(La chica de la foto es la cara que le pongo yo a Brisa, pero vamos, que vosotras/os sentiros totalmente libres de imaginárosla cómo querías)
DRACO
Unas risas de fondo consiguen despertar-me. Frunzo el entrecejo confundido. ¿Risas? ¿Quién coño se está riendo a las 10 de la mañana? ¡Quiero dormir! Juro que voy a arrancar la cabeza del dueño de esa risa.
Cabreado me levanto de la cama y con los puños apretados y los ojos a medio abrir me dirijo al comedor.
Cuando llego me encuentro a Tiryon cargando en su hombro como a un saco de patatas a la cría que tiene como amiga. Desde dónde estoy tengo unas perfectas vistas de su culo, que está simplemente medio tapado con una camiseta garande. Sonrío y decido que solo por eso no me la voy a cargar.
- Bonito culo - suelto entrando a la cocina. Brisa detiene su risa al instante y se pone las manos en el culo. Tarde, ya lo he mirado todo lo que quería.
- Pervertido - susurra entre dientes.
- ¿Yo? - exclamo fingiendo sorpresa - ¿Quién es la que se pasea medio desnuda por aquí? Tengo ojos en la cara, lista, no te creas - miro su cara, que cómo anoche, está roja. Cuando se pone así parece una niña pequeña con una rabieta.
- ¡Yo no.. yo no.. yo no he hecho eso! - pone morros y me da la espalda. Igualita a una cría.
- Y vuelves a hacerlo.. - canturreo divertido al tener de nuevo una visión directa de su culo. Sorprendida se gira, y se mira el culo.
- Idiota - suelta al darse cuenta que no se le ve nada porque la camiseta que lleva es suficientemente larga.
- Amigo - Tiryon pone una mano en mi hombro - Yo que tú no me arriesgaría demasiado, que ésta va para abogada - me informa mientras se dirige a la habitación. Brisa levanta la vista y me mira desafiante con una gran sonrisa en la cara, orgullosa de ella misma.
Me acerco a ella y la acorralo contra la pared.
- Entonces, dime, ¿puedo decir que alguien ayer intentó abusar de mí al querer besarme yo estando dormido? - susurro en su oído, ella se tensa - ¿La acusada se declara inocente, o culpable? - la miro y atrapo sus ojos en los míos. Su mirada es intensa y siento que mi mente queda abierta para ella, cómo si fuera capaz de ver cada uno de mis demonios - ¿Inocente o culpable? - repito acercándome más, nuestros labios se rozan. Su piel se eriza y sus ojos se mueven inquietos.
- Inocente - susurra mirando mis labios.
- Respuesta incorrecta - me lamo el labio y con ello rozo el suyo - Última oportunidad ¿cómo se declara?
Su respiración se vuelve pesada - Inocente - repite. Estamos tan cerca que nuestras respiraciones se mezclan y su olor me inunda por completo. Huele a vainilla.
- En ese caso... - me alejo lentamente de ella y regreso a la cocina.
BRISA
Llevo todo el día sin quitarme de la cabeza la escena de ésta mañana.
¿Que habría pasado si en vez de decir inocente hubiera dicho culpable? ¿Me habría besado? Estábamos realmente muy cerca, era capaz de ver las motitas más claritas de su iris azul, y casi podía oír su corazón golpeando con fuerza su pecho.
¿Y yo? ¿Que habría hecho? ¿Apartar-me? ¡Por supuesto! Yo no siento ningún tipo de atracción hacia él, y como más lejos mejor, porque yo no sé nada de él ni de su vida, y no me gusta juzgar, pero he podido ver en sus ojos que es un chico atormentado. Como yo, no lo negaré, pero justamente por eso no es buena idea, juntar tormentas no tiene final feliz, eso seguro.
- ¿Hola? - una chica mueve su mano por delante de mi cara, parpadeo un par de veces - Perdona, soy de intercambio, de Derecho - me sonríe- He visto por tu carpeta que tú también haces ésta carrera - señala mi bolso.
- Oh, sí - le sonrío de vuelta - ¿Querías algo?
- No conozco a nadie aquí, y tampoco mucho el lugar - se rasca la nuca nerviosa - Y me preguntaba si tú podías ayudarme con eso - levanta la vista y me regala una adorable sonrisa.
- Por supuesto - le tiendo la mano - Soy Brisa, Brisa Tylor - ella me estrecha la mano.
