XXIII: Brauren.

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Siete días habían pasado desde la última vez que lo vi. Seis noches habían pasado desde la última y primera vez que dormí con él. Y me sentía vacía e insegura. No quería volver a despertar nuevamente si no estaba en sus brazos. No puedo decir que tuve el privilegio de verle dormir, porque no fue así, pero si tuve el privilegio de compartir horas de sueño junto a él.

Desde aquel día, no ha pasado una sola noche en que la no me llame, incluso si es sólo para desearme las buenas noches. Algunas veces me llama a medio día cuando está despierto, o cuando yo estoy en la hora de almuerzo.

Me ha estado preguntando indirectamente a qué se deben tantos desmayos y yo me la he pasado evitando las respuestas, cambiando el tema o simplemente ignorando sus preguntas.

Esta noche, había quedado con Alex para cenar en su casa. Al parecer su padre se había percatado de que algo sucedía entre él y Trent, ya que oyó una conversación de su padre a su madre diciendo que no le gustaban los jueguecitos que tenía con Trent cada vez que iban a dormir o cuando estaban sentados a la mesa. Trent iba regularmente a la casa de los Cartwright, cenaba con ellos y alguna que otra vez se quedaba a dormir como "mejor amigo" de Alex. Y si no se quedaba en su casa, Alex lo recogía durante las mañanas para traerlo al instituto y más tarde llevarlo a casa, o viceversa. Pero eran muy pocos días los que no llegaban juntos por la mañana. La verdad es que nadie se percataba de nada, yo no lo había hecho hasta que los vi liándose en la cocina de la casa de Will, si no los hubiese visto aún creería que se han vuelto grandes amigos.

Nos encontrábamos en una mesa más grande de lo usual ingiriendo nuestro almuerzo en la cafetería porque desde hace un tiempo estábamos compartiendo mesa junto a Will, Trent y dos chicos más del equipo. Mi móvil comenzó a vibrar como usualmente lo hacía desde la última semana y sonreí al leer su nombre en la pantalla.

–Cuidado Alex, te están quitando a tu novia. –Carcajeó Lucas.

Le lancé una mirada asesina y cogí el móvil disculpándome y caminando unos metros más allá.

–Hola Rapunzel, ¿Cómo estás?

–Cansada, ¿Y tú?

–Esperando el vuelo a Los Ángeles. ¿Por qué cansada?

–¿Los Ángeles? Oh, disfruta la ciudad, es perfecta. He tenido un día algo pesado, es todo.

–¿Te consuela saber que es tu último año?

–De instituto, claro.

–Dicen que la universidad es más entretenida, ánimo, queda poco.

–Gracias bebé. ¿Algo que contar?

–Desbloquee un nuevo nivel en Angry Birds. –Lo oí reír y mi corazón dio un vuelco en mi interior.

–Eres el vocalista de una de las nuevas y mejores bandas del último tiempo y, ¿Lo único que tienes para contar es que te desbloqueaste el nivel de un juego?

–Básicamente, si... –Suspiró riendo–No quiero contarte mis aventuras mientras tú ansías salir de esa ciudad lo antes posible, Rapunzel.

–¡Qué lindo eres! –Dije dando pequeños brincos de emoción.

–Juro que para tus vacaciones de invierno este año, te sacaré de allí.

–¿Lo prometes?

–Si, claro que si.

–Bien, acepto entonces. –Reí mientras el timbre indicaba nuestra vuelta a clases– Debo irme, lo siento.

–No te preocupes, ten un buen día.

kiss me hard before i go // Brad SimpsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora