|04|

48 7 0
                                    

--Hija, hay que hacer la denuncia-- suelta con enfado mi padre apenas termino de bajar las escaleras.

--Olvídalo, no vale la pena.

--Pero hija.

--Padre, Rin no es una persona a la que te puedes sacar de encima con una simple denuncia, por ésta vez déjame arreglar esto sola-- pido mirando directamente a los ojos de mi padre.

--Siempre que me miras de esa forma no puedo decir que no, sería tonto hacerlo ya que cuando estás decidida a algo no hay quien te detenga.

--Bien, entonces confiaremos en tí para que arregles este asunto, ambos-- sigue ahora mi madre mirando también a Óbito.

Asentimos y salimos de casa para ir al instituto. Apenas veo a Minato en la puerta de su casa, decido caminar más rápido para que no pueda hacer ningún tipo de pregunta.

--¿Cómo estás? ¿No te ha lastimado verdad?-- suelta el rubio caminando con rapidez a mi lado.

Óbito lo mira torcido pero aún así se mantiene en silencio a mi otro lado.

--Solo estoy un poco lastimada, no es como que vaya a morir.

--Que alivio, ¿La conocías?.

--Minato, en verdad no quiero hablar de lo sucedido, tengo apuro, llegamos tarde a nuestra primera clase-- digo sujetando de la mano a Óbito y empezando a correr para dejar atrás al rubio.

--¿Qué fue eso?-- pregunta una vez ya estamos sentados en nuestro salón.

--Nada importante.

--Algo sucede, ¿Qué se traen entre manos tú y el vecino?.

--¿Qué demonios? Óbito eres un idiota-- digo mientras alejo su cara de la mía cuando se acerca  mirándome con ojos acusadores.

Se encoje de hombros y sin más mira al frente, pero su rostro se torna pálido y veo como empieza a sudar. Cuando sigo su mirada me encuentro a un chico de cabello plateado, tiene una cicatriz que cruza su ojo izquierdo y lleva su típica bufanda negra con la cual tapa gran parte de su rostro.

--Oye, Kakashi, ven siéntate con nosotros-- digo apenas reconozco al peor "enemigo" de Óbito.

--Hola ___, hola Óbito-- dice apenas llega a nosotros y se sienta en la mesa de enfrente.

Óbito golpea mis costillas con su codo y chillo más fuerte de lo que quería.

--Lo lamento, olvidé que estás lastimada ___, en verdad lo siento-- empieza a hablar rápido Óbito cuando ve que me quedé unos segundo callada.

--¿Qué te sucedió?.

--¿Qué te importa "tontokashi"?.

--Una pelea, bueno dos en realidad-- respondo antes de que Óbito empiece una ridícula pelea con Kakashi.

--¿Por qué te cambiaste de curso?-- pregunta entre dientes Óbito.

--Porque en el otro-- y se queda callado pensando en algo. --No es algo que te interese.

Óbito gruñe por lo bajo y yo muerdo mi lengua para no reír. Este año va a ser interesante al tenerlos a este par cerca.

Suspiro y me tiro al sillón mientras aprieto suavemente mi torso al sentir un fuerte dolor. En verdad me dejó molida, Rin sí que sabe pelear.

--Hija, ve a cambiarte, iremos a la casa de tú abuelo-- dice mi madre apenas termina de bajar las escaleras.

--Que bonita-- digo cuando veo el vestido celeste en su cuerpo. --Debes admitir que tengo buen gusto-- ella pone sus ojos en blanco y simplemente me ignora.

Me encojo de hombros y subo las escaleras de dos en dos para luego meterme en mi cuarto. Tiro toda la ropa al suelo en busca de algo que ponerme. Cuando me decido por un "pantalón-super-mini-corto" blanco, un nombre muy largo lo sé, una sudadera de lana rosa y unas botas, meto las demás prendas hechas un bollo al armario.

--¡¡¿Madre puede venir Óbito?!!-- grito para que logre escucharme desde abajo.

--¡¡Por supuesto!!-- grita de igual modo.

Oye Uchiha tonto, ¿Quieres venir a una cena en lo de mi abuelo?.

Claro, ¿Pasan por mí?.

Como siempre.

Me meto al baño para ducharme y al salir me coloco la ropa interior.
Vuelvo a mi cuarto y  cuando estaba por ponerme la primera prenda, desde la puerta logro ver a Minato. Su rostro está bañado en un suave tono rojo y sus ojos no se despegan de mi cuerpo.

Me acerco a las puertas de vidrio que dan a la pequeña terraza y las abro para salir.

--¿Qué sucede Minato?-- digo con un tono de diversión.

--Uhm-- él sella sus labios al no saber que decir y no puedo evitar sonreír al saber que es divertido verlo en ese estado.

--¿Ves algo que te guste?.

--Tu-- pero se queda callado sin poder seguir ya que a mí me empiezan a llamar.

--¡Voy! Bien, nos vemos Minato-- digo saludando con la mano y volviendo a entrar.

Me pongo la ropa en un flash bajo la atenta mirada de mi vecino y salgo corriendo por las escaleras, no sin antes tomar mi celular, auriculares, abrigo y dinero por las dudas.

--Vamos, Óbito ya nos espera-- comento apenas cierro la puerta del coche.

Mi padre maneja menos de tres minutos y se detiene en la entrada de la casa de mi amigo. Me meto entre los asiento y empiezo a tocar la bocina con un ritmo extraño, uno que solo Óbito y yo entendemos.

--Buenas noches-- dice sentándose a mi lado.

--Buenas noches hijo-- contestan mis padres al unísono.

Apenas llegamos a la casa de mi abuelo corro a abrazarlo.

--___, ¿Qué te sucedió en el rostro y cuerpo?-- pregunta viendo mis piernas al descubierto.

--Abuelo, no sucedió nada, un accidente tonto.

--¿Ese accidente tonto tiene que ver con la pelea de antes de ayer? Hablé con los padres de Rin, pero no creas que porque soy tu abuelo no te daré una sanción.

--Abuelo Hiruzen, eso ya lo sé-- digo con un puchero.

Ahora sé de dónde sacó su rectitud mi madre.

Luego de un rato me empiezo a quejar de que tenía hambre. Siendo ignorada por toda mi familia decido salir al patio trasero, donde me encuentro a Óbito tecleando con brusquedad en la pantalla táctil de su celular. Antes de poder acercarme, logro escuchar una voz desde el interior de la casa, la cual reconozco muy bien a pesar de no escucharla muy seguido.

--Minato-- digo con un pequeño tono de sorpresa y maldad. --Ya sé quién la víctima de ésta noche.

🌞🌞🌞

La niña de los clavos. |Minato y tu|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora