None So Blind (Juliantina)

Capítulo 24 (FINAL)

1999

Juliana se apoyó contra la verja de madera del patio y bajó la mirada a las colinas. Oyó cómo las puertas del patio se abrían y en unos segundos sintió unos delgados brazos envolverla por encima de su cuerpo.

"Mmmm, adoro la forma en cómo se sienten tus brazos a mi alrededor". Murmuró Juliana.

"Es bueno saberlo porque creo que me podría acostumbrar hacer esto contigo todos los días". Señaló Valentina abrazándola con más intensidad y sintiendo el cuerpo de Juliana apoyarse contra su pecho.

"También adoro ser capaz de ver las estrellas tan claramente aquí. En Chicago tienes que competir con los edificios y las luces para poder verlas".

"Bueno, nuestro objetivo como californianos que somos es hacer que la gente se enamore de la Costa Oeste". Susurró Valentina atrayendo el cuerpo de Juliana más cerca de ella y apoyando su barbilla en el hombro de la mujer. "He hablado con mamá hoy. Espero que no te importe, pero le he contado lo nuestro".

"¿Qué ha dicho?"

Valentina dejó escapar una divertida sonrisa.

"Tú sabes como es. Actuó como si ya sabía todo lo que había pasado. Pero apuesto a que comenzó a gritar como loca en cuanto colgué. Dijo algo, sin embargo, que me dio en qué pensar. Le dije que me parecía todo tan claro ahora, me refiero al amor que sentimos cada una... Le pregunté por qué no lo habíamos visto hasta ahora. Me dijo que no era que no pudiéramos verlo, era que no lo veríamos. Tú eres la filósofa. ¿Qué crees que significa?"

"No hay peor ciego que el que no quiere ver...". Respondió Juliana. "No recuerdo si es una cita o un dicho, tan profesora de filología que soy... Sin embargo creo que estoy de acuerdo con tu madre". Juliana se dio la vuelta entre los brazos de Valentina y apoyó su mejilla contra el pecho de la artista, escuchando el fuerte y rítmico latido de su corazón. "Creo que aunque las cosas entre nosotras hubieran sido diferentes cuando éramos más jóvenes, y me hubieras profesado tu amor eterno en ese entonces... No lo hubiera visto. Nunca pensé que pudieras amarme. Sabes lo que Lupe me hizo. Joder, nunca pensé que nadie pudiera amarme. Estaba probablemente frente a mí, Stretch, y yo me negué a verlo".

Valentina se preguntó una vez más que había hecho bien en su vida para merecerse a la mujer que tenía entre sus brazos.

"Tienes razón". Afirmó Valentina tristemente. "Podrías haberte lanzado a mi cama, Juls y yo te hubiera rechazado. Nunca pensé ser lo suficientemente buena para ti. Siempre pensé que... Algún día, alguien digno de tu amor aparecería para hacerte feliz. Ni siquiera me permití ver que podría haber sido yo".

"El amor no es ciego". Dijo Juliana negando con la cabeza. "Simplemente es estúpido".

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"¿Solamente me vas a mirar cómo me alisto?" Cuestionó Juliana poniéndose un vestido negro de tirantes que había elegido para la exposición de la artista en la galería L.A.

"Ajá". Aseveró con la cabeza Valentina desde la cama. Estaba acostada con su bata de seda azul con sus manos apoyadas tras su cabeza, mirando al sexy vestido de la pelinegra. "Siempre he querido saber qué hace que te cueste tanto elegir qué ponerte para salir. Pero...". Añadió saltando hasta estar detrás de la escritora que le indicaba que le suba la cremallera que necesitaba ajustarse. "Si te hace sentir mejor, siempre he pensado que vale y mucho la pena esperar por ti".

"Siempre, ¿eh?" Preguntó Juliana inclinando su cabeza ligeramente para permitir que la mujer le diera besos en su cuello.

"Siempre. Mmmm... Adoro este vestido". Respondió Valentina retirando el tirante del hombro de Juliana mientras sus besos se hacían más apasionados. "Quítatelo...". Pidió la artista.