la voz tremida de Mina balbuceando algo inaudible, que se mezclaba con un gemido contenido. La espalda de la chica curvada. Sus senos en un movimiento leve con cada respiración.
Chaeyoung no podía dejar de mirarla. Tal cosa sería como tener relaciones sin tocarla.
La cadera de Mina cabalgaba en los dedos de Chaeyoung cuando la presión se tornó insoportable. Rítmicamente al inicio, frenéticamente al acercase al clímax. Si no estuviera tan absorta e su placer se preocuparía con la quietud de Chaeyoung, pero ella se importaba más en que los dedos no dejaran de moverse. Mina se dejó ir hacia el frente, el brazo libre de Chaeyoung la sujetó en apoyo cuando ella forzó la mano de la chica contra el colchón, frotándose en la palma mientras los dedos se movían dentro de ella. Y entonces vino la explosión. Su vientre se presionó violentamente. Su cuerpo se erizó. Sus músculos se presionaron. Ella alcanzó el clímax con un grito que no sabía si había emitido de tan profundo y agudo que sonó.
Mina aún tenía los dedos de Chaeyoung dentro de ella cuando su respiración se normalizó. La cabeza apoyada en el hombro de la chica, la mano libre de Chaeyoung sujetándola contra ella como si se pudiera desmoronar en cualquier momento.
Chaeyoung deslizó los dedos fuera de ella. El único ruido que se escuchaba era el sonido tocando una suave canción romántica, y el de los grillos y cigarras allá afuera.
Chaeyoung lamió los dedos húmedos. Aún recordaba el sabor maravilloso que tenía Mina Su sabor agridulce y el afrodisíaco olor, su gozo reciente instigándola hacer todo de nuevo.
Chaeyoung levantó el rostro de Mina y la tomó en un beso posesivo. Mina gimió en voz baja cuando las lenguas se encontraron, las sensaciones eran demasiado para ella. El olor y sabor del sexo eran como una droga que acababan de descubrir, deseaban entorpecerse aún sabiendo que nunca iban a tener suficiente.
Chaeyoung la acostó. Era una incógnita para Mina que ella pudiera ser tan gentil cuando ese beso era casi, deliciosamente, doloroso. Chaeyoung lamió los labios rojos e hinchados de la chica. Cielos, Mina podía no tener buenos ojos, pero alguien la había compensado con una boca hermosa y perversa.
-Tienes mi sabor y yo tengo el tuyo - Susurró Chaeyoung.
Mina parecía aturdida. La respiración venía lenta y suave. Los ojos pestañeaban cansados por el orgasmo, la somnolencia brillando en ellos. Y aunque Chaeyoung quisiera comenzar todo de nuevo, besó la frente de Mina cariñosamente y se dedicó a retirar la única pendra que las separaban antes de acomodarse abrazando la cintura de la chica desde atrás.
- ¿Qué estás haciendo? - Preguntó Mina acogiéndose más a ella.
-Shhh - Pidió Chaeyoung besando la curva de su cuello.
Mina inclinó la cabeza, dejó sus ojos cerrarse involuntariamente, estaba perdida en el calor que Chaeyoung le transmitía y se permitió dormir.
[...]
Chaeyoung despertó con el cuerpo caliente de Mina presionado al suyo. El trasero voluptuoso presionado contra su ingle, las espaldas lisas, acariciando sus senos y abdomen.
Cielos, ella jamás se saciaría.
La música aún sonaba bajo por la habitación.
Los labios rasparon levemente el cuello de la chica, bajando hacia su hombro.
Mina tembló levemente bajo su toque, aún inerte en su sueño.
Chaeyoung acarició el trasero tentador. Su mano vagando, descubriendo sus curvas y suavidad lentamente.
Mina gimió cuando ella presionó su trasero, demasiado tentada en hacerlo nuevamente viendo lo que eso le agradaba.
-Chaeng - Susurró Mina en un tono ronco.
Chaeyoung sonrió en el cuello de la chica al ver que ella había despertado.
Chaeyoung deslizó la mano hacia el frente de Mina, acariciando su barriga y senos lentamente, luego bajó hacia su sexo. Mina abrió las piernas para facilitarle el acceso.
-Eres tan lisa y suave - Murmuró Chaeyoung contra su cuello. Su lengua y su boca degustando la piel de su oreja mientras los dedos se movían en los pliegues del sexo de Mina - Y eres tan caliente - Susurró ella penetrando un dedo y luego retirándolo para regresar a la exploración.
Mina arfó. Sus manos fueron hacia atrás tomando el cabello de Chaeyoung presionándola contra su cuerpo.
Chaeyoung se soltó de la presión. Alejándose para besar la extensión de la espalda desnuda.
-Eres hermosa - Dijo ella. Tan solo una caricia comparada al cariño de sus labios y dedos en su piel.
Mina suspiró extasiada entre el placer y la nube de sueño.
Los labios de Chaeyoung trabajaban lánguidamente por su espalda, un ritmo lento y tentador así como sus dedos en su sexo.
Mina se volvió deshaciendo el contacto de mala gana. Sus labios buscaron los de Chaeyoung, un beso tan apasionado y suave se formó entre ellas. Sentimientos demostrados en tan solo un acto.
Mina empujó a Chaeyoung suavemente de espaldas. Buscó sus manos tomándolas y las colocó sobre la cabeza de la chica. Sus dedos entrelazados, ninguna de las dos se atrevía a abrir los ojos mientras el beso no fuera interrumpido. Aunque para Mina no hiciera mucha diferencia entre tenerlos abiertos o cerrados, sería como perder el aprecio que Chaeyoung le daba en el silencio.
La mano libre de Mina vagó por el cuerpo de Chaeyoung. Senos, abdomen, cadera. Todo siendo redescubierto aunque nunca había sido olvidado.
Gemidos, suspiros y la necesidad de oxígeno eran las únicas cosas que interrumpían el beso que las volvía tan solo una. Tan armonioso y lento como un baile romántico, encajándose completamente una en la otra, lenguas degustando el banquete de sabor que se les ofrecía.
Mina detuvo la caricia en su abdomen, entre ellas su mano bajó lentamente. Sus dedos abrieron los pliegues lentamente, provocándola con maestría. Chaeyoung movía las caderas debajo de ella implorando por más. Mina acarició el botón de nervios suavemente. Dejándolo liso y resbaladizo con los jugos de la excitación del frenesí que Chaeyoung se convertía debajo de ella.
La coreana levantó un muslo para darle más acceso. La pierna, coincidentemente colocada entre las de Mina, la provocaba cada vez que Chaeyoung tenía un espasmo entre las caricias. Ella se acogió más a ella. Su propia necesidad siendo liberada en movimientos lentos de su cadera contra el muslo de Chaeyoung. El beso fue interrumpido cuando el deseo se volvió frenético. Los dedos de Mina trabajaban más rápidos en el clítoris de Chaeyoung conforme la respiración de la chica era cada vez más rápida y agitada. Sus caderas variando entre movimientos en busca por presión. Mina soltó la mano que prendía los pulsos de Chaeyoung. Las manos de la chica volaron hacia su cadera frotándola contra su muslo.
-Hazlo ahora, Minari. Hazme tuya - En medio de la nube del pre-orgasmo, Mina pudo escuchar la súplica ronca y agitada.
Los abdómenes juntos, frotándose en medio de una fina capa de sudor. Piel sobre piel. Las puntas de los senos chocando coincidentemente, solamente volviendo todo más inestable, haciendo sus mundos tornarse en una búsqueda primitiva por liberación.
Los dedos de Mina bajaron del clítoris hacia la abertura pulsante y deseosa.
Ella deslizó el dedo medio e índice dentro de Chaeyoung. El pulgar aun rozando el clítoris como Chaeyoung lo había hecho la vez que era ella en su lugar. El mundo de Mina se detuvo por un segundo cuando Chaeyoung se tensó. Sus dedos se hundieron en ella llevándose su virginidad. Tomando su placer, saboreando el lío que ellas se volvían.
Chaeyoung se sentía en una montaña rusa. Su estómago se revolvía en la subida, su respiración acelerada de emoción y miedo. Pero entonces el carrito se desliza sobre las líneas desenfrenadamente, haciendo parecer que había mil mariposas en su estómago, todas revoloteando rápidamente. Era así como ella describía la sensación cuando Mina deslizó sus dedos dentro de ella.
Su cuerpo se tensó por un segundo cuando el malestar la invadió. Todo fue apagado después del dolor, pues vino la fricción, la sensación de inundación. Y entonces ella se sintió completa.
Mina arfaba mientras se movía en su muslo arqueado. Chaeyoung podía sentir su humedad escurriendo en ella. Los ojos de Chaeyoung estaban fuertemente cerrados, las manos en las caderas de Mina empujándola contra su muslo. Sus uñas clavadas en su cintura, provocando el umbral emocionante entre el dolor y el placer. La presión haciendo a Mina tener la certeza de que amanecería con una pequeña contusión, pero en ese momento no le importaba. Chaeyoung tenía la espalda arqueada buscando por más de sus dedos. Ella escuchaba los gemidos de satisfacción. Mina sacaba el placer de ella, Mina le daba placer a ella.
Y cada estocada era como si el aire de sus pulmones se disipara. Mina la hacía sentir como si no hubiese espacio para ella y el oxígeno en su cuerpo. Más rápido, quería decir con más fuerza. Pero las palabras se perdían en algún lugar entre su mente y sus labios. Hubo una corrida frenética para terminar, sin necesidad de cualquier cosa, excepto el contacto. Sus movimientos eran lánguidos, sus respiraciones pesadas.
Se sorprendieron cuando alcanzaron el deleite del orgasmo juntas. Chaeyoung aún se presionaba alrededor de los dedos de Mina, ecos de liberación devastadores que la habían desconcertado.
El cuerpo de Mina estaba tirado sobre el suyo. Su cabello pegado en su espalda húmeda, mientras sus pechos empujaban una a la otra en busca de aire.
Se sentían como si hubieran pisado el mundo por primera vez, los ojos abriéndose lentamente conforme ellas se componían. Las dos se miraron por lo que parecieron horas o tan solo un segundo en cámara lenta. Y entonces, en ese medio tiempo en que se perdieron la una en la otra, las dos fueron ciegas mutuamente. Y descubrieron entre sí, que no necesitaban ver para amar.
Chaeyoung abrazó a Mina y vio el cielo estrellado por el vidrio que estaba en el techo. La luna llena y las nubes castas y blancas solamente volvían la visión aún más perfecta. Mina se deslizó hacia un lado, la cabeza estaba sobre su pecho, la mano acariciando su estómago, haciendo círculos imaginarios alrededor de su ombligo y después subiendo suavemente en línea recta entre el valle de sus senos.
- ¿Será que ellos cumplieron sus juramentos?
Mina frunció el ceño, confundida sobre lo que hablaba Chaeyoung. Entonces recordó a Sunmi y Jinyoung.
-Ella nunca me contó qué se juraron - Respondió Mina.
Chaeyoung suspiró.
-Yo te prometo amarte para siempre, aunque el para siempre sea limitado - Dijo viendo las estrellas. Parecía querer convencerlas de que aquello era verdad.
Mina sonrió y se unió más a ella.
-Prometo no importarme quién me odia, mientras tú me ames.
Chaeyoung besó lo alto de la cabeza de Mina. Sabía sobre lo que ella hablaba. Su amor aún sería muy cuestionado cuando regresaran a la escuela, y también estaba Hayami con sus opiniones malas e ideas limitadas diciendo que solo era amor si era de la forma tradicional.
-Dime tus deseos, Mina – Susurró - Así podré prometerte realizarlos.
Mina pareció pensar.
-Te tengo a ti. No hay nada mejor que pueda desear - Susurró sincera.
Chaeyoung acarició su espalda y frotó la nariz en su cabello apreciando su delicado olor. Se sentía completa cuando Mina estaba con ella.
-Entonces prométeme algo - Pidió Chaeyoung sonriendo en su cabello.
Mina suspiró y respondió después de algunos segundos de silencio:
-Te prometo todos mis días a partir de hoy.
Chaeyoung la presionó contra ella nuevamente. Un bostezo huyó entre sus labios. Ella vio hacia las velas que aún seguían encendidas. Chaeyoung le dio un beso suave antes de levantarse.
- ¿Qué vas hacer? - Preguntó Mina frotando sus ojos.
Chaeyoung sonrió admirándola. Jamás se cansaría de decir lo hermosa que era la chica.
-Voy apagar algunas velas, no puedo dormir bien si hay mucha luz - Dijo prendiendo su cabello en una coleta alta yendo apagar la mayoría de las velas. Iba apagar el sonido cuando una canción lenta y suave comenzó a sonar, a ella le gustaba la canción así que lo dejó encendido. Ella conocía la letra y la murmuró mientras regresaba a la cama y se acostaba.
La penumbra, el suave olor en el aire, la música baja diciendo que ella estaría para siempre en su cabeza. Por Dios, Mina era perfecta. Cada pequeño detalle suyo. Su cabello llevado hacia atrás. Su cuerpo desnudo siendo iluminado por la luna y la suave luz de las velas. Estuvo segura en ese momento, que como Jinyoung había amado a Sunmi, ella también amaría a Mina por el tiempo que tuviese. Era casi una promesa. Casi, pues parecía errado prometer algo que ella estaba segura que iba a cumplir.
Chaeyoung paseó la mirada por su rostro colorado. Sus labios rosados sobresaltados formando una pequeña sonrisa, sus ojos castaños parecían mirarla también, aunque no lo hacían.
Chaeyoung amaba cada parte de Mina. Amaba su sonrisa y sus manías. Amaba cuando ella intentaba enfocar algo, pero su mirada se mantenía perdida en la nada. Amaba el sabor de sus labios y la forma como su cuerpo reaccionaba a ella. Y amaba el hecho de ella vivir del tacto, pues sus toques y caricias suplían todo el cariño todo el cariño que ella nunca tuvo.
El cuerpo de Mina estaba a dos toques del suyo. La distancia parecía confortable, apreció la sensación que su presencia le traía. Sabía, por las facciones de la chica, que ella sentía su mirada sobre ella. Chaeyoung deslizó el pulgar suavemente por la curva de sus senos hasta la curva de sus caderas. Venerando algo tan bello que le pertenecía. Eso parecía tan cierto. Tan bonito y palpable que parecía tonto cuestionarlo.
-Te amo - Susurró Mina soñolienta.
Chaeyoung llevó su mano a la de ella y entrelazó sus dedos. Y esa era su respuesta. Eso era todo lo que necesitaban. Ellas estaban donde deberían estar.
Solo a mi me pareció re tierno el smut?
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In Your Eyes (Michaeng)
FanfictionAsí como a algunos les gusta, a algunos no. Otros solamente tienen que convivir con ella. Myoui Mina va a descubrir el mundo a través de los ojos de otra persona. La historia no es mía, así que todos los créditos a su autor o autora.