(Pedido anónimo)
Pov. Takeshi Kovacs
Al momento de conocer a Carter, me asusté como nunca antes lo había hecho, porque había pasado toda mi vida creyendo que a la hora de conocer a alguien por primera vez, ninguno sabría nada del otro. Pero él era diferente. Conocía muchas cosas de mí, por muy superficiales que fueran.
La primera vez que lo vi fue también la primera vez que pisé StrongHold, la base de los Enviados. Estaba sentado a orillas del lago, con las piernas extendidas y el rostro apuntando al cielo. Lucía cansado y destrozado, con las cicatrices sobresaliendo de su cuello y el arma destrozada a unos metros de su cuerpo, como si la hubiese desgarrado con los dedos sangrantes de sus manos. No parecía alguien amigable o siquiera sociable, pero de igual forma acabé acercándome, porque había visto reflejado en él el sentimiento con el que yo había estado cargando durante todos esos años. Creí que en Carter encontraría el apoyo que siquiera Rei podía darme, pero solo logré encontrar más caos del que ya tenía, comenzando a hundirme hasta acabar sumergido de pies a cabeza en algo que, acabé aceptando, era amor.
A medida que lo iba conociendo, estudiando hasta el cansancio las pequeñas partes de su ser que me daba a conocer, fui asustándome un poco más. Carter era una persona demasiado sensible con su entorno. Si alguien sufría, el absorbía aquel sentimiento y lo triplicaba en su interior, castigándose injustamente por cosas en las que no tenía nada que ver. Pero nunca dejaba que lo ayudara a salir de la miseria que él mismo había creado, porque le asustaba el mero hecho de pensar en permitir que alguien siquiera lo observase más de la cuenta. Estaba tan roto que por un momento creí que lo mío eran solo rayones en la superficie de mi existencia, mientras que lo suyo era una lanza cubierta de veneno que estaba atravesando su pecho.
Era alguien extraño, y si soy honesto, aún sigue siéndolo. Parecía conocer todo sobre todos, excepto de si mismo, y aquello hacía de mi mente un verdadero desastre.
Había momentos en que quería gritarle a la cara que era un cobarde y que nadie nunca lo querría por ello, pero luego lo observaba, temblando oculto entre las sombras del árbol aguja, y comprendía que solo lograría alejarlo incluso más de lo que estaba en un inicio. Acababa destrozado mientras veía cómo sus lágrimas caían de sus preciosos ojos verdosos, transmitiéndome involuntariamente su terror. Y aquello me asustaba aún más, pero continuaba permaneciendo a su lado, porque hasta el día de hoy continuo siendo solo un loco enamorado del desastre más hermoso.
La noche antes del ataque de parte del Protectorado, había buscado refugio entre las piernas de Quellcrist, mi líder, porque había visto a Carter abrazando a una chica, cosa que nunca me había permitido a mí. Fue entonces que me percaté de la realidad: el cobarde siempre había sido yo, porque Carter me había permitido acercarme y conocerlo. Me había dejado comenzar una ardua y lenta excavación hacia lo más profundo de su ser, mientras que yo había huido en cuanto sentí que los sentimientos me agobiaban.
Y aquella noche, oculto vergonzosamente en aquel refugio, grité su nombre.
A la mañana siguiente, cuando el sol había salido y yo había querido golpearme hasta morir por la estupidez que había hecho, me dispuse a buscarlo. Pero lo único que logré encontrar fueron cuerpos tendidos y cenizas que caían como si de nieve se tratase, y aquello solo logró destrozarme un poco más. Corrí entre las cenizas y busqué su rostro entre los muertos, rezando a mis adentros para que no estuviese ahí ni en ningún lado sin vida.
Rei me habló por el comunicador, preguntando por mi ubicación, pero no pude hacer nada más que susurrar el nombre de Carter una y otra vez, hasta que me calmó asegurando que él estaba con ella y Quellcrist en el puente. Corrí como nunca antes lo había hecho, esquivando a los soldados del Protectorado que comenzaban a aparecer a los alrededores, hasta poder visualizar el puente con tres siluetas sobre él. Aquellas piernas gruesas y contorneadas junto a aquella cintura marcada por los años de ejercicio sólo podían pertenecer a él, por lo que me calmé lo suficiente como para rogar por que se marcharan sin mí.
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Male! Reader OS | Pedidos
Fanfiction☆Pedidos por comentarios y/o privado☆ "Lo fantástico de la lectura, es que se crean mundos de colores únicamente con el blanco de las hojas y el negro de la tinta" OS de libros, series, películas, famosos, etc. ✔ Puede que haya personajes que no con...