PROLOGO

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Las apariencias engañan, la más dulce criatura puede ser la más mortal si se encuentra acorralada, esa era yo, me encontraba en un lugar tranquilo y sin dolor, supongo que es el lugar al que llegas antes de tocar fondo, una especie de colchón antes del golpe. Está lleno de aire fresco que llena de oxigeno tus pulmones y con tanta luz que ilumina hasta en los rincones más oscuros, una luz tan intensa que calienta tu piel. Este lugar te prepara para el salto, te abraza y conforta poniendo sus brazos alrededor de tu cuerpo y te mece suavemente. Karen era ese lugar para mí. Ella era como un arco iris en mi película en blanco y negro, un toque de anestesia a mis heridas abiertas.

Y cuando menos lo pensé toqué fondo.

Mientras me encontraba frente al cuerpo sin vida de un hombre que la sociedad conocía como mi padre y yo solo lo conocí como el monstruo que cada noche y día me atormentaba, ese hombre que no merecía la paz que la muerte le brindaría, sabía que ya no era la niña que solía ser. Mis piezas rotas estaban desaparecidas y su alma era el mapa que lograría mostrarme el camino para encontrarlas.

Nuestra esperanzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora