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Harry rodó a Draco debajo de él. Otra razón por la que había esperado era, el sentimiento de roba cunas. Draco tenía veintiséis años, mientras que Harry tenía treinta y cinco. Una gran diferencia de edad para él. Aunque todavía viril, Harry no tendría veinte nunca más. ¿Y si no podía manejar al joven?

Ese pensamiento había estado en su mente cada vez que Draco trató de acercarse. Pero al ver al hombre más bajo mirándolo tan confiado, Harry supo que había sido un miedo estúpido. Arrojó la preocupación a un lado. Nunca había tenido problemas antes, entonces ¿por qué empezar a preocuparse ahora?

—Por favor dime que tienes condones— dijo Harry mientras se inclinaba, besando la garganta de Draco. Ellos podrían hacer muchas otras cosas si Draco no tenia, pero Harry se moría por hundir su polla dentro del culo de esta belleza de pelo rubio. Su amante era de una talla saludable, y Harry absolutamente amaba eso. Le gustaba, y se moría por explorar cada pulgada del hombre.

—En el baño— respondió Draco mientras comenzaba a levantarse.

—Quédate, los encontraré. Quiero que te desnudes—

El chico miró a su cuerpo luego de vuelta a Harry, la incertidumbre arruinando su hermoso rostro. Harry ignoró esa mirada mientras entraba al cuarto de baño, buscando en el gabinete hasta que encontró una caja de condones de látex. Parecía que Draco había metido todo un surtido de preservativos en la caja. ¿Qué demonios estaba haciendo con tantos condones? Había diferentes texturas, tamaños y colores. Era como un arco iris de
condones.

Agarrando uno extra-grande, Harry se desnudó en su regreso a la cama. Quería el contacto de piel a piel, sin barreras, excepto por el látex. Su pene ya estaba duro y listo, filtrando líquido pre seminal con pensamientos de tener finalmente sexo con Draco.

Harry se detuvo cuando vio que Draco todavía tenía puesta su camisa. —Desnudarte incluye toda la ropa, cariño—

—Hace frío aquí— dijo Draco como si hablara en serio.

Harry frunció el ceño. Pensó que estaba bastante sofocante la habitación. También se dio cuenta, de que la polla de Draco estaba sólo media dura. Muchas ideas pasaron por la mente de Harry. Tal vez tenía una cicatriz, debajo de esa camisa, de la que estaba avergonzado. ¿Quién era él para exigir que Draco se la quitara? Dejándolo pasar por ahora, Harry decidió que se ganaría la suficiente confianza de su amante, para qué Draco se mostrara en algún momento en el futuro. Sólo odiaba no poder correr sus manos sobre el pecho de Draco y jugar con sus pezones. Harry era definitivamente un hombre de pezones y odiaba que no pudiera chupar en un pico perfecto los de Draco.

Lanzando el condón sobre la cama, Harry se arrastró sobre el colchón. —¿Qué tenemos aquí? — Harry comenzó a lamerse los labios mientras se situaba entre las piernas de Draco, de polla a cara, bien, Draco abrió las piernas de forma seductora, observando de cerca a Harry.

Vaya, si es una muestra de que sí quiere. Pegando la nariz directamente en la ingle de Draco, Harry inhaló profundamente. Le encantaba el olor de fuerte almizcle varonil. Movió la lengua, gimiendo mientras saboreaba el saco arrugado de Draco, su lengua provocando la piel sensible. Eran peludos y cálidos, y malditamente deliciosos. Harry
chupó un orbe en su boca mientras su lengua bañaba la piel.

En las últimas semanas, Harry había fantaseado con follar a Draco. Las fantasías siempre variaban, pero siempre terminaban con él follando a Draco, hasta que el hombre estaba inconsciente.

Harry soltó el orbe, y fue por el otro, notando que la polla de Draco se estaba poniendo muy rígida. Tal vez fue el nerviosismo de Draco, de estar juntos por primera vez. Harry seguro como la mierda esperaba que ese fuera el motivo, de que el hombre hubiera estado sólo medio duro.

El problema de Draco (fanfic harco)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora