Mi hogar eres tú | Chanbaek | Fluff

1. Despertar juntos.

En muchas ocasiones, a BaekHyun le parecía que en algún momento había llegado al cielo cuando se trataba de ChanYeol. Su esposo era todo lo que cualquiera en el mundo desearía, y Baekkie había tenido la fortuna de enamorarlo, de alguna manera que todavía le costaba entender del todo. 

Esto se hacía más evidente en esas pocas mañanas en las que el menor de ambos lograba abrir los ojitos primero que Daddy. Así, envuelto entre las mantitas, respiraba lentamente, tomando nota una a una de las cosas que hacían de ese momento tan especial. 

Primero, sentía los brazos de su gigante envolviendo su cuerpo: a veces su cintura solamente, a veces una de las manos de Yeollie descansando en su nuca, acariciando inconscientemente su cabello mientras BaekHyun descansaba la cabecita en la curva de su cuello. Inmediatamente después, llegaba el aroma de la piel del más alto, siempre agradable, amaderado y limpio. Chanyeol tenía un aroma que hacía que Baekhyun pensara en fogatas al aire libre y malvaviscos asados. 

Lo que seguía era ver el rostro de Chanyeol. Para este punto, podrían pasar un par de cosas, como que Baekhyunnie perdiera la compostura y terminara llenándole de besos, o sencillamente que le admirara en secreto, acariciando apenas con la puntita de los dedos las suaves mejillas, luego el puente de su nariz, sus cejas, sus orejitas como alas. Finalmente, un beso lentito a sus labios para despertarlo como en los cuentos de hadas, las manitas de Baek sosteniendo gentilmente sus mejillas. 

ㅡBuenos días, daddy...ㅡSusurraba con una sonrisa al ver que al fin su amor abría los ojitos, el corazoncito revoloteando en el interior de su pecho. Nunca lo había visto despertar de malas, sin importar lo temprano o tarde que fuera, y eso era impresionante. 

Baekhyun no solía ser una persona que amara las mañanas antes de Channie, pero ahora eran una de sus partes del día favoritas. Despertar con la voz grave de su esposo era como una mañana de navidad de la infancia, llena de ilusiones y de regalos de todo tipo. 

ㅡBuenos días, conejito madrugador. ¿Tuviste alguna pesadilla? ㅡCuestionó con suavidad Chanyeol, acariciando el cabello de nido de su pequeño con delicadeza y besándole la frente al escuchar risitas viniendo de él. Baekhyun sacudió apenas la cabeza, negando despacito. 

ㅡNopi~ Solo quería despertar a mi espososito con besitos y mimos de conejito. ㅡExplicó, jugando un poquito con las orejitas ajenas y mirándole con ojitos relucientes de puro amor, sintiendo que si no reía más, quizá saldría volando hasta el espacio por lo feliz que se sentía. 

No había nada más dulce que despertar todas las mañanas así con él, sabiendo que eran lo primero y lo último que veían al abrir los ojitos. Baekkie no sabía muchas cosas, pero sí podía estar cien por ciento seguro de que, sin importar lo que ocurriera, nada ni nadie en el mundo entero podría hacer que se alejara del amor de su vida. Chanyeol era el mundo entero para él, y jamás querría perderlo.

—¿Así que solo estabas siendo un conejito mirón? —Bromeó Chanyeol, ansiando molestarle lo suficiente para lograr que las mejillitas de Baekhyun se encendieran, pues su conejito sonrojado era la mejor visión para él.

—¡Daaaaaddyyyy!