- ¡Encantada! - exclama emocionada - Yo soy Ate - se ríe un poco - Sí, lo sé, un nombre raro, ¿verdad? Quién sabe en lo que estaban pensando mis padres - se encoge de hombros y me parece ver algo de rabia en su rostro.
- Es diferente - concuerdo - Pero eso no es sinónimo de malo - ella asiente no muy convencida.
* * *
Salgo de clase pronto así que decido pasarme un momento por el estudio, más que nada para asegurarme que Tiryon lo tiene todo controlado, realmente pienso que sin mí el negocio no funcionaria, está claro que quién pone el talento es él, pero sin mi organización aquello sería imposible.
Siento otra vez esa pesada sensación de estar siendo vigilada, con rapidez me giro y consigo ver una sombra esconderse en la oscuridad de uno de los callejones. No quiero ser dramática, pero para mí ver eso es suficiente para casi ponerme a chillar como una desquiciada. Sigo andando pero por el rabillo del ojo continúo vigilado mi alrededor. Un escalofrío recorre todo mi cuerpo, pongo las manos en los bolsillos de mi sudadera buscando calor, y entonces mis manos encuentran un papel. Estoy dispuesta a tirarlo cuando veo algo escrito en él.
"Sabemos quién eres"
Estas simples 3 palabras consiguen helarme la sangre. ¿Que es eso? ¿Sabemos quién eres? ¿Que clase de broma es esto? Miro a mi alrededor repetidas veces, y estoy convencida que desde fuera debo parecer una loca. Tienen que haberse equivocado, está claro. Pero aún así me guardo el papel, sin acabar de creerme mis propias palabras.
- ¿Bri? - sin darme cuenta me encuentro en la puerta del estudio - ¿Estás bien? Parece que has visto un fantasma - me toca la frente. Sin conseguir decir nada asiento y le regalo una pequeña sonrisa - Bien, iba a cerra ya, quiero ir al gimnasio a entrenar - da unos puños al aire tontamente.
- ¿Boxeo? - le pregunto. Tiryon me contó que antes de conocerme hacía boxeo, pero que al final lo acabó dejando, aunque siempre le ha gustado mucho.
- Sí, Draco me ha convencido para que vuelva - me explica. Cómo no, tenía que ser él - Ahora el gimnasio es suyo - añade - Antes por lo visto, era de su padre - cierra el local, baja la valla metálica y empieza a andar.
Le miro extrañada, me parece muy raro que Tiryon no supiera que el padre de Draco era el dueño del gimnasio en el que los dos entrenaban, es decir, por lo que he podido ver los dos parecen ser muy buenos amigos, y desde hace tiempo, ¿cómo Tiryon no podía saber aquello?
- ¿Es el dueño? ¿Y su padre? - pregunto curioseando.
- No lo sé - contesta encogiéndose de hombros - La verdad es que nuca he llegado a conocerlo, supongo que se habrá hecho mayor - aquello me deja aún más desconcertada. ¿El padre de Draco era el dueño del gimnasio cuando los dos entrenaban allí, y Tiryon no lo vio ni una sola vez? Raro.
Quiero seguir preguntando, pero tampoco quiero que Draco se entere que he estado curioseando y preguntando por su vida y familia. No quiero que, como de costumbre, mal interprete las cosas, y eso le de más motivos para seguir molestándome.
Me despido de Tiryon y continúo mi camino hasta casa. Solo tengo ganas de relajarme.
Entro en casa y en seguida Karma me da la bienvenida, lo cojo en brazos y no puedo ignorar su inquietud.
- ¿Que ocurre, pequeño? - le acaricio las orejas - Yo también te he echado de menos - lo dejo otra vez en el suelo. Me dirijo a la cocina preparada para atracar la nevera cuando en la encimera me encuentro una nota.
"Y sabemos dónde vives. El tiempo corre en tu contra"
Miro alrededor asustada, alguien ha entrado en mi casa. El miedo se apodera de mi cuerpo.
Dos notas con mensajes similares en un día son demasiada coincidencia.
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Cicatrices con tinta
Ficțiune adolescențiHay dos formas de afrontar el dolor. Brisa, se ha convertido en él, y se mueve por el mundo con una gran aura de emociones que amenazan con ahogarla. Draco, se ha olvidado de quién es, y lo único que es capaz de sentir es indiferencia. Ya no disti...