kiss me hard before i go // Brad Simpson

XX: ¿Y nuestro primer beso?

Abro mis ojos y aún escucho la música, pero un poco más alejada, aunque no entiendo porqué la escucho como si yo estuviera unos cuantos metros bajo la superficie del agua. Me llevé las manos a la cabeza y toqué algo que estaba muy frío, casi congelado. Era una bolsa de hielo.

Me incorporé y noté que estaba sobre una cama, que tenía tapones en los oídos y que había una pequeña lampara de noche encendida pero con una muy baja intensidad. Me quité la bolsa de hielo de la cabeza, y también los tapones. Mis huesos dolían horrible, sobretodo los de la espalda y también las costillas. La cama era enorme, y tenía un cobertor azul claro, era cómoda, bastante cómoda. En frente había un enorme televisor pantalla plana colgado en la pared, había un escritorio, trofeos y balones ovalados. Una de las tres puertas que había en toda la habitación se abrió y me contraje apegándome al final de la cama algo asustada.

–¿Ya despertaste? ¿Cómo te sientes?

–¿En dónde estoy Will?

–En mi habitación, pero... eso no importa. ¿Te sientes bien?

–No, me duele la cabeza, y los huesos.

–Te encontré tirada en el jardín trasero, ¿Qué bebiste?

Me quedé observando a Will con rostro de ¿Qué pasa contigo?, idiota. Pero recordé que el no tenía idea sobre mi enfermedad. Él tenía el cabello mojado, jeans oscuros y una sudadera con capucha azul. Al parecer se había dado un baño.

–Nada yo... no sé que me sucedió.

–Sea lo que sea, me preocupaste demasiado.

–¿Qué hora es?

–Las 03:30 de la madrugada, y la fiesta aún sigue.

–¿Will?

–¿Si?

–Voy... voy a vomitar.

–¿Qué? Ven aquí...

Will me tomó en brazos prácticamente y me llevó al baño de su habitación (que por cierto también era muy grande), me arrodillé ante el escusado y comencé a devolver todo lo que había ingerido durante el día. Él tomó mi cabello en sus manos y acarició mi espalda. Cuando terminé enjuagué mi boca con agua y pasta dental, para que luego él secara mis labios con una toalla.
Por alguna razón u otra, había vomitado cierta cantidad de sangre, mínima, pero lo había hecho.
Volvimos a su habitación y me senté en su cama sin poder respirar bien.

–Tengo que llevarte a un hospital, Clary.

–¡No! No puedes...

–Si, lo voy a hacer, ahora... –Él comenzó a buscar las llaves de su jeep por lo que noté.

–¡Will No! Te lo pido, por favor. –Me acerqué y le tomé las manos.

–Estás mal, buscaré a Brenda también. –Se zafó de mi agarre con facilidad– No sabemos qué tienes.

Si me llevaban al hospital, todo el viaje de Atlanta se iría a la mierda, y también la posibilidad de ver a Brad.

–Espera... sé que tengo. –Cerré mis ojos.

–¿Entonces qué es?

–Will, yo... yo padezco de leucemia crónica.

Él se quedó de pie en silencio unos segundos, luego se acercó a mi y me abrazó con fuerza, como si no nos hubiésemos visto en mucho tiempo.

–Es normal que estas cosas me pasen, estoy... acostumbrada. –Mentía respecto al vómito, pero supongo que es sólo un efecto colateral.

–Lo siento mucho, de verdad... No sabes cómo me siento.