Conclusión

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Conclusión

He estado oyendo a mi propio ser
en la introspección rutinaria del estatuto
mental, he estado vistiendo el luto
de lo que mis ojos no han querido ver.

Hecho de las siestas insomnio y soliloquio,
repasado entre bambalinas los pasajes
de las tardes de mate. Preparado "rajes"
de escapada a las orillas de un acequio.

Éramos pobres entre tanta gente feliz,
y de a ratos éramos magnates envidiables
de mutua conveniencia. Éramos inviables
incluso a la distancia, como una raíz.

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