Mi Sentimiento Eterno

Capítulo "7" El Pilar Del Agua

Ya pasó unos días, desde que Giyu se volvió una versión de bolsillo, Nezuko se encargaba de cuidarlo hasta encontrar una forma de volverlo a la normalidad, la ojirrosa se trataba de mantenerlo cómodo, mientras siga así Giyu no puede ir a misiones pues con ese tamaño no podía hacer mucho.

La única cosa que no le gustó es que su cuarto es un cajón, no puede creer eso aunque por dentro entiende pues no podía ocupar un cuarto grande para alguien que escasamente mude ahora 30 cm, no tenía nada que hacer, estaba aburrido, hasta que llegó Nezuko.

-Tomioka san-. Lo llamo y se acercó a él.-¿Cómo estás?-. Le acerca la mano para que el pilar pueda subir en ella.

Giyu suspira, está harto de tener esa medida, más porque siente que no pude hacer mucho, menos proteger a alguien.- Ya deseo volver a mi tamaño-. Comentó para subir a la mano de Nezuko.

La azabache lo saca con cuidado para ir a una mesa donde el pilar pueda estar para caminar un poco.- Así t3 vez adorable-. Bromea un poco mostrando una sonrisa.

Al ver esa cálida sonrisa, el pilar no pudo evitar sonrojarse, pese a esa broma de su tamaño actual, nadie además de su hermana fallecida y su mejor amigo, le trataron de esa forma tan amable.- Gracias-. Miro a otro lado.- Pero deseo recuperar mi tamaño porque así no puedo proteger a nadie-. Al decir eso apretó con fuerza sus puños pues así no es rival para nadie y menos puede usar su espada que sigue de tamaño real.

Nezuko tomó a Giyu entre sus manos y froto su mejilla con la del Pilar.- Mientras estés asi, yo te cuidaré-. Comentó con una gran ternura.

Esa calidez y paz que Nezuko le daba, es demasiado para llegar y conmover su corazón, ninguna mujer le había hecho sentir tan bien como la ojirrosa lo hacía, nace en su corazón el deseo de protegerla, ahora que es humana puede llegar a ser aún más frágil.

-...-. No supo que decir ante la amabilidad de ella, es muy malo con las palabras.

-Bien-. Nezuko lo toma con cuidado para que este en su hombro.- Es aburrido estar aquí, así que salgamos un poco-.

Esa idea no estaba para nada mal, necesitaba algo de luz de sol, pues lo han tenido "guardado" sólo por temor de que por ser tamaño de bolsillo se vaya a perder.

Nezuko salió al jardín junto a Giyu, quien estaba en su hombro.- Es una noche maravillosa-. Comentó la ojirosa mientras el pilar de agua estaba a lado de ella.

Giyu por su parte no había dicho alguna palabra, se limitó a ver la luna, recordado ese día nevado cuando conoció, en ese entonces él no creía que había demonios que evitarán comer humanos, hasta que la conoció a ella, vio que protegió a su hermano, mientras a él lo ataca, eso fue una razón por la cual los dejó vivir, estuvo con ellos, hasta los ayudo, protegiendo en todo instante a Tanjirou, ya que los Kamado se habían vuelto en una persona muy importante para él.

Nezuko lo hizo cambiar, le mostró la fuerza de voluntad muy grande para no dejarse vencer por la sangre de demonio que ahora lleva en sus venas.

.-¿Tomioka san?-. Pregunto la ojirosa algo inquieta de que no dijera aún una palabra.

Giyu sacude la cabeza saliendo de ese trance, miro a la joven Kamado con esa seriedad que siempre muestra.- No pasa nada-. Fue lo único que dijo para así mirar a otro lado.

Nezuko sabe que a Giyu se le hace difícil hablar con los demas por las pocas veces que lo a tratado, estaba segura que había más de lo que el mostraba.- Esta bien-. Dejo salir un suspiro.- Tomioka san, creo que es hora de regresar-. Comentó al ver que todo comenzó a ponerse oscuro, el sol se estaba ocultando.

En efecto, lo más seguro es regresar porque no se sabe cuando un demonio podría atacarlos y en ese estado, Giyu, no podría luchar pues aunque esta en plena forma, su tamaño no le ayudaba, Nezuko junto a él estaban de regreso a la finca mariposa, ninguno de ellos se percató que estaba siendo seguidos.

Fue hasta que llegaron a una llanura libre de los árboles y alumbrado con la luz lunar que se pudieron precartar de lo que pasa, rápidamente Nezuko llevo a Giyu a un lugar seguro para dejarlo ahí.

- Tomioka san, llama a tu cuervo, yo te cubro-. Dicho eso Nezuko al momento se alejó para tratar de llamar la atención del enemigo.

Giyu al ver eso no pudo evitar en recordar a su hermana y su mejor amigo, quienes murieron por protegerlo.- No, otra vez no-. Olvidado su pequeño tamaño, fue tras ella, no dejaría que nadie la lastime y la protegeria a como diera lugar.

Fue en ese momento que comenzó a brillar y luego de una explosión, ya había recuperando su tamaño real, estaba sorprendido, cuando en ese momento, el grito de Nezuko lo hizo regresar, tomó a su nichirito y al momento se lanzó para ir a salvarla.

En efecto un demonio la tenía acorralada, no pensó en más, debía hacer algo o la iba a perder.

- Respiración de agua, cuarta forma-. Comentó y se lanzó contra ese demonio que amenaza a Nezuko.-¡Marea penetrante!-. Grito y con un tajo limpió corto la cabeza de ese demonio y cae frente a Nezuko, quien lo mira sorprendida.

- Tomioka san, tú-. Iba a hablar cuando es callada por un abrazo del pilar de agua.

-Me alegra que estés bien, Nezuko-. La abraza con cuidado pues imagina que aunque esta viva puede que este herida.

-Si, Tomioka san-. Responde su abrazo.- Estoy feliz por ti, volviste a tu tamaño real-. Comenzó a llorar.

-No se como paso pero gracias a eso pude protegerte-. Se separó para verla a los ojos.- Estoy feliz-.

Nezuko lo mira y sonrie para tomar su mano.- Regresamos, los demás estarán felices-. Dicho eso ambos regresaron a la finca mariposa.

Por dentro Giyu estaba muy feliz pues por salvar la vida de alguien importante, se sentía un poco más digno de ser el pilar de agua.