Mi hogar eres tú | Chanbaek | Fluff

08. Usar la ropa del otro

—Baekkie, cariño... ¿Has visto mi sudadera blanca? No la encuentro por ninguna parte...—Mencionó ChanYeol mientras revisaba de punta a punta el closet que compartía con su pequeño conejito. Baekhyun, por su parte, contenía una risita desde su escondite especial, sin querer asomarse, ya que eso implicaría tener que quitarse dicha sudadera y devolvérsela a daddy.

—No, daddy~ Quizá se la comió el monstruo que vive en el cesto de la ropa sucia~ —Respondió finalmente el conejito, incapaz de disimular la carcajadita que escapó de sus labios inmediatamente después. Era muy divertido poder hacerle ese tipo de bromitas a su esposo.

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La mayor parte del tiempo cuando estaban en casa, Baekhyunnie por lo general se robaba la ropa de su esposo para usarla. Había varias razones por las que hacía esto, y cada que pensaba en ellas mientras se vestía, siempre le hacían sonreír.

1. La ropa de Daddy siempre, siempre, olía a daddy.
Olía a su colonia, y por consecuencia, a sus abrazos, a él. Si Baekkie se sentía solito mientras esperaba a que su esposo volviera del trabajo, por lo general bastaba con ponerse una de sus camisas para sentir que ya le tenía un poquito más cerca.

2. La ropa de Daddy era muy cómoda.
A Channie siempre le habían gustado las cosas sencillas y los materiales suaves, por lo que no había nada que molestara la delicada y pálida piel de Baekhyunnie si usaba la ropa de su esposo. Además claro de que prácticamente podía nadar en sus camisetas y hoodies, siempre demasiado grandes para su pequeña anatomía. 

3. A daddy siempre le gustaba mirarlo usar su ropa.
Especialmente cuando cierto conejito se sentía ñami, usar una de las camisas de daddy y dejar al descubierto su pecho o uno de sus hombros, por lo general siempre tenía un efecto interesante. Daddy le miraba con atención distinta, le sostenía muy cerquita a su cuerpo, y después de besarle con todo su corazón, le hacía suyo.

Así que sí, Baekkie era un conejito bastante mimado, y sobre todo, afortunado de que incluso en las cosas que no eran directamente relacionadas a su persona, Park Chanyeol siempre había sido perfecto para él. 

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Por otro lado, Chanyeol no podía decir lo mismo. Su estatura principalmente le hacía imposible poder usar la ropa de su pequeño. Baekhyun tenía una figura drásticamente distinta a la suya, por lo que incluso intentar probarse sus calcetines probablemente sería un error colosal. 

Sin embargo, disfrutaba de elegir ropa para su conejito y ver cada una de sus reacciones cada que se le ocurría sorprenderlo con algún disfraz nuevo, o incluso con prendas para estar en casa que se adaptaran a su estilo de vida y sus intereses particulares. Le gustaba escucharlo ronronear al sentir las telas suaves contra su piel, o soltar grititos de emoción ante ciertos bordados o colores pastel. 

Y claro, solamente era un ser humano y no podía resistir a comprar cosas que a él mismo le gustaría ver en su pequeño. Principalmente, prendas que hicieran resaltar los muslos, las caderas y el adorable traserito de corgi que tenía su esposo.

En resumen, prendas que hicieran sonreír a ambos sin importar el momento en el que fueran usadas o para qué fin. 

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MIL DISCULPAS POR NO ACTUALIZAR EN TRES DÍAS TT-TT La cuarentena me tiene un tanto desanimada últimamente y no quería dejar el fluff de lado para poner cosas tristes.
Como recompensa, hoy subiré los capítulos que faltan uno detrás del otro, y trataré de hacerlos un poco más extensos.