Los primeros errores

12 2 0
                                        

No sabía que seguiría a continuación, ni lo que me esperaba más allá de aquellas paredes, caminaba entre los nombres una y otra vez, no sabía que camino tomar, o que portal seguir, estaba muy eufórico, tenía todo un universo ante mi, bueno…, en realidad tenía diez, después de dar muchas vueltas cerré los ojos y caminé, después de unas vueltas más, me detuve frente a uno de los escritos; ¡Ociranay! – pronuncié en voz alta emocionado al leer el nombre escrito del portal, era el primer camino seleccionado por la suerte después de todo– al mencionar el nombre en voz alta otro escrito apareció en su remplazo, cambiando los símbolos a su alrededor – materialízate ante mi gran portal de los sabios, de los grandes bosques de Ociranay, y déjame pasar para obtener sabiduría de sus habitantes – después de mencionar tal párrafo la pared comenzó a formar un espacio del cual salía un gran brillo, éste se concentraba en un punto al principio, pero repentinamente se amplió formando un vórtice de luz blanca con rastros de un azul eléctrico, era grandioso abrir uno de los portales de Selivil, una gran emoción crecía cada vez más en mi interior, pero aun así no estaba seguro de cruzar ese portal, la incertidumbre invadió cada parte de mi cuerpo, pero al final decidí pasar, la curiosidad comenzó a ganar más espacio y arriesgarme a lo  que me encontrara ahí dentro sería muy satisfactorio en ese día, poco a poco me acerqué al portal con una mano frente a mi, era como en una película, tienes temor a lo desconocido, después de todo no sabía que me esperaba detrás de aquel vórtice, pero de todas formas logras ganar valor para cruzar, en mi caso cuando por fin di el paso que faltaba, alcancé el portal y este me absorbió, fue una sensación nueva que no podría describir en simples palabras.

Un brillo me cegó por unos instantes, mi vista era borrosa pero un color verde se comenzó a apoderar del ambiente, mi vista se fue aclarando poco a poco, cuando parpadeaba aparecían pequeños puntos alrededor, quizá por el brillo intenso de hace un momento, estaba seguro que si continuaba con aquel camino de grandes resplandores, mi vista se vería afectada en el futuro. Al aclararse el panorama pude visualizar una gran pradera, lo único que llegaba a ver a 4 kilómetros de distancia en aquel lugar era pasto….una gran planicie verde que se extendía a todos lados, no podía ver mucho más que eso, cuando mi sorpresa paso, comencé a reír a carcajadas, para luego pasar a los gritos sin ningún motivo, solamente me parecía fantástico ese lugar, irónico de alguna forma, pero fantástico, hace unos instantes estaba en un lugar llamado Selivil, un lugar estructurado por muchos pasillos y ahora estaba en aquel paraíso verde llamado Ociranay, lugares que te hacen pensar que estás solo en el mundo, paisajes que parecen infinitos, solitarios, pero, de alguna forma reconfortantes. Pasada la euforia de ese instante comencé a caminar sin rumbo, no había porque buscar uno ya que hacía todos lados se podía ver lo mismo…nada más que verde y como el suelo da la impresión de perderse en el horizonte.
Estuve caminando por lo que parecían horas hacia el mismo lado y aún no podía ver nada más, comencé a frustrarme. ¿Se supone que este mundo es el más aburrido? O ¿Todos los mundos son así? Pensé que sería más interesante, pensé que encontraría al menos un árbol, mi curiosidad se encontraba protestando en mi mente, me regañaba por el hecho de no satisfacerla, mire el cielo intentando pensar que debía hacer, estaba cansado de caminar, me tumbé en lo que parecía la infinita pradera pensando en algún diferencia con el paisaje que ves en super campeones y no encontraba ninguna hasta el momento, solo que aquí no tenía un balón con el cual jugar o correr o alguien con quien hablar, cuando pasaron los minutos observando el cielo y pensando en las ironías de la vida, me di cuenta que el sol comenzaba a ocultarse, y por primera vez desde que llegué ahí pude ver algo más que solo praderas. El paisaje comenzaba a cambiar de una forma inusual, una sombra se alzó ante mi, era pequeña y algo deforme, una sonrisa se dibujó en mi rostro, porque la sombra tomaba más forma, comencé a correr, ya no tenía el tiempo para caminar, estaba anocheciendo y tendría que volver pronto a mi propio mundo. Mientras corría, me di cuenta de lo fácil que resultaba respirar el aire en aquel lugar, me sentía mucho más ligero, fácilmente podría ser un atleta de alto nivel en aquel sitio, quizá y comenzaría a hacer más ejercicio en el futuro, aunque no sabía si eso influiría en el físico que tenía en mi mundo.

SkilningurDonde viven las historias. Descúbrelo ahora