Capítulo 14. MÁS FAMILIA MÁS AMOR

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—Lo lamento —se disculpó Dojin con Hyesung, que en una camilla estaba a punto de entrar a la sala de partos sin compañía.

Había entrado en labor casi media hora atrás, y Byul había presenciado el dolor de su padre Omega, por eso no permitía que su padre Alfa, que le brindaba protección, lo separara de sus brazos, no sin llorar, al menos, así que Dojin se quedaría lejos del parto por esta vez. 

Su cabellera lo agradecía.

Hyesung lo entendió bien, y de hecho fue su idea que su marido se quedara fuera, aunque le incomodaba significativamente tener que pasar por semejante situación completamente solo.

—Yo —habló Heesoo, entre nervioso y emocionado—..., déjame acompañarte.

—No creo que sea buena idea —alegó el rubio tan claro como las fuertes contracciones le permitían.

Pero no, no es que quisiera negarse, de buena gana le diría que sí si el que se ofrecía no estuviera embarazado también y no fuera primerizo; no quería asustarlo, porque un parto era algo que daba muchísimo miedo.

—Yo creo que sí lo es —dijo de pronto María, inmiscuyéndose en la conversación—, así lo matará el terror en lugar de la ansiedad. Es mejor conocer tus miedos. Además, puede que lo que más le impacte no sea la parte fea, precisamente.

Hyesung no dijo nada más, solo disfrutó esa poca tranquilidad que le daba el no sentirse solo en un momento tan complicado.


* *


—¿Fue terrorífico? —cuestionó Dojun al ver a su esposo salir de la sala de partos un par de horas después, temblando de pies a cabeza.

—Sí —resopló el chico Beta abrazando a su marido.

—Pues no te ves nada asustado —replicó el hombre de lentes, sonriendo por la expresión tan satisfactoria que su amado mostraba.

—Es que fue lo más hermoso que he visto en mi vida —dijo comenzando a derramar lágrimas de emoción—, se veía tremendamente doloroso, pero cuando al fin nació, cuando Hyesung pudo tener a su bebé en sus brazos, cuando besó esa cabecita babosa y lloró tan enternecido... de verdad fue súper hermoso.

Dojun volvió a sonreír, y no por la escena que el otro describía, escena que ni siquiera le pasó por la cabeza, pues su cerebro estaba concentrado en deleitarse por la desbordante emoción de Heesoo.

» Ya quiero que nazca nuestro bebé —dijo el pelirrojo aferrándose con fuerza al torso del padre de su primer hijo.

—Yo también —dijo el mayor.


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La recuperación había sido rápida, los días pasaron y el rubio cada vez se sentía mejor. Aunque, de pronto, debido seguramente a sus hormonas aún inestables por el reciente parto, no podía evitar el comparar el inicio de vida de sus hijos y sentirse terrible por ello.

Había aprendido su lección ya, claro que sí, pero ni pidiendo perdón cada día enmendaría el pasado, pues el pasado es como un cuadro inmutable que no puedes volver a tocar, solo puedes observarlo desde detrás de ese cristal que es el presente.

Y a pesar de que sabía no lo remediaría con un perdón, cada que la melancolía le ganaba volvía a disculparse con su esposo y a abrazar con más fuerza y más amor a ese pequeñito que probablemente no recordaba su abandono, pero que definitivamente la había pasado mal sin él.

Y, decidido a no volver a lastimar a los que amaba, se dedicó a darle confort y felicidad a su familia.


* *


—Eres el niño más guapo de todo el mundo —dijo el rubio terminando de ponerle un pijama de conejo a su recién bañado hijo mayor.

Byul le miró con cansancio. El día había terminado, había cenado antes de su baño y esa agua caliente lo empujaba a sentir la necesidad de dormirse justo en ese momento.

Pero no podía, había algo que le faltaba por hacer, por eso el rubio lo tomó en brazos y lo sacó de la habitación para dirigirse a buscar a su marido que, seguramente, estaba sufriendo por dormir a su nuevo bebé.

Hyesung no encontró a Dojin sufriendo por dormir a su bebé, lo encontró rendido al sueño en un sillón de su sala, abrazando a su pequeña nena que dormía sobre el confortante pecho de su padre.

» Anda, dale un beso —pidió el rubio acercándose a los otros dos amores de su vida y, luego de que Byul besara a su hermanita, tal como era su costumbre antes de dormir, Hyesung se puso en pie con su niño grande en brazos, entonces le besó con todo ese amor que solo él podía sentir por él.

» Te amo —le dijo aferrándolo contra sí, besando una y otra vez a ese que hacía mucho amaba, y que amaría para siempre, igual que a su pequeña Yeon Park. 

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Y eso fue todo para esta familia, vuelvo pronto para culminar este manhwa y seguir con lo que sigue.

Gracias por leer, deseo les haya encantado. Besos hermosuras!!!!

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