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Demonios.

Draco mentalmente maldijo mientras se alejaba de la mirilla de su puerta principal. Esto no podía estar pasando, otra vez. Se arrastró lejos de la puerta tan silenciosamente como pudo, haciendo todo lo posible por recordar donde se localizaban todas las tablas que rechinaban. No quería alertar a su acosador de que había estado cerca de la puerta. Ni siquiera quería que el hombre supiera que estaba en casa.

Bam, bam, bam.

Draco gruñó por dentro con el insistente ruido proveniente de su puerta. Sus vecinos se iban a empezar a quejar con el superintendente del edificio si Blaise no dejaba de golpear la puerta como si fuera la maldita policía.

¿Cuántas veces tenía que recordarle a su ex que era un ex? Esto tenía que parar. Todo el lio era una locura, junto con su ex novio. Parecía que una vez que Draco declaró que su relación había terminado con Blaise, el hombre había perdido su puta cabeza.

No era como que alguna vez fueron realmente tan unidos o acaramelados. Ciertamente no se habían declarado su amor eterno el uno al otro. Demonios, ellos apenas y tenían una relación real. Blaise solamente le prestaba atención a Draco cuando quería algo, por lo general sexo. Draco simplemente no podía entender por qué el hombre se había vuelto tan obsesionado de repente.

Blaise era un patán de proporciones épicas.

Desafortunadamente el ex novio de Draco no mostró su verdadera cara hasta, más o menos, los tres meses de su relación. Si tan sólo los hombres fueran ellos mismos cuando los conocías por primera vez, si mostraran lo que realmente eran, eso haría el salir con ellos mucho más fácil. La gente podría deshacerse de los hombres menos deseables y ahorrarse muchos dolores de cabeza.

Si tan sólo la vida funcionara de esa manera.

Después de agarrar las llaves, el teléfono celular, y la cartera de su cómoda, Draco
metió los artículos en sus bolsillos y luego abrió la ventana de su dormitorio lo más silenciosamente que pudo. Era una ventana vieja, después de todo. Una vez que la tuvo lo suficientemente abierta, se arrastró hacia fuera a la escalera de incendios. Miró abajo hacia el suelo y maldijo por tener que correr una vez más.

Esto lo estaba cansando.

Llegando a la parte inferior de la escalera, Draco saltó, sus pies golpearon el pavimento con un ruido sordo, y luego corrió directamente hacia la casa de su mejor amiga, Pansy. Estaba realmente cansado de correr de Blaise. Esto era totalmente ridículo.

El hombre necesitaba comprar una maldita pista. O Draco necesitaba comprar un enorme perro guardián. Lástima que era alérgico a los perros.

Draco corrió por las calles de la ciudad, rezando para que Blaise no lo hubiera visto y seguido. Zigzagueo por el tráfico, corriendo por un callejón o dos, y entonces finalmente vio el edificio de Pansy aparecer. Mirando a su alrededor rápidamente, se aseguró de que no estuviera siendo seguido mientras se acercaba a su edificio. Una vez que estuvo seguro que Blaise no estaba pisándole los talones, Draco entró en el edificio, subió al segundo piso, y llamó a la puerta. Jadeaba pesadamente, sin aliento, por correr.

Gracias a Dios que Pansy se había mudado hace un mes. Blaise no tenía idea de dónde buscar ahora, a menos que encontrara una manera de seguir a Draco o se apareciera en su trabajo.

Dios, su vida se estaba volviendo tan malditamente complicada.

El tipo no podía meterse en su grueso cráneo que se había terminado. ¿Qué parte de eso no entendía Blaise? No había manera en el infierno de que Draco molestara a alguien que le hubiera dicho que se jodiera. Su orgullo no se lo permitiría, o su sentido común. Terminar era terminar. Él entendía ese concepto. Draco solo deseaba que Blaise lo hiciera.

El problema de Draco (fanfic harco)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora