Capítulo 5 - El pasado

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Luego de la revelación del íncubo en el cuerpo de Gabriel, Ángel se dio cuenta de que no podía combatirlo solo esta vez. Es por esto que decidió contactar a dos viejos amigos para que lo ayuden. Franco, un chico con el cual tuvo cierta historia en el pasado; sin embargo, su amistad imperó y lograron rescatar y preservar eso. Ahora Franco era un reconocido relacionista público, y fue de los pocos amigos que se mantuvo cerca de Ángel luego de su diagnóstico psiquiátrico. También contactó a su fiel amiga Marcia. Ahora era una exitosa cantante y compositora. Tenía un estudio musical donde diversos artistas grababan sus más grandes éxitos nacionales e internacionales, incluyendo los suyos. Ella también fue de las pocas personas que lo apoyaron luego de su crisis. Citó a ambos en un restaurante y se pusieron a conversar sobre la situación.

"Chicos. Franco, Marcia. Cuánto tiempo sin verlos.", les dijo Ángel con lágrimas en los ojos.

"Ángel, hermano. ¿Cómo has estado?", le dijo Franco abrazándolo.

"Angelito, te ves muy bien. ¿Qué tal todo?", añadió Marcia.

"Bien, todo bien. Bueno... Tenemos que platicar de un par de cosas, pero tomen asiento. Pidamos algo de comer.", les dijo mientras se acomodaban en la mesa.

En el pasado, Ángel no había tenido oportunidad de contarles precisamente qué fue lo que sucedió con él y el porqué de su internación en aquel centro psiquiátrico. Ambos lo escucharon atentamente; sin embargo, no comprendían del todo el hecho de que un demonio podía poseer una mente. Creían que era algo que solo sucedía en las películas o libros, pero no en la vida real.

"A ver, a ver... ¿Nos estás diciendo que un demonio se apoderó de tu mente en el pasado y por eso tenías cambios de personalidad y al final eso fue lo que te llevó a intentar suicidarte?", resumió Franco.

"Sí, básicamente eso era lo que me sucedía todo el tiempo.", respondió Ángel.

"Vaya... Pobre de ti, amigo. Nunca nadie supo lo que realmente te sucedía.", le dijo Marcia apenada.

"La verdad es que sí hubo alguien que lo supo todo, pero no tuvo un buen final. Y no saben cómo me siento de responsable todos los días por lo que le pasó.", respondió Ángel con tristeza.

"Te refieres a Luna... ¿verdad?", le dijo Franco.

"Yo quizá no la conocí tanto como Franco, pero sí podíamos ver todos que eran muy cercanos. Lo que le sucedió fue una real desgracia.", dijo Marcia.

"Sí, saltar así desde aquel lugar. ¿Qué podría haber estado pasándole como para tener que tomar esa determinación?", se preguntó Franco.

"¡No! Ya basta de decir que lo que pasó a Luna fue su culpa. Hay una verdad que no conoce nadie. Y espero que no me juzguen por ello.", contestó Ángel.

"¿De qué verdad estás hablando, Ángel?", preguntó Franco.

"La verdad es que... lo de Luna no fue un accidente, fue homicidio. Gabriel la mató. Él fue quien la empujó desde aquel piso del edificio. Cuando yo volví a tener el control de mi cuerpo, él ya había consumado su acto. No pude hacer nada para impedirlo, pero la verdad es que mis manos están manchadas con su sangre... Mi cuerpo la mató, por el impulso de Gab... de ese maldito demonio.", relató Ángel llorando.

"Ya, Ángel, tranquilo. No te pongas así. Ahora entendemos que nunca fue tu culpa. Ese ente es muy peligroso y debe ser detenido.", dijo Marcia intentando consolarlo.

"Sí, no te pongas así, amigo. Ya no te atormentes más con eso. Sin embargo, ¿por qué nos has contado todo esto ahora? ¿Por qué remover aquellos malos recuerdos del pasado en este momento?", preguntó Franco.

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