Dreams

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Se movía incómodo sobre la cama y sentía la tela de seda acariciar su piel desnuda, sentía miedo... Cada respiración le dolía, su pecho subía y bajaba con rapidez y lo único que podía ver era rojo, las cortinas, el tapiz y la alfombra.

Sentía su pecho arder hasta que vio aquella silueta entrar a el cuarto. Elegante y varonil enfundada en un traje color negro con una máscara en su rostro y una camisa roja.
Se acercaba a paso seguro desprendiendo un aroma a peligro y azufre cuando lo tubo frente a el pudo   sentir la mirada lasciva del hombre y un escalofrío recorrió su espina dorsal cuando lo vio acercarse mas y mojar sus labios con su lengua, jalo las cadenas que ataban sus muñecas en un intento por cubrir sus partes bajas y un sollozo escapo de sus labios cuando lo vio quitarse la corbata y  la parte superior de su traje poco a poco.

- valió la pena esperar mattew - al decir su nombre cada sílaba fue saboreada de forma lenta y morbosa provocando en el pelirrojo el inició de un ataque de pánico que lo hizo retorcerse y jalar las cadenas que ataban sus cuatro extremidades y mantenían sus hermosas y delicadas piernas abiertas, ante esa imagen el contrario dejo escapar una carcajada acompañada del resto de su ropa mostrando un único bóxer de piel color negro muy ajustado dejando ver su creciente erección palpitante y de gran tamaño.

Otro sollozo se dejo escuchar
- por favor... No me lastime, no me haga daño Dios! Por favor - el hombre de cabello oscuro se poso sobre su cuerpo y comenzó a olerlo de forma lasciva mostrando su gran deseo mientras mattew jadeaba y sollozaba por la sensación extraña en su piel desnuda a causa del aliento cálido sobre su cuello entonces cerro los ojos Y comenzó a rezar.
- Dios no esta aquí bebé - el menor cerro los ojos con mas fuerza
- padre nuestro... - otra carcajada resonó en toda la habitación acompañada de una mordida en su cuello y una mano que se poso sobre uno de sus pezones y lo comenzó a pellizcar sacando pequeños jadeos que entrecortados distraían cada parte de su oración.

- hueles a rosas bebé, eres hermoso y perfecto.... Oh mattie no sabes cuanto eh esperado para tenerte entre mis brazos y hacerte mio de maneras que no te imaginas - aspiro con fuerza el aroma en su cuello - delicioso sin duda no me equivoque al elegir a tan preciosa criatura como tu, no sabes cuanto muero por follarte y hacerte gritar mi nombre mientras te lleno de semen hasta que todo se escurra de tu interior una y otra vez hasta que mi semilla crezca dentro de ti - la mano abandono sus pezones y bajo hasta su delicado vientre el cual acarició en círculos, los sollozos fueron mas fuertes - eres lo único que quiero mattew murdock yo voy a tomar tu dulce virginidad enterrándome por completo en ti hasta hacerte sangrar y gritar por mas - las lágrimas caían por su rostro y un ataque de pánico mas fuerte lo golpeo por completo provocando que se moviera con violencia mientras gritaba desesperado.

- NO ....!! Por favor, basta yo.... - sintió como era masturbado con violencia mientras aquel hombre mordía su cuello sentía que su voz desaparecia hasta que sintió un líquido caliente resbalar por su cuello y una lengua comenzaba a lamer la sangre que brotaba de la herida recién echa en ese momento entro en shock y su pecho casi explotaba por el dolor.

- mattie?? Bebé.. Mi niño despierta - jack murdock acariciaba el cabello de su único hijo usando palabras de amor tratando de despertarlo con cuidado esta era la segunda vez en la semana que tenia que correr al cuarto de su niño y tratar de mimarlo esperando abriera sus ojos. En esos momentos extrañaba mas a su esposa, seguro ella sabría como proteger a su preciosa joya un hijo varón y doncel era toda una bendición y una gran responsabilidad. Sus pensamientos fueron interrumpidos por la mirada miel de su hijo que se lanzo a sus brazos llorando con gran dolor y pánico.

- ya mi bebé ...solo fue una pesadilla.

- papi tengo miedo... Yo no quiero volver a dormir... El vendrá por mi ... El quiere hacerme cosas horribles.

Jack sollozo con su pequeño en brazos y lo abrazo acostándose con el y comenzando a cantar esa canción de cuna que su madre le cantaba a su único hijo desde que nació y hasta el día en que el cáncer la alejo de ellos.

La Rosa RojaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora