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El sonido agudo de la alarma me hace salir del mundo de los sueños para traerme a la realidad. Alzo mi mano para apagarlo y estiro mi cuerpo quitando todo rastro de pereza. Cuando ya estoy más despierta me levanto y me meto a bañar para luego lavarme los dientes y colocarme la ropa.

Cojo mi celular, billetera, auriculares y una campera para salir de la casa. El vapor que sale de mi respiración me hace reír y miro el cielo ligeramente iluminado.

--No está nada mal empezar a trabajar a las seis de la mañana-- murmuro.

Empiezo a caminar lentamente y cuando llego a las calles del centro me coloco los auriculares a todo volumen. Hombres y mujeres van y vienen con caras de mal humor o dormidos, otros hablando por teléfono chocando a todo el mundo y tirando algún que otro café o papeles de la gente.

Me detengo cuando el semáforo se pone en verde y la señal de los peatones en rojo. Mirando los autos de lujo logro ver uno estacionado en frente que parece estar tocándome bocina, por lo cual me quito los auriculares al reconocer quién está dentro.

--Vecina, ¿Quiere que la lleve a algún lado?-- pregunta el rubio apenas termino de cruzar la calle.

--No realmente, y soy ___, no vecina-- digo con un pequeño tono de burla.

--Yo soy Minato, un gusto, ¿En verdad no quieres que te lleve? Tengo tiempo antes de entrar al trabajo-- miro la hora en mi celular y me doy cuenta que entre el baño, prepárame y mi caminata super lenta solo tengo quince minutos para llegar.

--Uhm, supongo que está bien.

--Perfecto, sube-- dice abriendo desde adentro la puerta. --¿A dónde te llevo? Por cierto, ¿Qué haces despierta a esta hora?-- pregunta apenas me siento y cierro nuevamente la puerta.

--Al café de Ichiraku, trabajo.

--Sorprendente, no pareces una persona que lo necesite, ¿Qué edad tienes?.

--¿No crees que estás haciendo muchas preguntas?-- suelto con más brusquedad de la que quería.

--Lo lamento, bien, entonces empezaré yo, Soy Minato Namikaze, tengo una empresa, nací en mil nueve setenta y dos el quince de noviembre-- dice doblando en la esquina, donde a un par de cuadras logro ver mi lugar de trabajo.

--Bien, supongo que me toca a mí, soy ___ Rintoshi, trabajo de mesera en el café de Ichiraku, nací el treinta de julio del dos mil-- termino de hablar y justo se detiene el auto en mi trabajo.

--Tienes-- hace una pausa haciendo cuentas. --Dieciocho.

--Diecisiete, aún no estamos en Julio, y tú tienes veintisiete-- él asiente y decido despedirme y bajar del auto.

Al entrar al café mi compañera de trabajo, Rin Nohara, me mira torcido y como si fuera basura. En algún momento te meteré basura por la nariz maldita tarada.

--Buenos días querida ___-- me saluda energéticamente el dueño.

Le devuelvo el saludo mientras me coloco el delantal y atiendo el primer cliente.

--¿Qué acaso no tienes trabajo al cual ir?-- pregunto incrédula cuando Minato se sienta en una de las mesas.

--¿Qué así atiendes a los clientes?-- me contraataca con diversión.

Río un poco y le entrego la carta del menú. Cuando se decide anoto su pedido y se lo llevo al viejo (el dueño), quien es el cocinero. Apenas escucho la campana de la entrada volteo encontrándome con Óbito.

--¿Qué se supone que haces Uchiha?-- murmuro cerca de él.

--Quiero ver a Rin-- murmura igual que yo.

La niña de los clavos. |Minato y tu|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora