No

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No

De tus labios carmesí brotan sinceridades
tan brutas como tu violenta presencia

Del suelo ahora nacen dos o tres flores
resecas, oscuras y llenas de tristezas

Del cielo a su vez, caen las estrellas
y en el mundo se escuecen los rostros

El fuego, que debería quemarnos vivos
no es nada comparado a tus decires

Y así en el cielo como en el suelo y en todos lados
yo pido, que no me hables,
que no me duelas,
ni me suspires

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