Capítulo 22

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1999

“Recuerdenme que vuelva a viajar con ustedes dos cuando hayan dormido lo suficiente. Es divertido”. Dijo Jessica sarcásticamente desde el asiento trasero del auto.

Valentina se había mostrado pensativa la mayor parte del trayecto y Juliana miraba por la ventanilla del auto perdida también en sus propios pensamientos. Cada vez que JV había intentado tener una conversación, una de las mujeres se las había arreglado para acabarla.

Cuando llegaron a casa Jessica dijo que se iba a su habitación a llamar a Madison, dejando a Valentina y Juliana de pie en medio de la cocina.

“¿Quieres algo de café?” Preguntó Juliana.

“Creo que si me lo tiraras a la cara estaría mejor, pero sí, suena bien”. Respondió Valentina.

Juliana comenzó a moler una pequeña cantidad de granos y puso la cafetera. Valentina se sentó en la mesa viendo los movimientos de la pelinegra, fascinada por la fuerza y la gracia de su figura. De pronto se dio cuenta de que Juliana había dejado de moverse, apoyando sus manos contra la encimera de la cocina. Sus hombros se sacudían ligeramente. Valentina se levantó alarmada y se acercó a la mujer viendo su rostro surcado de lágrimas.

“Juliana, cariño...”.

“No quiero perder tu amistad”. Sollozó Juliana.

“Nunca la vas a perder”. Afirmó Valentina en un susurro. Envolvió con sus fuertes brazos a su amiga y la atrajo fuertemente. “Juliana, nada que podamos decir o hacer cambiará eso”. Valentina colocó dos dedos bajo la barbilla de la pequeña mujer, alzando su rostro hasta que sus ojos se encontraron. “Eres mi mejor amiga, lo sabes, ¿verdad? Por el resto de nuestras vidas, Little Bit, no importa lo que suceda, siempre serás mi mejor amiga”. Valentina se calló mientras  lágrimas caían de sus propios ojos. “Venga, vamos a sentarnos en la sala”. Dijo Valentina dirigiendo a Juliana hacia el lugar que quería. Juliana se sentó en el sillón, pero Valentina la detuvo. “Siéntate a mi lado, ¿está bien?” Preguntó Valentina.

Juliana sonrió ante la petición y eso iluminó el corazón de la artista. Las dos mujeres estaban cansadas por la falta de dormir de la noche anterior, y como algo habitual, la cabeza de Juliana cayó en el hueco entre el cuello y hombro de Valentina, y sólo les llevó unos minutos antes de que ambas se quedaran dormidas.

Jessica sacudió la cabeza cuando las vio en el sofá. Sigilosamente devolvió la cafetera a la cocina y les puso un edredón sobre las dos mujeres y luego  se fue al estudio de arte.

Simplemente esperó que se levantaran lo suficientemente descansadas como para ayudarla con una pequeña duda que tenía.

                    * * * * * * * * * * *

Valentina dejó abierta el agua caliente de la ducha cayera un poco más sobre su cabeza y su cara. Sentía a sus músculos comenzar a relajarse y a la par trató de despertarse. Fue maravilloso cuando Juliana y ella se habían despertado de su improvisada siesta. La escritora dijo que quería ponerse en remojo en la bañera, lo que hizo a Valentina irse a otra parte de la casa para darse una ducha.

Pasándose los dedos por su todavía húmedo cabello, Valentina lanzó la toalla que cubría su cuerpo al cubo de la lavadora y se detuvo a mirar la pintura que estaba colgada sobre la pared de su habitación. Miró a la única razón por la que mantenía su cuarto cerrado mientras Jess y Juliana se quedaban allí. La pintura era simplemente un pedacito de su imaginación, un deseo secreto que había trasladado a un lienzo. Era una pintura a óleo de temática erótica que les había traído multitud de problemas a Juliana y ella en la Sorority House. Comenzó siendo un dibujo a blanco y negro que colocaron en la revista de Sorority. Sin embargo ahora tenía una diferencia, y era que las dos mujeres de la imagen se habían convertido en dibujos de Juliana y Valentina. Ahora las dos mujeres agarradas firmemente en un amoroso abrazo eran las dos mejores amigas.

None So Blind (Juliantina) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora