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"Smile" | Alastor | Hazbin Hotel

(Pedido por Alex4ndz [espero y te guste :3]) 

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Una vez... Vi una vez al que creí el ser más hermoso de todos. Brillaba inocente entre tanta maldad y cargaba con él una antorcha llameante de esperanza, entregando a los más miserables una chispa de ella.

-¿Crees en mi proyecto, Ángel?-Oí preguntando a Charlie.

Me aferré a su existencia como quien se aferra a un bote en el medio del océano y me apegué a la creencia de que algún día podría ser tan puro como lo era él. Sin embargo, antes de poder siquiera entender cómo, se desvaneció en una luz tan bellamente cegadora que no pude ver su rostro despidiéndose de mí, justo antes de ascender hasta desaparecer en las alturas.

-Sí...

Como lo extrañaba...

-¿Por qué?-Preguntó entonces Vaggie.

La hambruna que mi ser sentía al no tener ya el privilegio de verlo me desalentaba a continuar existiendo en aquella pocilga.

-Estas tierras llenas de pecado necesitan una esperanza para no derrumbarse del todo.

 A pesar de que mis labios nunca tocaron los suyos, se sentían más fríos que nunca, y eso no hacía más que torturarme cada minuto de mi eterna y miserable existencia.

-¿Sólo por eso?-Angel Dust se apegó a mí con descaro y me miró pícaro.

Comenzó a habitar en mi pecho...

-Sí-Me puse de pie y me marché a la que sería mi habitación, gruñendo de paso al Demonio de la radio, que sonreía de manera cínica hacia mí.

... Una opresión inefable...

-¿Taimadito, pulgoso?-Soltó con voz burlona mientras seguía mis pasos.

... Que no se retiraba...

-Cierra la boca, puro hueso-Le susurré sin voltearme a mirarlo.

... Con gritos ni mentiras...

-Sonríe un poco, perrito. Te vez menos penoso de esa manera-Le mostré los dientes mientras bajaba mis orejas y lo vi retrocediendo disgustado.

... Y desde entonces me pregunto...

-No soy un perro-Me acerqué a él e intenté tocarlo, espantándolo en pocos segundos.

... ¿Podría alguien detenerlo?

-¡Dile a Charlie que mañana debo hablar con ella, mondadientes parlante!-Le grité enfurecido antes de azotar la puerta de la habitación.

¿Era posible que alguien pudiera ser tan detestable? Alastor se había transformado en la respuesta a aquella pregunta desde el momento en que mi amiga Charlie me había pedido ayuda en el Happy Hotel, nombre que había sido cambiado por el Demonio de la radio para dejarlo en: "Hazbin Hotel".

No existía un momento en que no se dedicara a recordarme que estaba ahí para meter un poco más de mierda a mi vida, soltando malas bromas, cantando todo el tiempo, llenando el ambiente de fuerte olor a whisky y, por sobre todo, sonriendo...

Como odiaba esa sonrisa cargada de hipocresía y falsedad.

-Hijo de su puta madre. Malparido mortal. Chillón desafinado...-Comencé a insultarlo entre dientes, caminando de un lado a otro dentro de la habitación que Charlie me había dado.