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Mis ojos se van abriendo lentamente  al escuchar movimiento cerca mío. Cuando ya tengo mejor visión logro ver a Minato vistiéndose tranquilamente. Me quedo quieta y en silencio observando su cuerpo y sus gestos al no poder anudar su corbata.

--Déjame hacerlo-- murmuro con voz algo ronca mientras gateo por toda la cama hasta llegar a él.

--Lamento si te desperté.

--No te preocupes, ya es hora de levantarse de todos modos-- digo mirando el reloj en la pequeña mesa.

--___.

--¿Mmmh?.

--Lo lamento-- suelta sujetando mis manos y deteniendo mi trabajo de anudar su corbata.

--¿Por qué te disculpas? Si es por lo de ayer no te preocupes, yo, puedo aceptar tener hijos si quieres, creo que ayer fui muy egoísta y no pensé como te sentirías, pero es la verdad.

--Lo sé, yo también fui egoísta, sé que aun eres joven y que apenas si comenzamos nuestra relación formalmente, pero-- se queda callado.

--Está bien Minato-- digo colocando mi mano en su mejilla. --Sé lo que quieres decir, vayamos despacio, disfrutemos a nuestro propio ritmo.

--Si-- dice apoyando su frente en la mía.

--Ahora vayamos a comer algo que muero de hambre-- suelto terminando de ajustar su corbata.

Bajamos las escaleras y en la cocina nos encontramos con la madre de Minato preparando un gran desayuno. Saludo a la señora Clara y a su esposo Dmitry y luego me quedo sentada en la mesa observando como las sirvientas preparan todo. Realmente quiero levantarme y ayudarlas, pero Minato me advirtió que en ningún momento lo haga o su madre se pondrá como loca diciendo que soy visita especial y no sé cuanto más. Vaya gente.

El timbre suena y es el padre de Minato quien se acerca para atender. A los segundos vuelve con una expresión seria y su tono de piel pálido. Se coloca a un lado de Minato y le susurra algo en el oído, logrando poner al rubio en el mismo estado que su padre.

--Ahora vuelvo-- dice mirándome nerviosamente.

--¿Puedo preguntar qué pasó?-- digo con duda.

--Uhm, nada importante cariño-- suelta el señor Dmitry metiéndose a la cocina.

--Con un "no puedes preguntar" bastaba-- murmuro para mi misma.

--¿Cómo puedes hacer ésto? Se supone que nos amamos y tu vas y te juntas con una pequeñaja cualquiera-- logro escuchar levemente.

--¿Qué demonios?--Suelto levantándome de mi lugar.

Los padres de Minato salen de la cocina y antes de que logren detenerme ya estoy a un lado del rubio observando como una mujer de cabellera rojiza llora y me insulta sin darse cuenta que estoy allí.

--Disculpa pero, ¿Qué problema tienes conmigo?-- digo sorprendiendo a Minato, quien no se había dado cuenta de mi llegada.

--Tu, tu eres la maldita que me quito al hombre que.

--Oh vamos, madura mujer, ¿Qué edad tienes?-- suelto con enojo interrumpiendo el patético discurso de novela cliché.

--¿Qué tiene que ver mi edad yo.

--¿Cuántos años tiene?-- digo ahora mirando a Minato.

--Veinticinco-- murmura.

--Bien, tienes veinticinco años, ¿Y te parece que está bien venir a hacer tremendo berrinche? Supongo que sería normal si yo lo hiciera, aún soy una "mocosa", pero no tiene justificación para ti, no sé cual es la relación de ustedes o cual fue en el pasado, y admito que no me importa, pero Minato ahora está conmigo, tu aún eres joven y bonita, estoy segura de que encontrarás a alguien mejor que este idiota-- digo señalando a Minato a mi lado, quien hace una mueca ante lo dicho anteriormente.

--Pero yo realmente lo amo.

--Lo sé, se nota que lo haces, pero no puedes ponerte en ridículo por un hombre que no te corresponde, ten un poco de dignidad y demuéstrale que puedes superarlo, que puedes conseguir a alguien.

--Yo, es verdad, conseguiré un hombre mejor, así me cueste, y vendré a restregártelo en la cara-- dice señalándome.

--Está bien, esperaré ansiosa-- digo sonriendo.

Cuando la chica se va en su bonito auto todos entramos a la casa y nos sentamos ya con el desayuno en la mesa y con un insoportable silencio.

--Por cierto, ¿Quién era esa bonita chica?-- digo metiendo un gran pedazo de tortita a mi boca.

--Kushina, la ex de Minato-- responde la mamá del mencionado al ver que nadie decía palabra alguna.

--Ya veo, eres un idiota Minato, en verdad es una mujer bella, incluso yo te dejaría a ti para irme con ella-- digo mirándolo de reojo.

--___~-- dice quejándose como niño.

--Es la verdad.

El desayuno continuó algo incómodo pero trataba de no darle mucha importancia. Ya para la tarde estaba acostada a lo largo del sillón de la casa de mis padres escuchando la historia de Óbito y su grandioso día con "TontoKashi".

--Ya deja de ser tan idiota y acepta que te gusta estúpido Uchiha-- suelto interrumpiendo sus insultos.

--¡___, Kakashi no me gusta!-- dice con el rostro completamente rojo.

--Ay ya cierra la boca cara de culo, no puedes seguir fingiendo, al final cuando menos te des cuenta Kakashi se olvidará de ti, y ten cuidado que puede ser Rin la que te lo robe.

--¿Rin?-- dice con algo de miedo.

--Le gusta Kakashi, hace tiempo me di cuenta de que anda detrás de él.

--Maldita-- murmura. --Aun así Kakashi no me gusta.

--Sigue convenciéndote de eso, pero déjame decirte que te engañas a ti mismo y es lo peor que puedes hacer.

--En fin, ¿Puedo quedarme contigo esta noche? Mis padres se van a una cena de trabajo y no tengo ganas de estar solo en casa.

--¿Desde cuándo tienes que preguntar cara de culo?.

--Desde que tienes marido idiota.

--Es mentira todo eso, solo somos novios.

--Por ahora-- suelta tirándose arriba mío.

--Estas hecho una vaca, pesas mucho-- digo con dificultad.

--¿Qué hacen?.

Por la puerta de entrada llega Minato y nos queda mirando como si fuéramos dos Locos. Re cuerdo que al principio se ponía celoso y yo utilizaba eso para burlarme de él, por suerte entendió que no somos más que hermanos sin lazos sanguíneos y al final se acostumbró a que Óbito esté pegado a mi.

--Ayúdame, no soporto su peso de vaca-- digo estirando mi mano hacía el rubio.

--Ya, no me metan en sus peleas-- suelta en un suspiro cansado mientras se tira al sillón individual.

Lo miro torcido y con un poco de fuerza tiro a Óbito al suelo. Me levanto y subo a mi cuarto para encontrarme con algo inesperado.

--¡¡¿Qué mierdas están haciendo en mi cuarto?!!-- digo tapando mis ojos al ver a mis padres desnudos y en pleno acto carnal.

--¡Hija!-- chilla mi madre.

Oh por dios, jamás en mi vida quitaré esa horrible imagen de mi cabeza.

🌞🌞🌞

La niña de los clavos. |Minato y tu|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora