Origen del Villano

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Recuerdo a mamá, siempre fue tan amable y cariñosa. Mi padre siempre ha dicho que me gusta ayudar personas por influencia de él, pero la verdad es que es por ella, mi madre adoptiva. Siempre fue tan brillante, incluso cuando el cáncer la consumía.

—Enid, no puedes cambiar esto, está bien si tienes miedo —me dijo la última vez que la vi. Tenía cinco años.

Siento un hormigueo en mi cuerpo, pero no puedo enfocarme en eso.

Mis padres decidieron adoptarme cuando tenía un año, cuando nadie estaba seguro de cómo iba a crecer teniendo estos poderes. Pero ellos decidieron averiguarlo, porque ambos pensaban que podían protegerme y que todo iba a estar bien. Además, algunas personas, no sé quiénes, preferían tenerme en observación; mi padre siendo un científico pensó que podía hacerlo.

Escucho un murmullo a lo lejos, pero tampoco puedo entenderlo.

Mi padre, un científico–médico, siempre se preocupó por mantener a las personas sanas. Todo el tiempo estaba investigando, trabajando. Trató de hacer todo para que mamá viviera por mucho tiempo. Pero no pudo hacerlo. Recuerdo verlo llorar todo el tiempo y tratando de cuidarme de la mejor manera. Incluso entonces lo vi luchar con sus propios pensamientos, a veces parecía enojado conmigo.

Ahora siento un dolor en mi cuello y recuerdo algo.

—Princesa, una niña con tus poderes podrá ayudar a muchas personas —eso fue lo que me dijo antes de comenzar a experimentar conmigo.

Yo, siendo una niña que creció pensando en que debía ayudar a las personas y creyendo en que mi padre no podía hacerme daño, acepté todo, cualquier cosa con tal de saber que las personas podrían curarse más pronto de sus enfermedades. Todo estaría bien, ¿no?

El hormigueo de mi cuerpo cada vez es más intenso y las voces más claras, pero no puedo entenderlas ni despertar del todo.

Recuerdo como los experimentos fueron de ver cómo se curaban las heridas que yo me hacía jugando, hasta las jeringas sobre mi brazo, los cortes intencionales y las enfermedades benignas y mortales provocadas. Todavía puedo recordar el sabor del veneno que me asesinó en aquella ocasión, la primera muerte que puedo recordar. Mi padre había cedido a sus pensamientos más oscuro, porque la muerte de la mujer que amaba había sido de una enfermedad que no pudo curar.

Todo lo que estoy sintiendo ahora me parece tan familiar.

¿Era tan difícil saber entonces a donde quería llegar padre? ¿Qué era lo que esperaba después de tanta tortura? Creía que era algo bueno, por eso no me importaba el dolor. Aunque teniendo 18 comenzaba a cuestionar si era correcto ser lastimada de esa forma por el beneficio de los demás, pero solo obtuve la respuesta cuando desperté desnuda con un forense tratando de cortar en medio mi pecho. Mi padre creyó que había muerto de verdad y la causa fue el cáncer que de alguna forma me había inducido. Y fue cuando supe que debía huir lo más lejos posible de él.

La luz sobre mis ojos al abrirlos me ciega.

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100 EnidDonde viven las historias. Descúbrelo ahora