Al día siguiente encontré la cama arrugada y me levanté y me cambié el ridículo vestido que llevaba por unos shorts y una sudadera.
Dios mío.
Miré en el espejo y estaba cambiada, aquella no era yo ...
Tenía más pecho, era rubia, ojos azules y ya no era negra, sino como todas las americanas del norte, era ...
Guapa.
Vi a Cody que entraba por la puerta, justo cuando me ponía la sudadera.
- ¿Que haces imbécil?
- Esta noche el vestido te quedaba mejor -dijo sonriendo.
Cerré la puerta en las narices.
¿Qué era realmente MESTURO?
¿Y quién era realmente yo?
Antes de hacer otras cosas tenía que encontrar a Nin.
Urgentemente.
Miré dentro del armario que había dentro de la habitación, pero no encontré ninguna arma.
Abrí la puerta y miré a un lado y otro del pasillo para asegurarme de que no había vigilancia.
Con pies de plomo corrí hasta llegar a una pared, donde me arrimé lo más que pude y saqué la cabeza.
Ni rastro de Nin, en cambio había un guardia, aproximadamente de mi estatura.
Se me ocurrió una idea.
Al cabo de 3 minutos de paliza, me puse la ropa de aquel guardia y me guardé su pistola.
Aquella ropa blanca y de textura como aquella ropa que te metes cuando llueve ...
¿El nombre? No lo sé.
Caminé hasta llegar a una sala que pedía una mano como código, y vi un guardia por allí.
- Eh soldado! Cody me ha dicho que es mi turno, pero no me funciona a mí, ¿me lo puedes abrir?
- Si general!
¿General?
¿Había desmayado al general?
Nunca pensé que yo era tan fuerte.
Avancé por el frívolo pasillo con los carteles de "Reciente presos".
Y hacia los últimos, allí estaba Nin.
Puse la mano contra el vidrio.
- Nin ...
- General! Déjeme salir hijo de tu madre!
- No, Nin, soy Amy ...
- Te recuerdo que Amy es negra y no es rubia. Es perfecta.
- Nadie eres tú.
- Amy ...
- Si Nin, soy yo.
- ¿Qué te han hecho? - Dijo con lágrimas por las mejillas.
- Soy un monstruo.
- No hay vuelta atrás. Pero te quiero igual, que lo sepas.
- Nin ... Te qui...-la voz de el desgraciado Cody apareció.
- Con que general ¿eh?
- Déjame Cody, le quiero a él! - Dije gritando.
- Eso no será por mucho tiempo.
Bajó una palanca y la habitación de Nin se llenó de un humo verde.
- Nin ... Dios mío, ¿estás bien? ¿NIN? - Pero no hubo respuesta. - No puede ser, no... Es todo otro sueño, despierta Amy.
- No es ningún sueño preciosa, es un tú y yo.
- ¿Me quieres dejar en paz ya? Eres un hijo de puta! Que te fo*llen imbécil!
- Mientras seas tú ...
No quería seguir sin Nin, cogí la pistola y disparé al vidrio para espesar el humo por todo el edificio, pero la bala rebotó y dió contra mi pecho.