Capítulo 1: Pesadilla

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Link se despertó sobresaltado de una pesadilla, gotas de sudor frío corrían por su rostro, su respiración era un entre cortado jadeo y su corazón latía con fuerza, se llevó una mano a la cara no había vuelto a tener está pesadilla desde que tenía ocho años pensó para sí mismo, sacudió la cabeza intentando alejar la pesadilla y volvió a acostarse, se tapó los ojos con el brazo mientras dejaba escapar un hondo suspiro, dejo caer su brazo, una expresión de tristeza se dibujó en su cara mientras miraba a su alrededor, la luz de la luna entraba por la ventana iluminando la habitación, su casa le resultaba desconocida te extraño mamá dijo en voz baja mientras una solitaria lágrima caía por su mejilla.

Se despertó al día siguiente sintiéndose un poco raro, pensando que tal vez tenía que ver con su pesadilla intentó distraerse por lo que decidió ponerse a limpiar un poco su casa, ya que estaba un poco abandonada, comenzó por la habitación principal, acomodó una silla que se había caído, colocó una vasija en su lugar, tendió su cama y barrió.

Una hora después el lugar lucia mucho mejor, pensó también en ordenar un poco el sótano, hacia mucho que no bajaba debido a que no llegaba la luz hasta ahí y ya no tenía velas, ya ni siquiera recordaba que tenía guardado allí.

Así que tomo unas cuantas velas que había sobre la mesa y otras de la cocina, bajo con el candil que le había dado Palomo y encendió todas las velas, como suponía todo era un completo desorden, había telarañas por todas partes, todo estaba cubierto de polvo y había una rata muerta ¿Esto estaba en mi sótano? Ay, que asco pensó él mientras tomaba un trapo para limpiar los estantes y muebles que había ahí.

Poco después ya todo estaba en orden, acomodó todo, quitó el polvo y las telarañas, le dio curiosidad saber que había en un pequeño mueble de madera con tres cajones que estaba en una esquina, no lo recordaba de nada, por lo que decidió echarle un vistazo, en el primer cajón encontró unos pantalones azul marino, una camisa blanca y unas botas, las prendas eran muy pequeñas y Link recordó que era su ropa de cuando era pequeño, sintiendo una profunda nostalgia las devolvió a su lugar, en el segundo cajón había un pequeño alhajero, enseguida supo lo que había en su interior y a quien le pertenecía, sus ojos se llenaron de lágrimas al abrir la pequeña cajita y encontrarse con un collar dorado con una preciosa piedra morada, ese era el collar de su madre, sabía que si seguía mirándolo no podría contener sus lágrimas, por lo que lo devolvió al alhajero, finalmente en el tercer cajón habían muchos papeles, libros y un diario, dejó los papeles y libros de lado y se enfocó en el diario.

Era su diario donde escribía para él mismo, sonrió al recordarse sentado en su mesa escribiendo "me avergüenzo de esto, sólo las niñas hacen estas cosas" volvió a reírse de sí mismo.

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