La vida no ha sido favorable para Karen. Ser un saco de boxeo para toda su familia ha hecho que algo dentro de ella muriera con el tiempo, la han convertido en roca. Ni siquiera el lúgubre parque de casas rodantes donde vive le puede asustar y solo le quita la paz. Luchar, enfrentarse cara a cara con personas e imaginar que son sus demonios del pasado que aun la atormentan es su liberación y el sexo, las drogas y su vida sin ataduras, le traen paz, pero en el fondo Karen no es tan dura como ella se hace pasar. Cuando el destino logra encontrarla con Paola, ella descubre todas sus inseguridades y la intenta sanar, volver a dejarla completa de nuevo, es un rayo de luz en su vida de sombras y la última cosa que quiere hacer es traerla a su mundo sumergido en oscuridad. Intentar engañar es fácil, jugar al malo de la película puede ser divertido, pero jugar con Paola es imposible, sobre todo cuando ella puede ver a través de ella, Karen está asustada del nuevo camino que se habré ante ella.
Karen no es la única que se encuentra rota, y por primera vez, en mucho tiempo, Paola puede empezar a vivir, a disfrutar la vida. Su mundo en blanco y negro tiene una oportunidad de volverse de colores, una vista llena de vida cuando se encuentra con Karen. Ella es diferente a cualquier persona que ha conocido, con sus tatuajes, piercings, y honestidad contundente. Paola no quiere nada más que dejarse llevar y probar la libertad, poder vivir una historia llena de aventuras junto a ella, pero algunas heridas nunca sanan y las piezas rotas de Paola no son tan fáciles de encontrar, pero quizá juntas puedan encontrar la esperanza que perdieron con el tiempo.
*** Advertencia: este libro contiene lenguaje gráfico, escenas homosexuales, sexo y violencia. Solamente lectores maduros. No está diseñado para niños ni homofóbicos. ***
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Nuestra esperanza
Fiksi RemajaA veces todo lo que necesitas es esperanza La vida no ha sido favorable para Karen. Ser un saco de boxeo para toda su familia ha hecho que algo dentro de ella muriera con el tiempo, la han convertido en roca. Ni siquiera el lúgubre parque de casas r...