Segundo Día

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La paz que sentía en este momento era única, era la primera vez que mi cuerpo y mi alma tenían tranquilidad absoluta y no deseaba que nada o nadie me sacará de este nuevo estado que estaba experimentando pero el universo en ocasiones no hace lo que nosotros queremos.
Unos golpes en la puerta acompañado de unos gritos de atención obligaron a mis ojos abrirse y ya que recien me levantaba no preste mucha atención a lo que mencionaba la persona en la puerta, solo mis ojos estaban reaccionando poco a poco y al ver con más detalle lo que se encontraba frente a mi me sonroje. 

Recordé que el día anterior a este me encontré con mi amor platonico y compartimos cama a causa de las altas horas de la noche que terminó nuestra cita, aunque la posición inicial en la que caímos rendidos ante el sueño tenía un cierto toque de timidez al no mirarnos y darnos la espalda, por cómo despertamos parecíamos una pareja de recién casados, Rubén me rodeaba con sus brazos apoyando su mentón sobre mi cabeza y yo imitaba su acción con los brazos pero ocultando mi cara en su pecho donde podía sentir con claridad su aroma que me traía calma y dándome un poco de sueño.

Aunque él era más grande que yo, su figura era más delgada que la mía y eso permitía mis manos tocarse entre si, era como tener lo más importante del mundo entre mis brazos pero ya no se sentía lejano como antes, parecía que él tenía el sueño pesado por que los gritos eran más altos que antes pero aun asi no reaccionaba, al principio lo ignoraba por que recien me acostumbraba al ruido pero ahora eran más claros para mis oídos.

Trate de despertarlo ya que la persona detrás de la puerta lo llamaba, «Rubén... despierta» dije en un susurro no tan bajo y también le daba pequeñas palmadas en su espalda, dio un pequeño gruñido quejándose de mi actuar, sentí como sus brazos me apegaban más a su pecho sin dejar  que pudiera decir una palabra al presionar mi boca contra su pecho, cómo su pecho estaba descubierto empeze a dar mordidas y besos para que el noruego por fin se levante de la cama, creo que funciono ya que empezó a quejarse con más claridad dejando el tono de zombie de antes.

—Mangel deja de molestar— pronunció este provocando que mis ojos se abrieran por escuchar el nombre de otra persona... acaso el nombrado también había hecho esto... nunca le pregunte a Rubius si tenía pareja y no es como si yo tuviera el derecho a negarle tener un novio ya que yo también tuve algunos cuando hablábamos... recordé también que al final del dia no éramos nada, solo coqueteabamos y nada más eso, nunca hablamos sobre salir o ser novios.

—R-rubén levántate, te están llamando— dije con una pizca de enojo apartandome de él, aunque debería estar molesto con él por no decirme nada si tenía un nuevo novio en verdad estaba molesto por sentir que me pertenecía, había llegado sin avisar además de no hablarle por un tiempo a causa de la etapa de estrés que pase en los últimos meses.

—¿S-samuel?... ¡lo siento! tengo el sueño pesado y me disculpo si dije algo tonto— me coloque mis zapatos y me dispuse a abrir la puerta, un chico casi de mi estatura con anteojos me miro con sorpresa.

—Hola, soy mangel, amigo de rubius y... ¿tu quién eres?— me pregunto el chico azabache y sentía en estos momentos unas grandes ganas de gritarle a rubius pero tenía la esperanza de que todo sea un malentendido porque si no lo era había dormido con alguien que tenia novio, sé que no debería preocuparme porque no termino en algo sexual... esperen, todo tenía sentido, Rubén no me tocó ayer y no es como que lo esperaba pero... diablos, me odio ahora y la vergüenza me esta matando.

—Yo soy Samuel, un gusto conocerte y tambien soy... amigo de Rubén— despues de un momento me había dado cuenta que lo había llamado por su apodo... osea que si era una persona muy cercana a Rubén ya que solo permitía que lo llamaran así las personas que el consideraba importante en su vida.

7 Días Contigo [RUBEGETTA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora