Alas de Alaska

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Era un día normal, y cuando digo normal me refiero a completamente diferente, porque que yo sepa no hay dos días que sean iguales por mucho que las actividades se parezcan o por el nombre del día.La verdad, ese día me esperaba normal, pero ciertamente no fue así.

- Y le dije a Mandy, no te creo capaz!

- Una chica rubia de ojos azules conversaba con otra del mismo aspecto pero de ojos marrones.

- ¿Y lo hizo?

- Si tía! Y me quedé flipando!

"Creída", pensé.Me puse al lado de las dos chicas, que por mala suerte vi que mi número de taquilla (996), era el que estaba al lado de ese par.Me miraron de arriba abajo.- Niña, que haces? - Dijo la de ojos azules.- Abrir mi taquilla?- Mi? - Recalcó con aire de superioridad

-Es de en Cody muchacha, esfumado chocolate.

- ¿Chocolate? ¿Tía, tú te metes en muchos problemas?- Estás chocolate, por mala suerte no la blanca. Bueno chica, esfuma't.La rabia me estaba apoderando la mente y cerré los puños muy fuerte, tanto que me clavé mis propias uñas.

Cuando tenía el puño casi en la cara de la chica, alguien me retenía con fuerza.Un chico de ojos de color miel y rubio me aguantaba el puño, mirándome fijamente.

- Esta chica está loca! Ha intentado pegar a la Michaela.

"¿Michaela? Esta se ha copiado del nombre de un chico ".

Al pensar esto se me escapó la risa, pero enseguida taparme la boca. Las dos chicas se fueron, con aire de malicia, y supuse de que con sed de venganza. El chico paró de sujetarme el puño y se acercó a mi rostro.

- Te has metido en un lío, nueva.

- Me da igual.

- ¿Seguro que no te importa recoger el patio tú sola?

- Mientras no tenga que ver la cara de aquella tía, no.

Sonó el timbre. Había llegado la hora de ser presentada a los demás, y recé a Alá que por lo que más quisiera no me pusiera con aquella en la clase.Pero al entrar por la puerta vi que aquel día la suerte no estaba de mi parte.

- Es ella- susurró la chica de ojos marrones en la Michaela.

- Hey mirad! Se el chocolate negro - dijo Michaela a toda la clase.

- Michaela Montwell, en la sala del director, por favor.

La chica obedeció las órdenes sin replicar, aunque al pasar por mi lado me hizo la zancadilla y caí al suelo, junto con mis libros. Toda la clase se reía de mí, y lo que me hizo más daño fue ver que nadie hacía nada para evitarlo.Hice un repaso a la clase, y vi que el misterioso de los ojos marrones no iba a la mía.

- Bueno, Alice, esta es tu clase.

- Dijo la profesora.- Me llamo Amy ... - dije.

- Perdón, Amy, me llamo Amanda y soy tu tutora-rió, enseñando su blanquísima dentadura.Va presentarme a la clase y voy sentarme junto a una chica, Penny.

- Encantada, Penny.

- Creo que no tengo el placer.

- Dijo, sin mirarme.Al ver cómo era el instituto, deseé que llegaran ya las vacaciones de verano, pero sólo acabábamos de empezar el curso, realmente ese no era mi día.Al acabar las clases, me dirigí al coche donde retén mis padres, con la capucha puesta, así nadie sabría quién era.

- Hola pequeña, ¿como ha ido el primer día?

- Dijo mi padre, un hombre de negocios con un bigote repeinado, y un corte de pelo similar al de Will Smith.

- Perfectamente- mentí, tanto que casi me costaba tragar.

- Reineta, tu padre y yo hemos pensado de que te quedes aquí, en el campus en concreto, así harás más buenas amistades.

- ¡No! Quiero decir ... Está bien ... - dije desapasionada.

- Si tienes algún problema, llámanos, te queremos- dijo mi padre poniendo en marcha el coche y marchando lo más rápido posible.

Me quedé allí, cogiendo una bolsa que me habían dejado en el suelo y mirando como aquel Porsche se alejaba ...

Me di la vuelta y...

(CONTINUARÁ)

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