Introducción

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8 de diciembre de 1980 - Lafayette

Había estado recorriendo gran parte de Estados Unidos con mi hermano, deseábamos conocer cada lugar de este país, aquella noche de diciembre paramos en Lafayette, no era nuestra primera opción pero podíamos descansar y partir al día siguiente.

-¿Quieres acompañarme a beber algo?

-No, debo organizar el intinerario, mañana partimos a Indianápolis. Recuerda que le prometimos a papá que estaríamos en Nueva York para fin de año.

-Así será. -Le sonreí. -Te traeré algo. -Lo abracé.

-Ven con cuidado Charlie.

-¡Eso haré!

Tomé mi chaqueta y salí del hotel en busca de algún bar dónde pudiese entrar y no me pudieran identificación porque aún era menor de edad y lo seguiría siendo por un tiempo.

Encontré un lugar muy cerca, así que decidí entrar pero la seguridad me lo impedía.

-Necesitamos su identificación.

-La dejé en mi hotel, ¿No me dejará pasar?

-No.

-Oye, Keith, ¿Por qué no dejas entrar a la chica? Si no fuera mayor de edad no estaría por estos lados. -Observé al chico pelirrojo que le hablaba al guardia de seguridad, así que le sonreí.

-Está bien.

Entré al bar seguida del chico que me había ayudado a enterar.

-Gracias, ya me iba a ir.

-Bueno... Parece que es tu día de suerte.

-Eso creo, ¿Quieres beber algo? Yo invito.

-Las chicas no suelen invitar así que parece que también es mi día de suerte.

-Si Tú lo dices.

-Estoy seguro de que es así, por cierto, me llamo Axl. -Dijo mientras se sentaba.

-Yo soy Charlotte.

-Encantado de conocerte. -Tomó mi mano y la besó.

-Igualmente. -Le sonreí y ordenamos nuestras bebidas.

-Y dime... ¿Qué haces por este lugar?

-¿Se nota mucho que no soy de acá?

-Si, tienes un acento muy marcado.

-Tal vez con el tiempo desaparezca.

-No, no, me gusta mucho.

-Hay personas que lo detestan, pero creo que es una buena manera de diferenciarse, especialmente acá.

-Si, pero no me haz respondido la pregunta, es muy extraño encontrar turistas en este pueblo asqueroso dónde no hay nada y todo es lo mismo.

-Estoy recorriendo Estados Unidos con mi hermano, íbamos camino a Indianápolis pero se nos hizo tarde así que terminamos acá.

-Yo si decía, no es común conocer a personas como tu.

-Bueno, esta noche es diferente.

-Eso veo... ¿Quisieras ir a otro lugar?

-Debo regresar al hotel, no quiero preocupar a mi hermano.

-¿Y si no te vuelvo a ver?

-¿Acaso quieres verme de nuevo?

-Por supuesto, como ya te dije estoy encantado de conocerte.

-Bueno, hallaremos la manera de vernos de nuevo.

-Eso espero.

-Así será.

-¿Te acompaño al hotel?

-Me encantaría. -Sonreí.

Salimos del bar luego de que pagara las bebidas y caminamos juntos hacía el hotel.

-Gracias por todo, y por acompañarme hasta acá.

-Era lo mínimo que podía hacer por alguien como tú.

-Deberías ser guía turístico.

-No creas que soy así con todas. -Sonrió.

-¿Cómo hago para creerte? -Me reí.

-Solo confía. -Sé acercó a mi y me robó un beso rápidamente.

-¡Oye!

-Es para que no me olvides mientras volvemos a encontrarnos.

-Eres un idiota. -Lo golpeé levemente.

-Tal vez, tal vez...

-En fin... Que tengas una buena noche Axl.

-Igualmente Charlotte, espero verte de nuevo.

-Confía en el destino.

-Estoy confiando en hoy, nuestro día de la suerte.

Le dirigí una sonrisa y entré al hotel sin dejar de sonreír, Axl era un chico encantador, pero tal vez no lo volvería a ver porque aquel no fue mi día de suerte, así como él había dicho.

-Hermano, regresé.

-Charlie. -Me miró con ojos en sus lágrimas.

-¿Qué pasó?

-Papá...

-¿Qué tiene papá?

-Lo asesinaron...

En ese instante mi mundo se derrumbó

Enchanted to meet you {Axl Rose}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora