Capítulo 2

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–Listo. Ahora sí, vamos a cenar –le digo a Liam cuando regreso de guiar a Derek con papá.

–Bien –dice mientras me hace señas con su mano para que salga yo primero de la casa.

Liam me llevó a un elegante restaurante de comida italiana. Disfrutamos de la comida y  de la compañía, después me pregunto si quería algún postre y como siempre yo le dije que sí pero sólo si lo compartíamos. Siempre que salía a algún restaurante con Liam le pedía que compartiéramos el postre ya que me encantaban pero normalmente no los terminaba y él lo hacía por mí. Finalmente fuimos a dar un paseo al parque tomados de las manos.

–Lee-lee, ¿quién era el hombre que fue hoy a tu casa? –preguntó mirándome fijamente.

– ¿Derek? Pues sinceramente no sé. Sólo lo he visto dos veces en toda mi vida; la primera vez fue hoy al salir de la Facultad de Medicina y la segunda también fue hoy cuando llegó a casa preguntando por papá ¿Por qué? ¿Lo conoces? –pregunté mirándolo fijamente y curiosa de que haya preguntado por él.

–No, no lo conozco, pero hoy en la tarde en tu casa se te quedó mirando mucho y no de una buena manera –dijo apretando su mandíbula y evitando encontrar su mirada con la mía.

– ¿Ah sí? ¿Y cómo me miraba según tú? –pregunté sujetando su barbilla entre mis dedos para que me mirase a los ojos y  arqueo una ceja con picardía. Me encantaba ponerlo celoso, aunque no había motivos.

– ¡Diablos! No me hagas eso Lee-lee –dice ahora mirándome fijamente–. Te miraba con deseo, como si le intrigaras.

– ¡Ey! Te quiero. Yo ni siquiera le presté atención –mentí. La verdad es que las dos veces que me he topado con él me he detenido a apreciar su hermosura pero Liam no tenía por qué saber eso.

–Lo sé, pero no me gusta ver a otros hombres mirarte como sólo yo debería hacerlo. Eres mía, Lee-lee –dice en tono serio. Tratando de controlar su enojo.

Me reí por su comportamiento posesivo y celoso. La verdad me encantaba eso de él. Me divertía, excepto cuando era al revés y la que estaba celosa era yo. Enredo mis pequeños brazos en su estrecha cintura para que nuestros cuerpos queden  juntos como si fuera uno. Él me devuelve el abrazo y descansa su barbilla en la cima de mi cabeza. Recuesto mi cabeza en su duro pecho y puedo oler su colonia; menta con un toque de él, no sabría cómo describir su aroma, simplemente me encanta y más cuando su aroma se impregnaba en mi ropa después de haber estado juntos.

– ¿Así que sólo tú me puedes mirar con deseo? –pregunto mordiéndome el labio para no dejar escapar la risa.

–Sí, solo yo. Y esa falda que llevas no ayuda a que solo yo te vea así –responde apretando más sus fuertes brazos en mi cintura–. ¡Dios! ¿Por qué tienes que ser tan bonita?

Sonrío

–Te quiero, Liam. Tú también eres mío –le digo acariciando su espalda, sintiendo sus firmes músculos con mis manos.

–Siempre –responde Liam sin dudarlo–. Te encanta provocarme ¿no es así? –dice echándose para atrás para poder mirarme a los ojos.

–Sí, me encanta. Te ves muy guapo cuando estás celoso –le digo uniendo nuestros labios con un suave beso que de pronto se torna a uno apasionado. Lo dejo  seguir un rato, pero después lo empujo para romper el beso–. Estamos en un lugar público. Contrólate –lo amonesto fingiendo seriedad.

El ríe y  me abraza desde atrás haciendo que mi espalda quede pegada a su pecho.

– ¿Contrólate? ¡Contrólate tú! ¿Quién fue la que me besó en primer lugar? Tú–dice burlándose de mí. Y yo le doy un codazo en sus costillas–. ¡Ay! Salvaje –dice fingiendo dolor.

Cuando Me Hiciste TuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora