Soulmate.

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Era un niño tranquilo y realmente curioso, de entre todos sus amigos era el que más sobresalía y no solo por su carita de ángel, sino por la maravillosa personita que era.

Solía estar feliz siempre, jugando y riendo por todas partes, incluso estando solo encontraba el modo de pasarla bien.

Pero había algo que lo desconcertaba demasiado, porque a su corta edad de cinco años sabía que llorar de la nada y sentir una tristeza inexplicable no era normal, menos cuando realmente se encontraba feliz.

Le preguntó a sus padres y maestros si había algo malo con él o pidió que le dieran alguna explicación, pero los adultos le negaron las dos con suma ternura, pues Shawn diciendo que cada que se sentía triste lloraba no provocaba otra cosa. "Es un niño muy sensible." pensaban todos, así que no le tomaron mayor importancia.

Pero a la edad de nueve años Shawn comenzó a sentirse desesperado cada que de nuevo comenzaba a llorar, sintiendo que debía encontrar la respuesta.

Por qué lloro por nada. Escribió en google.

Encontró respuestas como "Forma natural de limpieza de nuestros ojos", pero eso no explicaba la tristeza que irremediablemente sentía. También encontró "Depresión", pero ni siquiera sabía lo que significaba. Leyó muchos artículos hasta el aburrimiento, sin encontrar nada.

Al próximo año, sólo un ojo comenzó a llorarle, sin embargo la sensación de tristeza seguía imperturbable. Y esto solo lo descolocó más.

No fue hasta que su extraña lágrima resbaló por su mejilla en un parque que resolvió el misterio de su incógnita más grande.

"¿Por qué lloras?" le preguntó una joven mujer.

"No sé." limpió su lágrima y sonrió un poco fastidiado. "Siempre me pasa." se encogió de hombros y la mujer se puso en cuclillas, quedando más bajita que él.

"¿Siempre dices? ¿y no sabes por qué?" preguntó ahora, levantando su rostro para verlo.

"No, yo sólo...siento presión aquí." señaló su corazón. "Y me siento triste, incluso ahora que me han traído a jugar."

"Ya veo." le sonrió y levantó su mano para retirarle su nueva lágrima. "Entonces tu alma gemela está sufriendo...o llorando."

"Mi alma...¿gemela?" frunció el ceño y la miró confuso.

"Sí, por lo que sé, cuando tu alma gemela llora o está mal, lloramos por un solo ojo, como tú."

"Pero...pero no siempre lloré por uno solo, antes lloraba por los dos y mucho."

"Eres pequeño justo ahora, así que supongo que antes te dejabas guiar por el sentimiento de tristeza y llorabas más. Eso es normal cuando somos pequeños, llorar por lo mínimo. Ahora eres más grande y puedes soportarlo."

"¿Cómo sabe esto?"

"Lo leí en alguna parte y luego una señora me lo confirmó. Veo que es útil para ti, yo sólo me acerqué porque creí que te habías hecho daño. "

"Estoy bien. P-pero entonces...¿qué debo hacer?"

"Uh, eso no lo sé. Quizás...buscar a tu alma gemela pero tú, ah, eres pequeño para hacer algo así. Qué tal si esperas, ¿umh? Soporta esto hasta que seas lo suficientemente mayor, ¿bien?"

"Pero si ella está sufriendo..." dijo sintiendo tristeza propia.

"Pero justo ahora no puedes hacer nada, a menos de que la encuentres de pronto y eso es casi imposible. Y tampoco te puedo decir como buscarla, porque no sé. Eso es algo que solo...se siente. Así que mi recomendación es que escuches a tu corazón." le mujer se puso de pie y sacudió su cabello, intentando alegrarlo con ese movimiento.

One shots. |Shawn Mendes| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora