Me di la vuelta y, inesperadamente me encontré con aquel chico, el de ojos marrones.Ante todo, quería saber el nombre de aquel misterioso.
- ¡Eh! - Dijo con una sonrisa.
- Hola ... Antes de nada, como te llamas?
- Nin. Y tú?
- Amy, encantada. - Dije enrojecido.
"En este instituto todo el mundo tiene nombres muy peculiares ..."
Levantó la vista y vio a una muchacha que pasaba por mi lado y, se le desvió la vista.
- Porque no le dices nada?
- No le intereso ...
- Ven que hablaremos con ella! - Le dije con tono burlón.
- No puedo, me tengo que ir, ya nos encontraremos.
- Espera. Nin - pero mis gritos fueron en vanoporque él ya no estaba. Sólo había desviado un momento la vista hacia la chica y él ya no estaba ...Me hubiera gustado saber más sobre él, pero no me dio oportunidad de preguntarle nada. De repente noté un fuerte olor.
- Pero que coño ... - no estoy segura de si acabé la frase o no, porque caí al suelo.
¿Muerta?
No estaba segura de dónde estaba, sólo vi que estaba pisando un suelo muy suave y esponjoso. ¿Era una nube?
Seguí caminando hasta unas grandes puertas doradas, que se abrieron justo cuando yo estaba delante.¿Estaba soñando?
Seguí caminando, no muy segura de lo que tenía que hacer, pero allí vi a Nin.
- Nin! - Dije feliz.
- Amy ...
- ¿Qué haces aquí?
- Quería decirte si te querías casar conmigo ... - me arrambó contra su pecho y me besó
.- Espera ...- Me desperté sobresaltada en una silla.Estaba en una sala que contenía mucha humedad.Me di cuenta de que estaba atada a una silla y amordazada con cinta aislante.
- Hola? - Al menos podía decir algo. Con la lengua me ayudé a quitarme la cinta y con la lima que llevaba en el bolsillo del pantalón pude deshacerme el nudo de las manos, que me las había dejado casi lilas y así hasta llegar a los pies.Me quité la ultima cuerda y investigué la sala en la que estaba. Botes de tomate, judías
...Aquello era como una especie de despensa.- Hola - dijo una voz.Me giré y, allí en la silla yacía su cuerpo, sentado y con una postura maliciosa
.No sabía quién era, la verdad. Pero para el aspecto parecía bastante guapo. Era muy alto y de hombros anchos, unos ojos verdes que destacaban muy igual que su sonrisa perfecta y, su cabello rubio.
Realmente el sueño de cualquier chica.
- ¿Quién eres?
- Dije, realmente intrigada.
- Esta es la cuestión, ser o no ser.
- ¿Estás loco?
- No preciosa, no.
- Soy negra, ¿no te importa?
- Eso es lo positivo, nena-dijo enseñando sus dientes.
- Ah, claro-dije con miedo.
- Bueno preciosa, como te llamas?
- Am ... - no me dejó terminar que sacó una ficha de una carpeta que no había visto y leído.
- Amelia Charpens, segunda hija de una rica familia. El padre trabaja en los negocios ______ S.A. Y tu madre de masajista, interesante. Tu hermano mayor tiene 22 años y no trabaja.
- ¿Cómo has conseguido esto?
- Se más cosas de tu familia de las que sabes tú, preciosa.
- Como por ejemplo ...
- Que realmente te han dejado para irse a Egipto.
- Espera, espera, me estás diciendo que mi familia me ha abandonado?
Se puso a reír.
- ¡No! Ni mucho menos. Tú eres la pieza más importante en vuestra familia.
- Por ...?
- Porque no se si sabes que tus antepasados eran ...
- Ricos?
- Si, pero pertenecían a una secta muy secreta, de la que sólo en el nombre de la líder.
- ¿Y bien?
- Alaska Montwell, 19 años.
- Ya está?
- Si.
- Es decir, que tú te sabes mi vida entera y de esta chica sólo sabes esto?- Exacto, veo que lo entiendes, preciosa.
- ¿Quieres parar de decirme así.
- No puedo evitarlo.
- Si quieres te ayudo a ... - no terminé de decir nada que él me besó.
- Y bien?
- Que haces?!
- No te ha gustado?
- Nos acabamos de conocer, déjame irme.
- Ni pensarlo preciosa, tu familia es rica, por ti me pagarán mucha pasta.
- Y yo lo tengo que pagar?
- Exacto!
- Bueno pues, y que hago mientras no venden?
- Lo mismo que los demás.
- Demás ..?
- Eres demasiado lista.
- Me lo suelen decir.
- Sígueme.
Me condujo a una habitación totalmente a oscuras.
- Hola? - Dije.
No hubo respuesta.Inesperadamente, las luces se abrieron, y vi que estaba rodeada de cadáveres y me puse a llorar. Empecé a picar las paredes, pero nada.
- Hola preciosa, puertas todo el rato respirando un gas mortal, y si en noventa segundos no has encontrado el antídoto, que está en el estómago de uno de estos antiguos jugadores, te esperará la misma suerte que ellos.
- ¡Mierda! Cabrón! Hijo de tu madre!
- Buena suerte-dijo secamente, y el altavoz se cortó.No tenía elección.Voy revolver para aquellas pobres personas y, finalmente el antídoto salió del cuerpo de una chica de ojos verdes.
- Ahora que? Imbécil!
- Ahora has pasado la prueba, bienvenida a la secta MESTURO.
- ¿Qué?!
- Alaska ha dicho que eres buena para la secta, pasa.