Revelación

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Aún si lo intento es imposible no pensar en Kilian, como siempre termina metido en mis pensamientos o en los documentos de mi laptop. Río. Siempre le dije que si usaba mi computadora debería poner sus tareas en una carpeta diferente a donde yo guardaba mis trabajos. Y aun así aquí estaban un par de documentos de sus tareas, uno de ellos llamado: Juramento Hipocrático. Y recuerdo cuando mi novio me explico que ese juramento que hacen las personas que van a dedicarse a la medicina. Él sería un gran médico. Me acuesto sobre la cama sin poder pensar claramente.

Siempre me gusto el juramento, porque prometes que serás bondadoso y amable con los pacientes. Abro el archivo y leo la primera línea: "Prometo solemnemente dedicar mi vida al servicio de la humanidad".

Escucho mucho ruido afuera de mi calle, es extraño porque usualmente es tranquila. Está pasando algo cerca, no lo sé del todo, pero lo siento. Así que me levanto, observo por las ventanas y veo humo a lo lejos, una casa se quema. Conozco la ciudad y me doy cuenta que los bomberos tardarían en llegar. Tengo que ir a ayudar, así que ni siquiera lo pienso tanto y me pongo el traje antes de salir rápidamente. Tomo mi motocicleta y me dirijo rápidamente hacia el humo.

Cuando llego observo cómo hay varias personas cerca y me parece ver a alguien conocido, pero no le tomo importancia, solo veo a una mujer preocupada y escucho por unos momentos a una chica gritar desde dentro de la casa en llamas. Observo la casa por unos momentos, cada segundo parece consumirse más. Me da miedo. Entonces recuerdo otra línea del juramento hipocrático y me da ánimos al adaptarla a mi situación: "No permitir que las condiciones en la que las víctimas se encuentren, mis emociones o cualquier otro factor se interponga entre mi deber de salvarlas del peligro". Entro corriendo a la casa.

Hay mucho humo y las llamas parecen aumentar rápidamente. Oigo la voz de una chica en el segundo piso, la mayoría de las escaleras arden. Y ella está sujetando el barandal al principio de las escaleras, comienza a toser por el humo que aspiró al gritar por ayuda. Me observa por unos momentos entre todo ese humo y puedo ver en sus ojos el miedo.

—Sálvame, por favor —susurra débilmente.

Pienso en otra línea: "Ejercer mi profesión con conciencia y dignidad, conforme a la buena práctica". Estiro mi mano para alcanzarla, pero es peligroso porque ambas estamos muy cerca del fuego, pero tampoco puedo pensar en otra forma.

—Está bien, no tienes que tener miedo —hablo no me importaba el calor y humo que entran a mis pulmones, yo se que estaré bien— voy a sacarte, todo estará bien. Solo dame tu mano.

Puedo ver como se tranquiliza, confía, se inclina hacia mí, estira su mano y, entonces, se desmaya cayendo desde las escaleras hasta mis brazos. La sujeto fuerte y la saco de la casa justo cuando llegan los bomberos y los paramédicos. Las personas me ven, sé lo que significa: "Hago esta promesa solemne y libremente, empeñando mi palabra de honor".

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100 EnidDonde viven las historias. Descúbrelo ahora