Capítulo 4

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Me llamo Dalia Drey y estoy...

¿Dónde estoy?

-¡Quiero hablar con la chica! - se escuchaba molesto.

Esa voz...

Se que la he escuchado y a la vez repudiado.

-Alex, ¿No crees que has hecho suficiente ya? - Esa voz sí que no la conocía. Era una voz femenina la que se había dirigido al chico - Ella necesita descansar, y no creo que seas la persona indicada para hablarle y más con lo que le hiciste.

-Yo solo...- la chica no lo dejó terminar.

-¡Alex! ¿Qué es lo que te pasa? ¿Acaso tienes mierda en la cabeza? Como se te ocurre someterla a tortura sin el consentimiento de Freddy, sabes que te puedes meter en problemas-.

-¡Se me escapó de las manos!- dijo con arrepentimiento- No sabía que Feka iba a reaccionar de esa manera, no pensaba tocarle ni un pelo, lo juro, solo quería saber la verdad.

Las voces se sentían tan...

Lejanas

Pero algo dentro de mi sabía que no se encontraban a tal distancia.

Era como si estuviera ahí sin estarlo... es algo que no puedo explicar.

Fui abriendo los ojos con un poco de esfuerzo, encontrándome a mí misma en lo que parecía una...

¿Enfermería?

De todos modos, por la decoración, era evidente que estaba en una enfermería. Las paredes blancas al igual que las sabanas que cubrían mi cuerpo, estantes con algunos frascos de cristal decoraban el lugar y tenía ese típico olor a habitación de hospital.

Mis ojos recorriendo el lugar en busca de nada en específico, hasta que lo ví, esos ojos tan profundos, Robin.

Alex... según había escuchado.

Con que ese era su nombre...

Recordé lo que pasó antes de que todo se tornara negro. Recordé sus manos golpeándome.

Las de él no, las manos de Feka, a pesar de que yo pedía que se detuviera. Era todo tan difuso.

Él intentó pararlo, pero sino fuera por ellos nada de esto hubiera pasado en primer lugar.

Su mirada aún no se había topado con la mía. Estaba totalmente concentrado discutiendo con una chica que le bloqueaba el paso.

Al tener tantos recuerdos de golpe el miedo se apodero de mí y traté de levantarme.

Atención

La palabra clave aquí es: 'traté'

Al instante en que lo intenté un enorme ardor recorrió todo mi abdomen y un gemido de dolor se escapó de mis labios, lo que provocó que ambos chicos dirigieran su mirada hacia mí.

-Despertaste... - dice Alex

Te gusta decir lo evidente... Pensé.

No me atreví a decirlo en voz alta por miedo a molestarlo a tal punto de agredirme, como paso con Feka, como pasó aquella vez en el callejón y como seguirá pasando si no controlo mi lengua.

-Si- fue lo único que mis labios soltaron con sequedad.

La chica tomo asiento en una esquina de la pequeña cama en la que me encontraba todavía acostada. Me dio una sonrisa amigable.

-¿Cómo te sientes? - preguntó de la misma forma.

-Excelente, Maravillada con la bienvenida.

Recuérdame [L.G]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora