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Diez meses antes...

Se mantenía alejado de los otros jóvenes de los departamentos, pero era lunes por la mañana, lo que significaba el temido "Encuentro
Comunitario".

Cada semana, tenían que reunirse en el edificio principal y supuestamente hablar sobre asuntos comunitarios, comportamiento antisocial, habilidades para la vida y otros terribles conceptos que hacían acelerar el corazón de Yoongi.

Al principio, no tenía que ir, pero después de unas semanas, su trabajador de integración decidió que estaba listo para hacer frente a todos los otros jóvenes que vivían en el complejo de viviendas de apoyo de Citywise.

Y aquí estaba él, escabulléndose en la parte de atrás, como siempre. Por supuesto, era útil saber acerca de la toma de drogas e higiene de la cocina, pero lo que él anhelaba estar haciendo eran las verdaderas tareas del día- la lectura y el análisis de los próximos cuatro capítulos del libro pesado en su cama. Pero afortunadamente sus pensamientos ingratos fueron interrumpidos por alguien del personal.

-¿Alguien tiene alguna preocupación de la comunidad esta semana?

Yoongi pensó en la contaminación y la pequeña mata de flores de primavera empezando a florecer fuera de su departamento. Estaba extremadamente preocupado por el bienestar del gatito perdido que se sentaba fuera de su ventana en la escalera de incendios, pero ¿eso
contaba como una preocupación comunitaria?

-Sí, estoy jodidamente enferma de ustedes idiotas vomitando en mi puerta. Váyanse a la mierda y háganlo en otro sitio- dijo una de las chicas, mirando a su alrededor, desafiante.

-Gracias, Kirsty. ¿Alguien quiere responder a eso?- La trabajadora, Alex preguntó, razonable como siempre.

-Siempre es Kevin- gritó un chico. El tono de su voz le hizo a Yoongi tener ganas de alejarse hacia la puerta, deslizarse y escapar.

Pero tenía que intentarlo. Ya le habían dado tanto, y ahora, aquí, él estaba viviendo su sueño. Tenía calidez y seguridad, una ducha dos veces al día. Los asuntos comunitarios eran tanto su responsabilidad como la de los demás.

-¡Jódanse!- Otro chico, presumiblemente Kevin, escupió, pero su voz carecía de convicción. Yoongi también lo había visto,
tambaleándose todas las noches, con ojos en ruina.

-Kevin, gracias por confesarlo- dijo Alex brillantemente.

-Tenemos reglas de grupo sobre el alcohol, que todos firmaron. Ven a verme más tarde para charlar. ¿Algo más que alguien quiera plantear antes de ver cómo abrir una cuenta bancaria?

-La renta es demasiado alta. ¡Están robándonos!

Sus quejas eran indescifrables para Yoongi. Era un proyecto de vivienda con servicio de apoyo para jóvenes en problemas. Gente como él. Observó a Alex explicar pacientemente por qué ella no tenía control sobre el alquiler.
Por el rabillo del ojo, fuera de la ventana hacia los arbustos, las flores empezaban a abrirse. Sus frágiles hojas soplaban en el viento, haciéndole sentir culpable por tener que luchar contra su desesperación cada vez que venía a una de estas reuniones.

Cobarde.

El gatito estaba sentado afuera, esperándolo como siempre, no lo
suficientemente valiente como para acercarse demasiado, pero verlo allí hizo sonreír a Yoongi.

Un movimiento llamó su atención a Kevin, que siempre se sentaba solo porque los otros chicos decían que olía. Tenía uñas negras, dientes marrones. El hizo al corazón de Yoongi doler. Kevin levantó la mirada desoladamente, y por un instante, se miraron fijamente. Yoongi sonrió y asintió ligeramente; después de un momento, Kevin le devolvió la sonrisa.

La invasión de JiminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora