Capítulo 8

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Al día siguiente encontré la cama arrugada y me levanté y me cambié el ridículo vestido que llevaba por unos shorts y una sudadera.

Dios mío.

Miré en el espejo y estaba cambiada, aquella no era yo ...

Tenía más pecho, era rubia, ojos azules y ya no era negra, sino como todas las americanas del norte, era ...

Guapa.

Vi a Cody que entraba por la puerta, justo cuando me ponía la sudadera.

- ¿Que haces imbécil?

- Esta noche el vestido te quedaba mejor -dijo sonriendo.

Cerré la puerta en las narices.

¿Qué era realmente MESTURO?

¿Y quién era realmente yo?

Antes de hacer otras cosas tenía que encontrar a Nin.

Urgentemente.

Miré dentro del armario que había dentro de la habitación, pero no encontré ninguna arma.

Abrí la puerta y miré a un lado y otro del pasillo para asegurarme de que no había vigilancia.

Con pies de plomo corrí hasta llegar a una pared, donde me arrimé lo más que pude y saqué la cabeza.

Ni rastro de Nin, en cambio había un guardia, aproximadamente de mi estatura.

Se me ocurrió una idea.

Al cabo de 3 minutos de paliza, me puse la ropa de aquel guardia y me guardé su pistola.

Aquella ropa blanca y de textura como aquella ropa que te metes cuando llueve ...

¿El nombre? No lo sé.

Caminé hasta llegar a una sala que pedía una mano como código, y vi un guardia por allí.

- Eh soldado! Cody me ha dicho que es mi turno, pero no me funciona a mí, ¿me lo puedes abrir?

- Si general!

¿General?

¿Había desmayado al general?

Nunca pensé que yo era tan fuerte.

Avancé por el frívolo pasillo con los carteles de "Reciente presos".

Y hacia los últimos, allí estaba Nin.

Puse la mano contra el vidrio.

- Nin ...

- General! Déjeme salir hijo de tu madre!

- No, Nin, soy Amy ...

- Te recuerdo que Amy es negra y no es rubia. Es perfecta.

- Nadie eres tú.

- Amy ...

- Si Nin, soy yo.

- ¿Qué te han hecho? - Dijo con lágrimas por las mejillas.

- Soy un monstruo.

- No hay vuelta atrás. Pero te quiero igual, que lo sepas.

- Nin ... Te qui...-la voz de el desgraciado Cody apareció.

- Con que general ¿eh?

- Déjame Cody, le quiero a él! - Dije gritando.

- Eso no será por mucho tiempo.

Bajó una palanca y la habitación de Nin se llenó de un humo verde.

- Nin ... Dios mío, ¿estás bien? ¿NIN? - Pero no hubo respuesta. - No puede ser, no... Es todo otro sueño, despierta Amy.

- No es ningún sueño preciosa, es un tú y yo.

- ¿Me quieres dejar en paz ya? Eres un hijo de puta! Que te fo*llen imbécil!

- Mientras seas tú ...

No quería seguir sin Nin, cogí la pistola y disparé al vidrio para espesar el humo por todo el edificio, pero la bala rebotó y dió contra mi pecho.

Alas de AlaskaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora